Para Alice

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Para Alice.

El miedo de Peter de que las clases pudieran volverse más complejas en segundo año ciertamente estaba comenzando a cumplirse. Las lecciones eran mucho más complicadas y la tarea era el doble. Peter estaba más atareado que cualquier otro estudiante: Se encerraba en el dormitorio a estudiar muchas horas antes de que los chicos subieran a dormir. En Herbología, les asignaron un ensayo tan largo como el año escolar sobre el cuidado de las mandrágoras, la cuales eran las plantas más extrañas que habían visto en toda su vida. Eran unas cosas odiosas que lloraban al sacarlos de la tierra, cuyos gritos podrían desmayar a quien les escuchara. Peter terminó inconsciente durante la mitad de la clase cuando rompió el jarrón de su mandrágora y dejó caer sus orejeras cuando se inclinó para recoger su planta del suelo del invernadero. Luego, el día miércoles en Pociones derramó su trabajo sobre sí mismo mientras la poción hervía y soltaba sonoras burbujas, obligando al profesor Slughorn a llevarlo con Madame Promfrey. Añadiendo también su ojo morado por un telescopio en Astronomía, el hecho de que olvidó su varita en la segunda clase de Encantamientos del año, y que fue mordido por su mandrágora en su segunda clase de Herbología el día viernes... Resultó siendo una inusualmente horrible primera semana para Peter.

-Estoy destinado al fracaso –gimió desde su cama el viernes por la noche, luego de que todas las clases terminaran y estaba a salvo bajo la protección de su pijama.

Los demás trabajaban en un ensayo para Slughorn, amontonados en el escritorio de Remus mientras éste escribía, tomando notas de las cosas buenas para decir sobre lo que Remus había hecho. James, quien estaba sentado en el escritorio de Remus a un lado del ensayo y tenía su propio pergamino sobre su rodilla, ni siquiera alzó la vista al decir:

-No estás condenado al fracaso.

-Claro que sí –dijo Peter con pesadez- Estoy condenado, reprobaré cada clase este año y Dumbledore me expulsará por ser un terrible estudiante.

Sirius bajó la nota sobre las cualidades curativas de un Murtlap y dijo:

-No creo que puedan expulsar a las personas por ser malas en clases... Creo que simplemente tendrías que repetir el año –señaló una de las frases que Remus estaba escribiendo con la punta de su pluma- ¿Qué dice aquí?

-Vete al carajo –dijo Remus.

-¿Vete al carajo? –Preguntó Sirius, sonriendo- Pero eso no tiene sentido... ¿La cualidad más importante de un Murtlap es irse al carajo?

Remus alzó la vista.

-Se dan cuenta que sus libros son un excelente lugar para encontrar esta información, ¿verdad? –preguntó, mirando a James y Sirius- Tiene montones de detalles e información sobre los Murtlap.

Sirius miró fijamente a Remus.

-Sí sabes cómo usarlo, ¿cierto? –Continuó Remus en tono sarcástico- Abres la portada, verás, y hay palabras escritas. No me lo vas a creer, amigo, pero si lo lees, te dice cosas. Y, si vas a la sección sobre los Murtlap... No te imaginas... Te dirá cual es su cualidad más importante.

Sirius sonrió.

-Pero, Remus, ¿Dónde está la diversión? La definición de un libro sobre los Murtlap y sus cualidades son muy aburridas comparados a como tú nos la dices a nosotros. Como tú lo dices es perfecto. ¡Mira la redacción de esa oración! –sacudió su palma hacia el pergamino.

-Sí –dijo James, siguiéndole el juego- La manera en que lo describes es destellante.

Remus miró su ensayo, el cual estaba lejos de ser destellante y rodó los ojos.

Los Merodeadores: Segundo AñoOnde histórias criam vida. Descubra agora