Capitulo 1

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Michael

Recién llegados a nuestra nueva casa, Zack y Ángel se dedicaban a organizar sus habitaciones mientras yo arreglaba la sala, el camión de la mudanza recién se había marchado y había mucho por hacer.

- Mike! Termine con mi cuarto ¿te ayudo abajo? - me grito Ángel desde arriba.

- Seguro Angie, baja - le grité.

Bajó corriendo las escaleras cargando sus pequeños 1.69 mt de estatura y su melena rizada indomable, sus ojos eran verdes y parecían los de un gato y era la chica más graciosa que alguna vez conocí.

- Flaco, traje los ceniceros - dijo poniendo tres objetos de cristal en el mesón de la cocina.

- Genial, muero de ganas de un cigarro - le dije sacando mis cigarros de mi mochila.

- Ya está el café ¿verdad? - preguntó ella mientras yo me adelantaba y le pasaba una taza.

- Negro sin azúcar, tu favorito - le dije y ambos reímos, Zack justo venía bajando y le quito la taza a Ángel.

- Hey! Eso es mío - Le grito ella tratando de alcanzar la taza, cosa que era imposible, Zack tenía el cabello corto a los lados y largo arriba como yo, ojos marrones, gafas y un bronceado de playa de hace 7 años que nunca lo abandonó, cabe mencionar que mide 1.88, Ángel jamás lo alcanzaría.

- Te duermes y pierdes enana - rio Zack.

- Déjala ya, ese está simple, mira - le dije pasando otra tasa, el la miro desconfiado- relajate, tiene cantidades blasfemicas de azúcar - le dije.

Tome un cigarro de la caja, lo encendí y dejé mi encendedor junto a los ceniceros, Ángel sabia siempre que canciones poner, hoy era Hotel California de Eagles, nuestra canción favorita de la 5ª temporada de American horror story, Angel y Zack ambos también encendieron uno y nos pusimos serios.

- Muy bien, tareas, la cocina déjenmela a mi, yo cocino y limpio, Ángel tu barres y Zack trapeas, cada uno su habitación, ropa una vez a la semana y los baños nos los repartimos - dije yo, todos accedieron.

- ¿Quien compra la comida? - preguntó Angel - Diría que nos turnemos pero Zack no puede notar la diferencia entre guisantes y judías y tu eres imposible para elegir una fruta buena así que lo hago yo - dije decepcionado.

- Hey - protestó Zack calando su cigarro - solo pasó una vez! -

- Si, para el cumpleaños de mi papá, y sabes que el odia las judías - le reproche, calando del mío.

- Muy bien, ordenemos esta casa y vamos a celebrar! - dijo Angel, y por celebrar hablaba de sacar el licor y beber hasta perder el conocimiento, lo que no era tan mala idea.

Con la casa medianamente limpia para las 9 de la noche, nos arreglamos y salimos en el auto, vimos un bar cerca a casa así que ese sería nuestro lugar hoy, se llama el lobo de jade.

- Lindo lugar - dijo Ángel bajándose del auto, estaba sonando Faded de Alan Walker cuando entramos - Angie todo lo que tenga que ver con el color negro o verde te fascina - reproche yo, después de todo, habían luces de neón verdes y las paredes estaban pintadas de negro.

Entramos y nos sentamos en la barra, cada uno un shot de vodka en la mano.

- Muy bien, salud! - dijo Zack - Por nosotros y la nueva casa - siguió Ángel, brindamos y bebimos, se sentía tan bien descansar luego de un rato.

Seguimos en las mismas y luego de la tercera copa vi que Angel estaba más ocupada comiéndose con la mirada a una chica al otro lado del bar.

- Enana, una foto duraría más - le dijo Zack riendo, ella casi deja caer su copa.

- Muérete Zack, encima, no creo que ella sea lesbiana - contestó deprimida, pero yo pensaba lo contrario, la sagaz pelirroja que Ángel miraba venía hacia nosotros con una sonrisa pícara en el rostro, ella resultó sentada junto a Ángel y empezaron a conversar.

- Ya la perdimos - Dije blanqueando los ojos.

- Pues es linda - dijo Zack

- Supongo, igual no es mi estilo - le conteste

- Pues si ella puede conseguirme una amiga, todo relajado - dijo el.

- Dudo que tu tengas un amigo para mi - le reproché.

- Pues... - le contestó.

- Ay vamos, te hago el favor cada que puedo y ya tengo tres amigas que me llaman a decirme llorando "Mike, Zack me lastimo, lo hicimos y lo hicimos y se desapareció", nunca las volviste a llamar - le reproche.

- Eres mi mejor amigo, te sabes todas mis fechorías - me dijo protestando.

- Que no, davivienda bebe, estás en el lugar equivocado - le dije riendo.

- Meh, igual aun estoy con tu amiga, la chica rubia que estudia optometria - le dijo el.

- Aun sigues con Rebecca? - le dije con tono de sorpresa.

- Pues hablamos pero no es gran cosa - dijo nervioso.

- malditos suertudos, mientras yo aquí solo triste y feo por la vida - le dije quejándome, la pelirroja se fue y Ángel se veía muy contenta.

- Alguien consiguió un número - dije malicioso.

- Eso y otro trago - contestó brindando para sí misma.

- Genial, tu compras la próxima caja de cigarros, esta casi se acaba - protestó Zack.

- Me toca el de la suerte! - les grite, ellos rechistaron pero gane, era la vieja tradición de abrir la caja y golpear por debajo para que saliera un cigarro, lo volteas y es el último que fumas, es el de la suerte.

- Bueno Pues, fondo blanco! Les gano con cerveza, ustedes dos son un par de fresas - dijo Ángel, pidiendo tres jarras de cerveza.

- 1, 2, 3! - conté y empezamos a beber, acabamos casi iguales, nadie dejó una sola gota, seguimos así con 6 jarras hasta que la séptima acabe ganando yo, Ángel se ahogo cuando la pelirroja salió y le guiñó el ojo.

Luego de toser un rato Ángel hablo - Si vieron??? Si vieron??? Me pico el ojo! Esa es mía - dijo maliciosa.

- No te emociones - dije serio - quizas ella solo quería que perdieras.

- Flaco no seas así, qué tal que si - dijo ella.

- Pues escríbele a ver - le dijo Zack, ella no tardo ni dos segundo en sacar su teléfono y enviar un mensaje, quien diría que ese par de locas empezarían por ahí?
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Cigarros y cafeWhere stories live. Discover now