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Luego de pasar toda la madrugada hablando entre todas las que bailamos, nos acostamos en la misma habitación.

— No saben lo feliz que estoy de que en el primer concierto haya salido todo bien —dice Christina.

— Yo también, aunque en un momento sentí que Justin me soltaría —digo, riendo.

— En ese caso, hay ambulancias —me sigue otra chica, también riendo.

Seguimos hablando sobre cosas triviales, hasta las 04:32. Luego de las buenas noches, la mayoría —creo— ya está quedándose dormida, y al parecer sólo somos dos la excepción.

— Tengo hambre —susurra Elysandra.

— También yo —me quejo, haciendo un puchero.

Ella sonríe, pícara, y se levanta tratando de hacer el más mínimo ruido.

— Vamos al mini bar —me tiende su mano, la cuál acepto gustosa.

Me coloco mis zapatillas, sin importarme tener el pijama puesto, y salimos de la habitación a hurtadillas.

Cuando estamos a centímetros de la escalera, escuchamos la voz de Sofía desde la otra habitación.

— ¿Enserio irás a dar unas vueltas?

— No tengo sueño, Sof —responde él, con un tono de voz aburrido.

— ¿Te tengo que esperar o me duermo?

— Ve tú.

Dejando de chismosear, bajamos por el ascensor hasta el primer piso y nos dirigimos hacia el mini bar que está en la entrada.

— Hola —le sonríe ella, al barman—, quiero... ¿micheladas?

El barman asiente con una sonrisa, para luego darse la vuelta y comenzar su trabajo.

— Mientras yo espero, tú vas a buscar comida, ¿si?

— Ay, no —me quejo. Ella asiente—. Está bien —espeto, levantándome de la silla.

Me encamino hacia la cafetería, la cuál  sólo tiene abierto el kiosco.

Me acerco a ésta y le pido a la vendedora galletas de cóctel (las cuales sólo tienen sabor a orégano) y papas fritas. Luego de decirle que esto corre por cuenta de Justin Bieber, salgo de la cafetería y en el camino hacia el mini bar, unas manos agarran mi cintura y me empujan levemente hacia la pared de una esquina.

— ¿Qué te pasa? —digo, al ver quién es.

— Quería saber qué estabas haciendo —sonríe, achinando sus ojos.

«Me muero.»

— Pues, ya ves —sacudo, lo que acabo de pedir, frente a sus ojos.

— Mh.. —asiente, bajando su rostro.

Los nervios en mi estómago se hacen presentes. Siento mis piernas flaquear a ver que acerca su rostro de forma brusca a la mía y junta nuestros labios, presionando mi cintura.

Famous ➸ j.bWhere stories live. Discover now