36

1.1K 61 2
                                    

Justin.

Llamo por tercera vez a Leah y, nuevamente, me manda a buzón de voz.

Tomo el resto de ron que queda en mi vaso y vuelvo a llamarle.

—Mierda —suelto cuando me doy cuenta que corta la llamada.

Bien, sé que soy un idiota. No la he llamado en estos días y me siento una basura, porque sé que ella está de cumpleaños y no le he dicho nada, hasta ahora que son exactamente las 04:26 de la mañana, lo que significa que hace cuatro horas y veintiséis minutos fue su cumpleaños.

Entonces, lo raro sería que ella conteste mi llamada, porque estoy seguro de que está molesta. Pero, aún sabiendo de que no me contestará, vuelvo a llamarla por quinta vez.

Y mi corazón se paraliza al escuchar una respiración del otro lado del móvil.

—¿Leah? —hablo, casi sin aliento. Nervioso.

Mh... tú.

—Amor, lo siento. Sé que debí llamarte hace varias horas, pero no me atrevía —cierro los ojos, lamentándome—. Y te extraño. Estoy consciente de que han pasado cuatro días desde que no nos vemos, pero extraño tus besos. Te extraño a ti, Leah.

Pasan varios segundos, hasta que ella habla.

Te amo —escucho un sollozo—. Justin, bebé, te amo. Eres...-

Leah, apaga ese móvil. Es tu cumpleaños, pásala bien y no llores por ese idiota —es la voz de un chico—. Amigo, disculpa por lo de idiota, pero realmente lo eres.

—Déjame hablar con él, Kevin. Quiero decirle que...-

—Leah, ¿quién es él?

—Un...—queda en silencio por un instante, lo... s-siento.

La llamada se corta y quedo en silencio por un largo rato.

¿Leah, borracha y con un chico que no sé quién es?

No. No puede estar pasando.
















—¡Levántate! —escucho una voz—. Bieber, tu novia llegará en unas horas y no querrás que te vea así y...-

Queda sorprendida cuando me siento en la cama.

—¿Estás bien? —pregunta, preocupada.

Se acerca y posa ambas manos en mi rostro.

—Justin, ¿estás bien?

—Ariana...

Sacudo la cabeza y me vuelvo a acostar.

Suelta un suspiro y veo que se va acercando a la puerta.

—Tenemos un vuelo en dos horas y creo que lo mejor, es que te vistas —sonríe y sale.











Leah.

—No sabes cuánto deseo poder cortarme la cabeza ahora mismo —me quejo, tomando mi cabeza con ambas manos.

—¿Yo te dije que te emborraches? —pregunta Bree, con peor o igual cara que yo.

—No, pero pudiste detenerme.

—Nena, cumpliste diecinueve, ¿esperabas que te dijera, “no, Leah, no tomes alcohol. Siéntate y mira cómo todos se divierten, menos tú ”?

—Estúpida.

—También te quiero.

Me bajo de la silla y agarro una manzana, que está junto a otras en una canasta.

Famous ➸ j.bWhere stories live. Discover now