Treinta y tres
El aroma a nicotina llega hasta él, llamándolo y guiándolo entre los pasillos de la biblioteca, incitándolo a molestarse al ver cada letrero con la leyenda de "no fumar" sobre cada estante. Mingyu ha desarrollado cierta sensibilidad a este olor, gracias a Boo Seungkwan.
Intenta ser silencioso para encontrar al culpable infraganti, y asi poder multarlo como se es debido. Estante tras estate se adentra más a la biblioteca perdiéndose entre la oscuridad de esta, gracias a un faro roto en esa zona que casi lo deja en una oscuridad completa.
Se detiene cuando logra encontrar a los culpables, justo dentro de una zona solo para personal, quedando sin palabras ante la curiosa imagen frente a él. Golpea su frente un par de veces regresando de nuevo al mundo real, caminando y rejuntando todo el enojo que se había disipado por la sorpresa.
Recuerda los nombres de suerte. Le Chan y Boo Seungkwan. Dos estudiantes jóvenes que no deberían estar tan juntos, acurrucados como cualquier pareja melosa fumando sin preocupaciones. Lo que le sorprendió fue la familiaridad de la mano de Chan en el trasero de Boo. Dios, su rostro ya se encontraba rojo y ni siquiera estaba lo suficiente cerca.
Su rostro vuelve a cambiar de colores cuando puede apreciar un pequeño apretón en la mano de Chan. Por un segundo quiere dar la vuelta y dejarlos, ignorarlo y regresar a su trabajo, pero si los deja teme que lleguen a un nivel más... Caliente.
—¿Qué edad tienen?— Pregunta quitándoles el cigarrillo de los labios a ambos y tirándolos al suelo, notando sus rostros sorprendidos. —Quita tu mano de ahí. Anda, levanta las manos donde pueda verlas.
Chan hace caso, alzando las manos y separándose de Seungkwan quien busca ocultar su rostro entre sus brazos. Parecen apenados, porque agachan la cabeza sin atreverse a mirar a Mingyu. Se prepara para regañarlos, buscando por dónde empezar en su larga lista de cosas que estaban mal.
—Nosotros...— Comienza Chan.
—No quiero escucharlos.— Mingyu suspira. —primero; estaban fumando, segundo; están en una zona prohibida para los visitantes, tercero; estaban... ¡tocándose! ¡Descarados! Sus padres no estarán muy felices de verlos ¡Esta vez si voy a...!
—Déjalos por esta vez, Mingyu, aun son niños.— La voz de Minghao lo hace girar, encontrándolo caminando por el pasillo, hacia ellos. —Les dije que podían venir hasta acá para estar solos... Ellos dijeron que no tenían otro lugar donde estar juntos.
Mingyu los mira analizándolos de pies a cabeza, entrecerrando los ojos para concentrarse mejor. Suspira relajando los músculos y girando para poder ver a Minghao, quien se nota seguro de lo que dice.
—Si los vuelvo a encontrar fumando no los dejare entrar la próxima vez.
Los dos jóvenes asienten, escabulléndose a un lado para poder salir corriendo del lugar como un par de niños tras una travesura. Cruza sus brazos y se recarga contra la pared, esperando a que Minghao le explique con más profundidad lo que ocurre.
—Son jóvenes, temerosos de sus padres, viviendo todo un caos en lo que debería de ser la mejor parte de sus vidas. Compréndelos un poco, están en la etapa de equivocarse y divertirse.
—Hablas como si fueras muy viejo, abuela.— Comienza a caminar, siendo seguido por el menor. —¿entonces debería dejarlos tener sexo en la biblioteca?
—Sip ¿Qué tiene de malo un poco de amor entre libros? Ellos tendrían una buena historia que contar.
—Claro, y luego llegarían más y más jóvenes para tener sexo aquí adentro ¿Qué haríamos entonces?
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Oscuro [Meanie][m-preg]
Fanfiction[Los oscuros son, como los llama Mingyu, vampiros que no beben sangre sino que comen carne humana, con uñas y dientes que rasgan la piel y ojos que brillan en la oscuridad, a veces verdes, azules, blancos o rojos dependiendo del oscuro en cuestión...