Capítulo veintiocho |Editado

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Celeste


Jamás me había sentido tan consentida en mi vida como me había sentido hace unos minutos mientras Daniel me demostraba su amor de aquella forma tan particular.

Nunca en la vida alguien se había dedicado a recorrer mi ser de una forma tan delicada y pura como él lo había hecho.

Luego de aquel baño no podía dejar de sentirme agradecida con él por demostrarme que todo puede mejorar aún en el peor panorama.

Me encontraba en mi habitación buscando que vestir, mientras Daniel había ido en busca de nuevos cafés.

Esta mañana desperté mal, pero encontrarme a Melissa en la casa fue algo que jamás hubiera imaginado. Perdí el total control de mi cuerpo.

Las palabras que ella misma me había dicho no dejaban de rondar en mi cabeza.

En un principio pensé que ella solo quería hacerme sentir mal, pero luego de reunir las pruebas suficientes llegué a la conclusión de que Alejandro si me había engañado con ella. Melissa no mentía.

Las piezas del rompecabezas parecían encajar y yo caí como una total estúpida.

Eran demasiadas coincidencias.

Recuerdo muy bien cuando Alejandro se iba de casa a reuniones con sus "amigos". Cuando esto pasaba, yo invitaba a Melissa a casa para no estar sola, sin embargo ella nunca estaba disponible diciendo que su madre adoptiva la necesitaba, o que se iría a casa de alguno de sus hermanos.

Fui una imbécil, admito que la hicieron de maravilla. ¿Cómo iba a sospechar de mi esposo y mi mejor amiga?

De alguna forma eso recompensa mi desamor por Alejandro, así que no fue una información que me afectara demasiado.

Pero si duele un poco.

Admito que no teníamos mucha intimidad pero, ¿mi mejor amiga? ¿en serio?

Meneé la cabeza quitando esas ideas de mi mente. Él ya no estaba aquí y después de todo, nunca volverá.

Para cuando ya estaba vestida, visualicé a Daniel entrando a la habitación muy concentrado mirando las tazas. Tomé la mía rápidamente para que no se le hiciera más difícil mantener el equilibrio.

-gracias. -pronuncié aún pensativa.

-de nada, caramelito. ¿te pasa algo? -preguntó extrañado.

-si... bueno -me senté en la cama y le hice señas para que hiciera lo mismo. -descubrí algo.

Lo miré atentamente y el frunció el ceño en señal de confusión. Continué.

-Descubrí que... Melissa tenía razón.

-Celeste -me interrumpió- no me digas que de verdad crees que entre ella y yo... -hizo señas con sus dedos.

Me reí y negué con la cabeza.

-No. Tú no serias capaz de engañarme -aseguró -¿Verdad?

Daniel suspiró y tomó café. Luego de una pausa dijo:

-no tengo ojos para nadie más que no seas tú.

Asentí mientras bebía de mi taza.

-lo que descubrí... -titubeé un poco - Descubrí que Alejandro y Melissa sí, eran amantes.

Daniel abrió un poco los ojos sorprendido y luego pareció recordar algo.

-¿qué tan cierto es que Melissa y tú eran amigas?

Prometo Olvidarte ©| CompletaWhere stories live. Discover now