Parte II

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—Dime que vendrás mañana—pidió Carlos por teléfono y terminé de acomodar la ropa en mi maleta. —Tienes que venir, Stacy y West están locos por verte y me prometiste venir—se quejo y reí negando.

—Si voy a ir tonto—reí guardando los trajes de baños antes de cerrarla. Ya casi estaba lista, esperaba que la ropa que llevaba diera para la semana. Aunque estaba segura que lo mas que haríamos era estar en la playa, así que llevé muchos trajes de baños. —Solo me gusta llevarte la contraria—dije y este rio.

—Cierto, siempre lo haces—dijo y reí estando de acuerdo con él. —Pasaré por ti a las once mañana ¿De acuerdo?—preguntó e hice un puchero. Mi primer sábado libre y tendría que levantarme temprano. ¡Que triste!

—Bien—bufe y este rio. Él muy bien sabia que yo odiaba levantarme temprano y mas si el día anterior me desvelaba. —Te veo mañana, tengo que terminar la maleta, adiós—dije antes de colgar. Me acerqué a la cama recogiendo todos mis libros de la universidad y los tiré en una esquina en el closet. No los usaría por dos meses. ¡Un verdadero alivio! Amaba mi carrera de educación, pero estaba acabando conmigo. Apenas iba en mi segundo año, pero se sentía como el ultimo. Muchos trabajos, muchos libros y muchos créditos extras por tomar. Estas vacaciones serán perfectas para mi e iba a disfrutarlas al máximo. —Ven lilo—le dije a mi gato y reí al verlo seguirme. Era mi mascota desde que tenia doce años y amaba ver lo rápido que se había adaptado a mi departamento. Abrí una lata de comida para ella echándosela en su platito y me preparé un sándwich.

Vaya nena, esos shorts te quedan muy bien...—escuché detrás de mi y abrí los ojos como platos encontrándome con los ojos azules de Ryan. ¡No puede ser! Qué diablos hacia aquí? Y peor aun, ¡¿Cómo había entrado?!

—¿Cómo entraste?—pregunté asustada y este sonrió recostándose de la pared.

—Tengo mis trucos—contestó acercándose a mi y tragué saliva mirándolo incrédula. Aun no podía creer que él estaba aquí. ¡Joder, Ryan estaba aquí? ¿Cómo era eso posible? No lo había vuelto a ver desde hace dos días cuando las cosas se habían salido de control y habíamos tenido sexo. Así que, ¿Qué hacia aquí? La ultima vez me había dejado claro que no volvería, así que no entendía que hacia aquí, pero no era eso lo que me preocupaba sino su presencia. ¿Como diablos había entrado a mi departamento? ¡Tenia puesto doble cerradura! Además, ¿Cómo es posible que no haya escuchado ningún ruido?

—¿Qué haces aquí?—pregunté confundida, sobre todo incrédula. Jamás imaginé volverlo a ver, no después de lo que había pasado entre nosotros y como me había tratado luego. Honestamente no quería verlo y saber que había aparecido de la nada a la media noche a mi casa me asustaba. ¿Qué hacia aquí? ¿A que había venido?

—Vine a ver como estabas—contestó acercándose a mi y tragué saliva al quedar atrapada entre la mesa y su cuerpo. Mierda, su cercanía me estaba poniendo nerviosa, pero sobre todo me hacia recordar aquella noche la cual me he esforzado a olvidar por miedo a sufrir. —Quería saber como amaneciste luego de haberte dado el mejor orgasmo y la mejor follada de tu vida—susurró sobre mi cuello y apreté los labios tratando de no gemir. —Quería comprobar por mi mismo si tu cuerpo aun sigue temblando de deseo, de ganas de sentirme, de...—se acercó a mi cuello y apreté sus hombros tratando de alejarlo. —De ganas de que me hunda dentro de ti y hacer que tu cuerpo se sacuda, hacer que te corras y hacerte gritar—susurró sobre mi oído antes de bajar a mi cuello repartiendo varios besos alrededor de este.

—Ryan—gemí aferrándome a sus hombros y este chupó parte de mi cuello haciéndome una marca. —Dios...—gemí al sentir sus brazos rodearme pegándome a la nevera. ¿Qué estaba haciendo?

Raising Love {Ryan & Charlotte}Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ