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Aquella noche Taehyung lloró.

Le había preguntado a Yugyeom por el estado de Jungkook y sobre el porqué no quería verle o contestarle los mensajes y llamadas, pero este solo lo dejó en visto, no le escribió nada más y luego se desconectó. Eso hizo que el corazón de Taehyung se rompiera, porque eso significaba que algo andaba mal y que el amigo del azabache no quería decirle nada, porque el amor de su vida estaba así por él. Puede que ahora mismo él esté llorando y eso al castaño le preocupaba y le desesperaba, porque no sabía el porqué. El azabache se había ido de su casa con normalidad, no se veía desanimado o algo parecido, no entendía ese cambio tan drástico, le parecía tan extraño en él.

Sus pies parecían hechos de plomo, daba pasos cansados y perezosos con dirección a la habitación que compartía con Jungkook, con intención de tirarse a la cama boca abajo y llorar sobre la almohada. Nada impidió hacerlo, así que, nada más tocar el suave y blando colchón y sentir el aroma del azabache adentrándose en sus fosas nasales, comenzó a desahogarse con fuertes sollozos y llantos, junto con algunos hipidos ahogados.

Llevaba varios días sensible por las continuas peleas que tenía con Jungkook, las odiaba tanto que acabó no hablando más sobre el tema del bebé y su esposo tampoco hizo el esfuerzo de sacar alguna conversación al respecto. Solamente lo dejó pasar, probablemente pensaba que era uno de los otros berrinches o caprichos del castaño, cuando en realidad para él era muy importante, tanto que ya lo consideraba una necesidad.

Taehyung sentía envidia de aquellas personas que habían logrado formar una familia, sentía un vacío por no conseguirlo y se sentía mal por no poder estar de acuerdo con su esposo.

Solo quería adentrarse en la mente de Jungkook y saber lo que piensa, nunca ha entendido su punto de vista, a pesar de que este le haya dicho cientas de veces que odia a los niños. Pero eso era muy extraño, o al menos para Taehyung. Siempre que visitaban a la pequeña Min o al pequeño Kim, Jungkook era uno de los primeros que se ofrecía para jugar o cuidar de ellos. Entonces, ¿por qué no podía hacer lo mismo con sus hijos?

Hoy en la tarde, no se negó ante las palabras de Jimin sobre cuidar de YangMin, de ser que no le agradaba la idea, lo hubiera dicho.

Habían tantas cosas que Taehyung no comprendía... Se sentía extasiado y en cierto sentido incomprendido.

Se movió un poco sobre la almohada, la cuál ya estaba empapada de sus lágrimas y babas, le dió la vuelta y siguió llorando sobre la parte seca, mañana la lavaria, si es que se levantaba, claro.

Lo que más le dolía es que Jungkook no haya querido hablar con él, al menos mandarle un mensaje pidiéndole disculpas y avisándole que no dormiría con él esa noche. Era tan impropio e inapropiado de él, sabe que la intención de Jungkook no es hacerle daño. Pero el dolor en su pecho no disminuía a pesar de saber eso. ¿Acaso está mal querer ser padre?, se sentía como la mierda cada vez que se hacía esa pregunta.

Su móvil sonó, un nuevo mensaje le había llegado, pues el sonidito que le había puesto para las notificaciones se escuchó, el cuál era un audio de Jungkook diciendo "te amo". Eso hizo que casi se desgarrara la garganta en un grito ahogado, sumergiéndose en sus pensamientos para plantearse si era bueno contestar o no.

Estiró su brazo débilmente para alcanzar el móvil que minutos atrás había tirado sobre la cómoda y tras agarrarlo lo miró por algunos instantes, con un dedo en el botón de 'encerder' y con el pulso a mil. Casi cierra los ojos para no ver el nombre del remitente cuando al fin lo pulsa, arrepitiéndose segundos después de haberlo hecho.

—K-Kook-kie... —Pronuncia a penas entre sollozos, con la alta necesidad de ser abrazado por el nombrado y sentir su calor corporal. —S-Soy un i-idiota. N-Nunca d-debí... —Es lo único que pronuncia como respuesta al mensaje de disculpa del azabache, anunciándole, lo que una hora atrás, le había dicho Yugyeom. Sin embargo, decidió no contestarle, se sentía muy mal y no se veía capaz de razonar una buena respuesta.

Family ; kookv Where stories live. Discover now