Para una simple chica de oficina que le gusta divertirse, tener un pacto con el diablo puede ser lo que la haga crecer como persona... Aunque no esperaba que el Mal tuviera un lado amable y bastante sensual sobre la vida.
Aunque las cosas no siempre...
Siendo sincera, conocerlo fue lo mejor que me pudo haber pasado desde que llegué a Nueva York.
Él es Lucifer, un hombre y un amante, no el mío. Sexo, aventura, pasión, placer, belleza, lujuria, entrega... Así es, él es Lucifer, así es Lucifer, el verdadero Diablo en persona.
Aún asi, existen cosas de él que jamás pude tener por completo.
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"Nunca más estaré contigo" Capítulo #14
Lucifer estaba sentado en un sofa y frente a él, se encontraba la figura reconocible de una mujer que sonreía tierna. Por instinto, Lucifer se acercó a ella y la abrazo fuertemente, pegandola a su cuerpo en un ansiado acto. -Lo siento tanto, por favor perdóname... -No hay nada que perdonar, ahora podremos estar juntos por siempre... La sola mención de esas palabras, provocó que el hombre se separará rápidamente, dándole la espalda a la mujer quien continuaba sonriendo tierna. -No puedo permitirlo... -¿Qué sucede, Lucifer? -Después de todo el daño que cause, después de tratarte como lo hice... Lo menos que te mereces no es una vida conmigo... -Son cosas que me busqué, ¿Crees que no sabía en que me metía?, ¿Crees que mi corazón no entendía lo que quería? Siempre lo supe Lucifer, tu naturaleza y el hecho de que me gustabas... Aún así me afronte, me arriesgue y te entregue todo... -¿Te arrepientes? Lucifer no se atrevía a mirarla pues temía iniciar un mar de llanto frente a ella, sus hombros temblaban, sus manos eran puños que cerraba con fuerza y su voz se quebraba por momentos. -Nadie te amara tanto como yo, jamás pasará... Siempre seremos tú y yo, y aunque no quieras regresar a casa, al infierno, ahí estaré... Esperando por ti... -¡No voy a permitirlo! ¡No te quedarás conmigo! He estado en el infierno, no es lugar para alguien como tú, una persona como tú no puede estar ahí... Te consumiras eternamente, sin descanso, sin compasión, con dolor, ni siquiera podremos estar juntos porque ese será tu castigo, el infierno no es un lugar de complacencias... Lo se... -Estoy dispuesta a sufrir por ti, eso no me importará... -¡¿No entiendes que me condenaras a mi también?! Es un castigo compartido, no creo poder soportar estar lejos de ti, viendo como sufres... Por mi culpa... La mujer camino a él y colocó una mano en su hombro, lo hizo girar para abrazarlo de frente; Para ese tiempo, la tristeza de Lucifer estaba por derramarse.
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-Tienes que dejar de culparte... Aquella voz resonaba con dulzura en su oido, el abrazo firme lo hacía querer llorar y desplomarse, sentía que se rompería en ese momento, frente a ella, frente a todo el mundo. -No es tu culpa, si sientes que me manipulaste para llegar a este punto, si sientes que es tu culpa lo sucedido, si sientes que nadie te valora, si te sientes sólo... No te culpes Lucifer, deja de lastimarte por cosas como esas... Deja de lastimarme al verte así... -No quiero que vayas al infierno, por favor no... A este punto, Lucifer ya lloraba y suplicaba, era como un niño pequeño con un capricho, la abrazaba con desespero, tenía miedo... Así es, él tenía miedo. La mujer sentía y al igual que él, se lamentaba por lo ocurrido, les faltaba mucho más por vivir. -Te perdono, Lucifer... Aunque no hay nada que perdonar... -¿Eh?
