Encuentros (no) imprevistos.

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Han pasado poco más de dos semanas y estoy completamente segura de que mi cabeza va a estallar en cualquier momento. Siento como si hubiera pasado un camión de carga encima de mi pecho y que mi corazón siguiera latiendo, pero dolorosamente. Me han pasado tantas cosas que es imposible no sentirse de la forma en la que me siento.

Después de haber encontrado a H en las redes sociales, después de haber encontrado a sus familiares, me llamó la atención un usuario, este estaba lleno de publicaciones filosóficas, música que parecían ayudar en las crisis existenciales y frases de viejos libros que me sentían interesantes y cautivadoreas. Era un escritor.

Creí que era su padre, así que le envíe una solicitud. Me la aceptó a los segundos, y un par de minutos después me ha llegado un mensaje de él.

Hola.

Hablamos casi toda la noche, traté de sacarle información haciéndole preguntas personales indirectamente, pero creo que se dio cuenta, ya que él también comenzó a hacerlo de forma directa, según él no tengo fotos mías y no me conoce en lo absoluto, yo dije que sólo le hablo por las cosas que publica, pero insistió.

No sabía si confiar en él, pero lo hice. No le conté todo, pero le he dicho dónde estudio y desde ahí comenzamos a hablar sobre su sobrino CA. Si, era el tío, no el padre.

Días después, en días de exámenes, cada que se terminaba uno, se dejaba un largo tiempo de descanso y pues yo lo utilicé para atreverme a hablarle a H. Lo malo es que no tenía ni idea ni de cómo ni de qué le hablaría. Hasta que recordé que la capacitación que está cursando es la que quiero: Inglés para Relaciones Laborales, pensé que sería buen tema por donde comenzar.

Quería encontrármelo solo, pero estaba con todo su grupo de amigos. Sabía que no habría mejor oportunidad que esa.

Hola. Me han dicho que ustedes son de la capacitación de Ingles. Yo he escogido eso, pero la verdad no tengo ni idea. ¿Podrían darme información?

Todos me hablaban, pero yo sólo lo escuchaba a él, estuve hablando con todos-él durante quince minutos. Y podía jurar que fueron los minutos más... Más... De mi vida. Estuve temblando todo el tiempo ya que la vista de todos estaban posados sobre mi y el corazón casi se me sale del pecho en cuanto escuché la voz de H.

Era tan profunda... Tan hermosa. Sé que jamás olvidaría eso.

Después de eso, en el camino, cuando tomé el autobús para ir al Instituto, me encontré con H y L. Yo no podía creer lo que mis ojos habían visto, pero ahí estaban, a tan sólo unos centímetros de mi. Ahora sabía dónde vivían ambos. Así que, desde ese momento he comenzado a seguirlos cada que puedo. Sé qué autobuses toman y dónde se bajan.

Ambos son vecinos de Mia, de tal modo que le he contado lo que he estado haciendo, no sabía si hacerlo me ponía en peligro, pero aún así lo hice. Ella, obviamente, me ha juzgado por ello, pero no la culpo en lo absoluto. Le he mostrado las fotos que he capturado yo misma de ellos, pero no los reconoce.

—¡Estás completamente loca!

—Por favor, porfaviurs...

—¡Ugh! Está bien, ¡vamos, muévete!

Tengo una foto del hermano de H y detrás de él se muestra una casa bastante bien. De modo que he convencido a Mia de recorrer las calles con la esperanza de encontrar esa casa, pero muy dentro de mi, estaba convencida de que ese lugar no estaba allí.

Aún no tengo ni idea de quién diablos es L. Ya que en Internet no hubo ninguna señal de la identidad de él. Me estaba volviendo loca por ello. Hasta que vi que L estaba con una chica, y estaba segura de que ya la había visto antes. Luego vi cómo, Anna, una amiga de mi grupo se acerca a ella y comenzaron a hablar. Ellas dos son muy amigas, y la otra chica es muy amiga de L.

Entonces, una idea cruzó por mi cabeza y sin darme cuenta mis pies ya me encaminaban a su dirección. Estaba a unos pocos metros de distancia cuando lo oigo.

—Je suis amoureux.

—Je sais.

Su voz. Él, una persona que se ve tan delicado y tierno, tiene una voz tan profunda y hermosa, igual que la de H. A ese punto ya no sabía si estaba razonando bien, creo que nunca lo hice.

He llegado hasta ellos y los observo a los tres. He fingido que estaba sintiéndome mal, y pedí que alguien me prestara su celular para llamar a mi madre. Esperaba que me lo diera él, pero me lo dio su amiga. Lo que quería hacer era entrar en su WhatsApp, buscar una conversación, su nombre, su número de celular y grabarlo en mi mente.

Sin embargo, y no entiendo por qué lo hice, me fui a su estado. Cuando lo abrí, había fotos de ellos dos juntos, nada comprometedor, pero ahí estaba, en la descripción, su nombre. Eso fue suficiente. Devolví el celular, no quería dejar ninguna huella en él. Dije que mejor iría a aulas de profesores y me fui.

Luego, en ese mismo día, me encontré con Allyson, una compañera de teatro, es buena persona y divertida, pero también es muy parlanchina, sobre todo cuando habla del crush que tiene con un chico de último año. Ese chico que está catalogado como el más guapo de todo el Inste, ese mismo chico que, obviamente, tiene novia y que tiene a muchas más detrás de él. Él... ¡Mierda! Es el mismo chico, ¡el que es compañero de L! Seguramente ellos tienen un grupo de WhatsApp, tenía que obtener su número, pero no tenía nada qué ofrecerle a él... Pero a Allyson, si. Hice un trato con ella, si me conseguía el número de celular de L yo le daría el número de celular de su crush. Ni siquiera preguntó nada. Le he pedido el número de su crush al hermano de la novia de “el chico guapo”. Brian, quien es uno de mis compañeros. Él tampoco hizo preguntas acusadoras.

—¿Tienes el número de celular de tu cuñado?

—Si, ¿tienes dónde apuntar?

Una hora más tarde, Allyson dio conmigo en medio de una clase y me entregó un pequeño papelito, sólo eso, pero sé que dentro contenía lo más preciado para mí. Sin protestar, yo le he entregado el número de su crush escrito un papelito también. Ambas nos dedicamos una sonrisa, un asentimiento de cabeza y sin decir nada más, se va. Irradiando euforia en cada poro de su cuerpo. Al igual que yo.

Fe ciega, angustia, juegos mentales, errores

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Fe ciega, angustia, juegos mentales, errores. Mi dulce “bola de fuego”, mi dulce sin sentido. Lo quiero todo.

Edlos.Where stories live. Discover now