8 | El destino nos une

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¿Por qué el destino siempre juega a nuestra contra?

Aquella pregunta rondaba de manera insistente en la cabeza de Yuri. Una y otra vez mientras se contemplaba en el espejo de sus habitación.

¿Por qué tuvo que nacer omega?

La rabia lo carcomía por dentro al ver que no había podido hacer nada contra su instinto, contra su animal interior, contra sus miedos...

Levantó sus dedos a la altura de su cara viendo como estas se encontraban bañadas de un líquido transparente un tanto viscoso, apenado bajo su vista encontrándose con su miembro aún despierto y sus mejillas rojas cual rosas.

Suspiró levantándose del piso con las piernas temblando como gelatina, así llegó hasta al baño y tomó de la repisa los supresores, había pasado unas horas desde lo ocurrido con Víctor y aún lo sentía ahí, presente mirándolo con lujuria, deseandolo en secreto. Tragó las pastillas para ir a cambiarse algo cómodo.

Angustiado por la tremenda imprudencia que cometió, ahora sus actos lo castigarian con la pérdida de su trabajo ¿Ahora qué haría? Pensó buscar trabajo en una cafetería para ser de mesero, tal vez eso era más acorde a él pero no ganaría tanto dinero como lo hacía en aquella corporación. No podía negar que le pagan bien, su corazón se estrujó al pensar que ya no podría mandarle el suficiente dinero a sus padres. Yuri había aceptado el trabajo principalmente para ayudarlos ya que su hermano mayor ahora tenía de una familia de que ocuparse.

Yuri se enrolló con las sábanas haciéndose bolita mientras las supresores hacían efecto en su organismo. Pesó en todas las posibilidades de perdir perdón al señor Nikiforov para que al menos lo pongan como conserje. Unas silenciosas lágrimas adornaban su rostro y quedó profundamente dormido ante la angustiosa situación que causó.

Yuri dió un brinco en la cama al escuchar el timbre de su departamento un poco mas calmado que hace unas horas. Se restregó las manos en la cara para quitarse el sueño divisó hacia la ventana percantadonse de que ya era de noche, el timbre resonó y con pereza se levantó de su muy domar a cama.

Yuri completamente seguro de que sería Phichit no dudo en ir abrir la puerta con los pies descalzos y de mala manera, sin fijarse quien era abrío la puerta de golpe para rápidamente darse la vuelta dejando paso libre el ingreso a la persona.

Víctor levantó una ceja confundido y sin darle mucha importancia entró, el alfa se llenó del exquisito olor del menor con tan sólo entrar a su apartamento todo esa pequeña extención olía a él, sonrió enterneciodo al percatarse que había marcado el territorio como suyo.

Por otra parte Yuri no se había percatado del intruso pues sus sentidos estaban nublados por el exagerado consumo de supresores. Fue directamente a la cocina par sacar una botella de vino, quería contarle sus pesares a su mejor amigo y que mejor manera que hacerlo con un par de copas.

- Adivina a quien despidieron hoy - dijo Yuri en tono sarcástico mientras se ponía de puntitas para alcanzar las copas.

Víctor se apoyó en el marco de la puerta divertido ante la situación.

- ¡Sí! a mi ¡a este idiota! - se señaló así mismo, con una mano sostenía el vino y con la otra la copa empezando a servir.

- El bastardo de Víc... - sus palabras murieron de golpe en su garganta al percatarse del presente en su cocina.

Las copas impactaron con el piso por que Yuri no había podido con la impresión y las soltó haciéndose añicos al instante. Como defensa propia retrocedió ocultandose en el buro de la cocina.

INTOXICATE || victuuri-omegaverseWhere stories live. Discover now