Hasta siempre

medidas de seguridad

Capítulo 6: medidas de seguridad

Lia despertó con un tremendo dolor de cabeza. Vio a su hermana a un lado de la camilla de la que no se había levantado desde que la ingresaron en el hospital. Veía todo borroso y no tenía fuerzas ni para mover los labios para hablar.

-          Tienes anemia- dijo Sophia sin mirarla-. Más concretamente, anemia falciforme. Consiste en la deformación de algunos glóbulos rojos. Debido a la sustitución del ácido glutámico por la valina, los glóbulos rojos adquieren forma de hoz.

Terminó de colocar una bolsa al final del tubo que estaba conectado a la mano de Lia y siguió hablando.

-          Al principio, me extrañó que entraras en coma por anemia. Es grave, pero no tanto. Investigué los peores casos y entonces caí en la cuenta de que ese no era el verdadero problema.

Lia seguía sin poder moverse, así que esperó a que su hermana continuara.

-          Cuando naciste, tuviste ciertos problemas de corazón. No podías bombear suficiente sangre al cerebro y eso era muy peligroso. Pero ese mismo año dejaste de tener problemas. Un día apenas te podías mover, y al siguiente tu corazón estaba como el de los demás.

De nuevo se hizo el silencio en la habitación. Sophia se quedó con la mirada perdida. Lia supuso que estaría recordando el momento en el que se enteró de que ella estaba enferma. Pero Sophia no tardó en seguir con su monólogo.

-          Todos los médicos dijeron que tu corazón no tenía ningún problema, pero papá y mamá decidieron mudarse aquí por si alguna vez los problemas decidían volver. Y yo me preparé en la facultad para ese momento.

Se giró hacia Lia y fijó su mirada en los tremendos ojos azules de la muchacha.

-          Lo supe en cuanto me sumergí en tu mirada. Supe que los problemas acababan de empezar. Se podría decir- añadió con una sonrisa torcida- que fue un sexto sentido. Pero ahora no importa demasiado por qué lo supiera. El caso es que estaba en lo cierto y ni siquiera las medidas preventivas que les dijeron los médicos a papá y mamá han servido para algo.

Lia se dio cuenta de que Sophia estaba hablando más para ella misma. Notó la rabia y la frustración en su voz. Como si le hubiese leído el pensamiento, Sophia apartó la mirada no sin antes dirigirle una débil sonrisa.

-          Ahora estarás un poco débil los próximos días, pero si comes bien y bebes mucha agua, no creo que tardes mucho en recuperarte. En cuanto a lo de la anemia, te he introducido en el suero el aminoácido que te falta. Tampoco creo que tengas muchos problemas para recuperarte de eso.

A Lia no se le pasó desapercibido el hecho de que su hermana no dijera nada sobre su corazón. Al parecer, eso sí que era un problema algo más grave.

-          Cuando tengas fuerzas para caminar, te recomiendo que empieces a hacerlo. Si pulsas este botón- dijo señalando un botón verde- llamarás a la enfermera que esté de guardia y vendrá para acompañarte en tus paseos al menos al principio. Y este otro botón- dijo señalando uno rojo- sirve para avisarme a mí en caso de emergencia. Llevarás uno igual en el cuello por si te pasa algo mientras caminas por el hospital. A pesar de que está lleno de profesionales, nunca se sabe.

Cuando le dio un mandito con un botón rojo y se lo puso alrededor del cuello de forma que no le molestara, Sophia le dio un beso en la frente y salió de la habitación.

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Y aquí está otro!!! :) espero que lo hayáis disfrutado.  no sé si servirá de algo subir todos los dias porque de momento no he recibido ni votos, ni comentarios, ni tampoco muchas lecturas :( :(

de verdad que podéis decirme qué no os gusta yo estaré encantada de saber en qué puedo mejorar ;)

De todas formas, a todos los que leen, muchas gracias y un saludo enooormeeee!!!! ;)