Capítulo 4

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Me costó no salir corriendo del avion cuando llegué a California. Eran aproximadamente las 4 am, así que no había mucha gente en el aeropuerto. Y como no había mucha gente, los empleados nos pudieron atender más rápido.
Metieron mis maletas en mi auto y luego me dieron mis llaves.
Conduje hasta casa tranquila, me sentía ansiosa por llegar y recostarme en cama. Pero aún así conduje lento, no quería despertar a las personas que dormian con el sonido de mi auto.
Metí el auto en el jaraje, y tomé mis llaves para entrar por la puerta trasera. La inmensa y azul piscina me recibió al igual que la poca iluminación. Luciendo casi todo igual a esa vez cuando Ross y yo lo hicimos. Entré a mi casa sonriendo tontamente, y recordando todo.
Me dirigí a mi habitación sin detenerme a comprobar que todo estaba donde lo había dejado.
Abrí la puerta y salté a mi cama. Sentí las mantas bajó mi piel y me sentí en casa, que era donde estaba, pero aún así, la sensación fue buena.
Me levanté y fui a la ducha. Me quité la ropa rápido y me metí a la bañera. Dejé que el agua callera en sobre mi cuerpo, y la deje calentar cada parte de este. Cerré los ojos, diciendome mentalmente lo mucho que había extrañado al calor.
Mi ducha no tardó mucho, me encagé de lavarme el cabello, cuerpo y dientes, me sequé el cuerpo y cabello para evitar mojar el suelo y luego salí sin ponerme ni una sola toalla.
Eso era algo bueno de estár en casa, estabas sola así que podías hacer lo que quisieras. Algo que no podía hacer en los hoteles mientras estaba en tour.
Oí un golpe y me sobresalté al ver que la puerta de mi habitación se abría. Miré sus ojos, y analizé cada centimetro de él, como si quisiera escanearlo y guardarmelo para mi misma.
Sus ojos tambien me observaron y poco a poco fueron bajando por mi cuerpo.
Me lanzé hacia él cuando se pasó la lengua por los labios.
-Wow.- me dijo atrapandome en sus brazos.- No tenía esto en mente.
-¿Donde estabas?- le pregunté separandome un poco de él. "Mala idea" pensé, pues ahora estaba frente a sus labios.
Se los besé y mordí con desesperación mientras mis manos acarisiaban todo su cuerpo.
-Pasé aquí la noche, y dormí en el sofá, esperando que cuando llegues me despiertes, pero al parecer no hiziste ruido alguno.- me miró un poco molesto.
-Entre por la puerta de atrás.- expliqué. Ahora me enfoqué en su cuello, besé, lamí y mordí.
Ross soltó un gemido, y me piel se erizó completamente. Cuanto había extrañado ese sonido.
-Ya veo.- me dijo poniendo sus manos en mí.- Y me desperté cuando oí la ducha. Creí que no era acá al inicio y...¡Oh, nena!
Su último gemido me excitó. Dejé que mis manos bajaran y tocaran donde quisieran.
-Y yo solo quería darte la bienvenida.- dijo con esfuerzo. Sus manos tambien empezaron a tocar donde querían, que resultó ser los lugares en los que yo tambien quería que me toqué.
-¿Porque estás desnuda?- me preguntó.
Observé lo que traía puesto: pantalones de pijama y nada más.
-¿Porque tu no?
Tiré de él y lo empujé contra mi cama, sus piernas chocaron contra está y calló debajo de mí. Subí sobre él y empezé a moverme sobre él.
Froté nuestras partes provocandolo, así como lo había hecho él conmigo. Trataba de no gemir para lucir más calmada, pero todas mis hormonas se volvieron locas luego de 3 largos meses sin Ross.
-_______, porfavor.- me suplicó cerrando los ojos. Se quitó los pantalones teniedo cuidado de no derrumbarme, y solo quedó en boxers.
Volví a sobarme sobre él, y esta vez el rozamiento fue más intenso, sus manos fueron a mis caderas y las sobó, tratando de distraerme. Pero no lo hize, al contrario, me acerqué más a él y hize que sintiera lo húmedo que estaba mi sexo.
-Nena, porfavor.- volvió a suplicar, se movió para quitarce los boxers, pero lo detuve.-______, solo dejame...
-Yo lo quiero hacer.- le dije guiñando un ojo. Me recosté sobre él haciendo que sienta mis pechos sobré su cuerpo, y luego fui bajando hasta llegar al borde de sus boxers negros, con mis dientes tiré de estos rapidamente.
Miré su erección, grande y dura, sería capaz de hacerle todo lo que el quería, lo amaba tanto que no me imporataba que cosas pervertidas pasaban por su mente si le dijera que haría todo lo que el quisiera.
-______, ven acá.- me dijo estirando los brazos, pero yo lo había hecho esperar 3 meses.
Miré a su miembro y luego a él, directamente a sus ojos llenos de excitación, y sin quitar la mirada de él besé su miembro.
Tras oir su gemido, su pene se endureció más, y fue cuando metí la punta de su polla en boca.
Soltó otro gemidos mientras chupaba desesperadamente, sintiendo su sabor a Ross, como una paleta con sabor a Ross. Tambien había extrañado ese sabor.
-¡Sí _______!- dijo mientras recostaba la cabeza y subía las caderas hacia mí, para que pueda meter todo su pene en mi boca.
-No tan rápido.- le dije sacandolo de mi boca.- No entra todo.
Gimió aún más fuerte cerrando los ojos. Sonreí al darme cuenta del efecto que tenían mis palabras sucias en él.
Me encargué de chupar y lamer la punta de su pene, apreciando cada segundo de él.
Abrió más sus piernas para que pueda acomodarme mejor y pudiera chupar mejor. Sus manos cogieron mi cabeza y la acercó más a él, haciendo que su polla me toque la garganta.
-¡Sí!- gritó entre gemidos.- ¡Oh nena cuanto extrañe tu boca!
Volví a la punta de Ross justo antes de que este se corriera ferozmente y lanzara un grito animal.
Su semen fue tanto que no pude tragarmelo todo, y un poco de este me salpicó en los pechos.
-Ven aquí.- me dijo con la respiracación irregular.
Me jaló y me envolvió con sus brazos haciendome sentír su calor corporal. Intenté abrazarlo, pero sus propios brazos me lo impedian. Me limité a meter la cabeza en su cuello.
-¿Porque estás mojada?- me separó un poco y me miró los pechos.
-Eso es tuyo.- le dije.
Sonrió de costado y me puso bajo de él.
-Vamos a limpiarte.
Antes de que pueda decir algo más, la boca de Ross se posó en mis pechos. Lamió todo el semen que había en mí, pasando su lengua desde mi garganta hasta el abdomen, y luego se detuvo en mi seno derecho. Chupó mis pezones mientras que con su otra mano masajeaba mi clítoris. No supe como contenerme, así que comenzé a gemir con todo lo que pude.
Sentí sus dientes rozar mi piel sensible por la ducha, y sentí como mis pezones se enfuraban aún más bajo su boca.
¡Si Ross no era un dios del sexo, yo no hablaba español!
Me pregunté como era que él sabía hacer esto tan bien, él había sido virgen hasta que me conoció, de manera que no tenía experiencia cuando lo hicimos, al igual que yo, pero aún así la primera vez que lo hicimos fue genial.
Y luego pensé que talvez ser bueno en el sexo está en la sangre. Después de todo, Mark y Stormie tenían 5 hijos.
Me corrí gritando cerca del cuello de Ross. Sus manos sobaron mi humedo sexo y luego se llevó los dedos a la boca, los chupó y luego me ofreció sus dedos.
Negué con la cabeza y arrugué la nariz. Rió y se pusó al costado mio.
-Te extrañe mucho.- me dijo.
-Y yo a tí.- le dije mientras me volvía, para poder verlo directamente.
Mis pecho descanzaban sobre sus brazos.
-Tendremos que aprender a soportar estár uno lejos del otro, si queremos que esto funcione.- dijo.
Asentí. No creí que alguna vez valla a poder, pero iba a aprender a disimular que estaba bien.
Recorrí su rostro con mis ojos, y luego su rubio cabello de "Acabo de follar".
-¿Porque me observas tanto?- me preguntó divertido.
-Tu lo haces todo el tiempo.
-_______, me tienes desnudo en tu cama, y lo único que me miras es el rostro. ¿Qué tipo de chica eres?
Golpeé su hombro.
-Esta bien.- dije mientras me colocaba sobre él.-Faltan 2 orgasmos más.
Sus ojos se abrieron más, mientras sus pupilas de dilataban.
Ross Shor Lynch era mio, en cada uno de los sentidos.

BLUE (Ross Lynch) (Hot)Where stories live. Discover now