O1

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El castaño tenía a YangMin en sus brazos, una linda niña pelinegra con pequeños ojitos y labios gruesos, la cuál llegó hace poco a las vidas de Yoongi y Jimin; los padres de la pequeña. Se encontraba en la casa de los anteriormente nombrados, le gustaba visitarlos por la mañana y jugar con la bebé, mientras Jimin se ocupaba de la casa y Yoongi estaba en el trabajo junto con Jungkook. Ambos trabajan en la misma empresa y son dos ejecutivos muy importantes en ella, aunque a pesar de su alto rango, sólo van en el horario de mañana. Por lo tanto, ambas parejas pueden disfrutan las tardes juntas.

Un sollozo se escuchó de entre sus brazos, despegó su mirada de la televisión y la fijó en la criatura media dormida en su regazo, la cuál parecía haber despertado después de una larga siesta.

—Hola, princesita —Esbozó una gran sonrisa cuadrada, la pequeña al verla imitó el acto y sus ojitos se convirtieron en dos líneas rectas. —Oh, que linda~ —Con su dedo índice elevó su manita, Yang al notar el tacto suave de su dedo, lo apretó y lo dirigió a su boca para chuparlo. —No, no, no. —Negó alejando su mano del agarre de la niña.

En ese momento, la puerta de la cocina se abrió y un pelirosa con un delantal y restos de comida esparcidos por la zona de los bolsillos, se acercó a ellos.

Taehyung le pasó a YangMin para que pasase tiempo con su padre, pero al instante, su pequeño entrecejo se arrugó y se movió inquieta entre sus brazos. Sus ojos se cristalizaron, al igual que un puchero se formó en sus regordetes labios. Jimin, aconstumbrado a aquello, la volvió a poner en los brazos del castaño, como si de una bomba se tratase. Y como si fuese por arte de magia, sus gritos y berrinches cesaron.

—No sé cómo lo haces. —Su amigo reposó su espalda en el sofá, mientras que veía como su hija se volvía a quedar dormida en el pecho de Taehyung. Soltó un suspiro de resignación y cerró sus ojos por unos minutos para poder descansar.

—Tienes que transmitirle seguridad y de que estarás siempre para protegerla. Además, he leído que a los bebés les gustan los latidos del corazón, la clave está en recostar su cabeza en tu pecho. Eso les tranquiliza. —Aseguró nostálgico y sonrió con tristeza.

Jimin notó como las palabras de su mejor amigo iban siendo cada vez más inaudibles y rápidamente se giró para ver su perfil e intentar animarle.

—Amo a los niños. —Continuó Taehyung, con una leve sonrisa en su rostro, aunque sus ojos reflejaban preocupación.

Pues, a sus casi treinta años, casi todos sus amigos habían formado una familia, excepto él. Por el simple motivo de que su esposo, Jungkook, no se siente preparado para ser padre. Al menos, tiene la oportunidad de cuidar a YangMin siempre que puede y los padres de la susodicha están encantados con ello.

—Tae, ¿haz hablado con Jungkook? —Rodeó sus hombros con su brazo y acarició el mismo con delicadeza para consolarlo.

—No he querido sacar más el tema, siempre es la misma respuesta. —Una lágrima resplandeciente a causa de la luz que provenía de la ventana, recorrió su mejilla derecha. Jimin la limpió con su pulgar y mantuvo su vista en la pequeña. Se notaba la ilución de su amigo cuando cuidaba de la recién nacida, solo esperaba que Yoongi pudiera hablar sobre el tema con el azabache.

—Pero... —El pelirosa detuvo su frase y la pensó unos segundos, tendría que ser cuidadoso y encontrar las palabras correctas para no dañar a su mejor amigo de la infancia. —¿Sabes el por qué no se siente capacitado para ser padre aún?, puede que tenga inseguridades, a Yoongi le pasó eso al principio.

—En nuestra última conversación dijo que no le gustaba los niños y que no le apetecía tenerlos. Por si fuera poco, recalcó que nuestra relación está bien con tenernos el uno al otro. —Mordió su labio inferior, intentando reprimir las lágrimas. —Yo pienso lo contrario, Jimin. —El nombrado asintió comprensivo. —Nos falta algo.

Family ; kookv Where stories live. Discover now