Capítulo 19

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Cuarenta y seis.

Vernon corre con emoción entre las personas, siendo perseguido por Mingyu quien intenta cubrirlo del poco sol que se asoma entre las nubes. Por suerte es un día gris, que para a algunas personas se les torna sombrío, sin embargo, para Mingyu, es un punto a favor a la hora de sacar al pequeño Vernon al festival del día eterno.

Vernon regresa con un helado en la mano, caminando hasta Minghao para tomar su brazo como todo un niño pequeño y caminar con tranquilidad, ignorando que Mingyu lo busca pasos adelante con la sombrilla. Minghao aparta su brazo con algo de brusquedad, el niño ni siquiera lo nota, él solo vuelve a tomar su brazo para no perderse.

—¿Qué es el día eterno?— Pregunta Vernon mirando a Minghao, alzando su cabeza para enfocar los fríos ojos del adulto.

Minghao no responde, ni lo voltea a ver, mantiene sus ojos encajados en el camino recto entre la gente.

—El día eterno...— Habla Seokmin tomando su mano, apartándolo de Minghao. —Es una celebración muy importante. La oscuridad tarda una hora más en llegar, lo que nos da una hora más de día. Sucede cada cuatro años, y para celebrarlo se ilumina a la ciudad con luz amarilla, completamente.

—¿y porque no lo hacen todo el tiempo?— Pregunta Vernon con verdadera curiosidad, dejando que el helado se derrita.

—Mucho gasto.— Responde Minghao sin dedicarle ni una mirada.

—No es tan simple como dejar una luz encendida, mantener la intensidad de los faros conlleva mucha energía y recursos.

—Oh...

Mingyu tropieza justo frente a ellos, sosteniendo la sombrilla en alto sobre Vernon quien la mira casi confundido, acercando el helado a sus labios. Minghao suspira para bajar a ayudar a Mingyu a ponerse de pie.

—¿De dónde sacaste eso?— Pregunta Mingyu al ver el aperitivo del niño.

—Minghao me lo dio.

Minghao simplemente se adelanta.

&

—¡Mingyu! ¡Mingyu! ¡Una rueda de la fortuna! ¡Quiero subir! ¡Me llevas!

Lo último no fue una pregunta, lo que hizo sonreír a Seokmin y a Minghao mientras veían como el niño arrastraba a Mingyu por el lugar, apuntando a la gigante rueda que daba vueltas mientras que el cielo se mantenía celeste, con las nubes comenzando a mostrarlo en ese color tan vivido.

Mingyu sonríe con cansancio, siendo que el niño lo ha traído de un lado a otro probando y subiéndose a diversos juegos mecánicos y otros de estrategia o azar. La sonrisa de Vernon siempre intacta, mezclándose a la perfección con el montón de gente que no corrían despavoridas con su sola cercanía.

Quizás Vernon si podría pertenecer a los humanos. Pasando desapercibido sin levantar sospecha, mostradose como un niño común y corriente, con una vida normal y alegre como todo infante quiere y merece. Tal vez, el pequeño oscuro pudiera cambiar esa naturaleza y enfocarse en ser una persona. Sueños y deseos locos de Mingyu.

¿Qué haría él con Vernon? ¿criarlo como su hijo? No, no podría, un hijo necesitaba atención, educación, tiempo, dedicación, amor, cariño, responsabilidad. Y Mingyu solo podría otorgarle un cálido hogar entre sus otros dos amigos, entre montones de aburridos libros. Mingyu solo podría darle afecto, y educación, algo de tiempo, él no podría cuidarlo siempre... Mingyu no podía criar a Vernon. Pero ¿Por qué no intentarlo? Porque eso lastimaría a cierto oscuro de ojos ámbar.

Oscuro [Meanie][m-preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora