¿Te digo un secreto?

73 9 2
                                    

El día ha terminado y ya estoy fuera del Inste. Estoy en compañía de Mia y Sebastien, ellos no me han dejado sola todo el día desde que ocurrió lo de Harry y Louis. Saben que estoy mal, y es cierto, estoy en shook. Aún no puedo superar nada.

Ellos no me creían, no creían nada de lo que les decía, y aunque sé que están sorprendidos por lo que pasó, posiblemente sigan creyendo que ellos no están juntos. Yo no pienso lo mismo, sin embargo, yo sé que ellos son algo más que amigos, yo puedo sentir que ellos se aman.

Mia ha tenido que irse. Sebastien y yo siempre nos vamos juntos, ya que tomamos los mismos autobuses, pero hoy no. Lo que necesito es estar sola. Lo que necesito es que ellos me den una explicación de lo que está pasando porque me estoy volviendo loca. Pero sé, de antemano, que no puedo hacer eso.

Lo que quiero, lo que necesito es a ellos.

Así que sin pensarlo dos veces, me encamino hacia el paradero de autobuses. No tengo ni la menor idea de si ellos están ahí, no sé absolutamente nada y es sólo por eso que sigo andando hasta llegar. Cruzo un par de calles y ya estoy aquí. Y ahí están, los veo. Pero ellos a mi no, ya que es de noche y no pueden localizarme fácilmente desde donde estoy.

Ellos no dejan de hablar o sonserírse uno al otro, todos sus amigos están ahí, incluso Pol, del que sigo hablando por mensaje y del que en persona me escondo, pero L y H están juntos, muy juntos.

No pasa mucho tiempo cuando el autobús llega y casi todos se marchan, todos han tomado caminos diferentes, excepto ellos dos. Me apresuro hacia mi transporte antes de que arranque y me aproximo a la puerta. Una vez arriba los busco con la mirada, pero ellos están muy lejos de mi, casi al final de la fila y a juzgar por como lucen, tal parece que no saben que estoy aquí, ni siquiera se percatan de mi mirada.

Los minutos pasan y mi corazón no deja de latir con tanta fuerza que duele. No me encuentro temblando como siempre, pero me siento ansiosa hasta la mierda. No puedo dejar de pensar en lo que acaba de pasar ahora, no cuando escucho sus voces, tan profundas, hacen querer que desee algo más de ellos.

El tiempo se ha terminado y ellos ya están bajando del autobús, sin embargo, yo no lo he hecho aún. Me limito a esperar una cuadra más para que no logren verme o sepan que estoy aquí. El bus ha arrancado y siento que ya ha pasado el tiempo suficiente, estoy a medio camino cuando pido la bajada. El chofer me mira con cara de pocos amigos, pero aún así se detiene.

Una vez fuera, miro a mi alrededor y fue sólo por un segundo el tiempo en que los vi. Entraron por donde los había visto hacía semanas. Pero nunca me di cuenta que eso era una residencial. Mucho menos que era privada. La decepción recorre mi cuerpo con malicia y me hace querer gritar.

Necesito entrar sin que nadie me vea, necesito esas malditas respuestas, necesito...

Ahí está, cruzando la calle, en la pared. Un hueco. Y entonces, la esperanza vuelve a mi. Después de sersoriarme de que no venga ningún auto, salgo disparada hacia el otro extremo de la calle y he cruzado al otro lado de la residencial con facilidad, estoy dentro.

Trato de esconderme en la oscuridad para que nadie me vea, pero me toma unos segundos darme cuenta de que Harry y Louis ya están a algunos metros de distancia mía. Así que sin pensarlo, ya estoy caminando detrás de ellos. Las luces de las calles están encendidas, así que necesito asegurarme de que nadie esté merodeando por ahí afuera, o que estén observando en las ventanas. Pero tal parece que los únicos que están en la calle son Louis, Harry y yo.

Ellos han disminuído el paso y yo me detengo a esconderme. Pero, desde aquí, entre los autos, puedo ver cómo ellos entran a una casa muy grande y muy bonita. Nada parecido a la casa de la foto que encontré. Ése es mi destino, ahora mi problema es cómo voy a entrar.

No tenía ni idea y en la calle no había nadie. Así que al menos tenía que intentarlo. Me acerqué hacia la casa y me di cuenta que éstas tenían dos puertas de entrada: la principal y la del patio trasero. No sabía con cuál intentar, la segunda opción parecía difícil y entonces, sin pensarlo dos veces, ya estoy de pie en el umbral de la puerta principal. Todo se encuentra en silencio. Las luces están apagadas y no puedo visualizar nada. No sé por dónde estoy caminando y no tengo ni una pizca de luz conmigo, ni un celular; lo olvidé en casa. Vaya, si muriera aquí, no tendría a quién pedir ayuda.

Muevo todo mi cuerpo tan lentamente con el miedo de hacer ruido, con tirar algo, con estar en medio de un desastre, aunque creo que ya lo estoy.

Y, entonces, lo escucho. Es el rumor del agua. Está cayendo, es el agua en la ducha. La casa es grande, pero sigo, hasta encontrar la fuente del ruido. La regadera está dentro de una habitación, pero en la habitación no hay nadie, lo sé porque la puerta está entreabierta. No sé cuándo se me ocurrió, pero ya estoy dentro, caminando lentamente hacia la ducha, la puerta también está entreabierta y, oh, por Dios, ahora mismo, no dudo ni por una fracción de segundo de que voy a sufrir un ataque.

Ellos dos, Louis y Harry, están juntos, juntos en la regadera, desnudos y mojados. Oh, por Dios, están besándose; besando, tocando y el agua recorriendo su cuerpo. Mi corazón se ensancha y ahora quiero llorar.

No puedo soportarlo, no puedo estar aquí, tengo que salir de aquí. Pero el sonido del grifo cerrándose, me congela horriblemente y eso es todo en lo que puedo pensar. El sonido de sus besos no para, y eso me da un segundo para esconderme, sólo hay tres puertas en la habitación y me encamino a mi tercera desconocida. Tal parece que es un closet, pero no me interesa saberlo.

Escucho sus pasos, escucho sus besos, y escucho el hundimiento en la cama. Escucho los quejidos, los suspiros, las bocanadas de aire y también los gemidos. Todo eso hace que mi mente maquine a toda velocidad, hace que todo mi cuerpo pique y se retuerce. Mis manos ansían abrir la puerta, mis ojos desean por ver. Y tal como mis impulsos quieren, la puerta ya está entreabierta.

Y ellos están ahí en la cama, besando, mordiendo, tocando, rozando. Los gemidos son imposibles de callar y mi corazón no deja de latir, tanto que duele, tanto que temo que ellos puedan escucharlo.

Después de todo lo que ha pasado, no puedo creer lo rápido que me obsesioné con ellos sólo con mirarlos la primera vez.

No puedo creer que haya hecho todo esto en tan sólo un mes, apesar de todo lo que ellos saben.

No puedo creer que ahora mismo esté aquí, observándolos... Teniendo sexo.

¡Sabía que era real!

Ya no quiero marcharme.

No puedo creerlo, soy una maldita acosadora, la acosadora de Harry y Louis. Del ship al que he llamado Edlos.

Y entonces, lo escucho, su voz más profunda de lo normal y entrecortada, lo dice antes de besar el cuerpo del otro y quedar completamente dormidos.

¿Te digo un secreto? Tú eres mi secreto.

Espero no olvidar mis palabras, porque cuando estoy cerca de ti, tiendo a cambiar de parecer

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Espero no olvidar mis palabras, porque cuando estoy cerca de ti, tiendo a cambiar de parecer.

Edlos.Where stories live. Discover now