Prólogo.

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—¿Qué te parece la nueva casa, hijo mío? —preguntó una mujer de cabellera rubia con una hermosa sonrisa en su rostro que marcaban pequeñas arrugas en sus comisuras.

El joven de ojos amatistas la miró por un momento. La casa estaba mucho mejor de lo que era antes, esa morada antes era un desastre fantasmal, abandonada y en mal estado, pero gracias a que su madre había puesto manos a la obra se veía mucho mejor que antes, no había sido muy positivo últimamente con respecto a su nuevo hogar; sin embargo, tuvo esperanzas gracias a su hermano Ichiru que siempre trataba de animarlo, tal vez el cambio de instituto no iba a ser tan malo.

—Nada mal, está mejor.

—Me alegra que te gustara, llama a tu hermano y dile que escoja habitación.

—¡Yo elijo la más grande! —Había salido disparado otro joven de su misma apariencia al interior de la casa de una sola carrera.

—Parece que ya es tarde para decírselo —mencionó mientras sonreía.

Su hermano sería el más positivo de los tres, aunque no se le podía decir lo mismo de su padre, quien se la pasaba mucho en las fuerzas militares que no le daba tiempo pasársela con ellos, la mayoría de veces por casos de terremotos en las costas, lo había tachado como un abandona hogares, y por si fuera poco, hasta lo había metido a una escuela militar desde niño.

—Ya lo creo, ¿por qué no le hechas un vistazo mientras ayudo a los señores que vienen con el camión de mudanzas, Zero?

—Creo que no habría problema echarle una ojeada al lugar. —Coló las manos en los bolsillos mientras se adentraba a la casa.

Era bonita y llena de vida, mucho más que antes, el piso estaba bien remodelado y las paredes decoradas con un bello papel tapiz con rayas color crema; además de los pasillos, observó que había una escalera de madera adornando el lugar, no dio paso atrás y comenzó a subirlas poco a poco mientras que acariciaba las barandillas con las yemas de sus dedos, dejando que sus ojos vieran poco a poco el primer piso, era igual de impecable, con tres puertas de roble. Notó que una ya estaba abierta, así que supuso que su hermano menor había entrado ahí.

Abrió una puerta, la habitación estaba impecable, pero había una cama matrimonial decorándola, debió suponer de que se trataba de la alcoba de sus padres; «¿para qué nos piden que escojamos sabiendo que tan solo habría dos disponibles?» pensó mientras cerraba la puerta y seguía con dirección a la siguiente.

La otra estaba algo apartada, pero no tuvo problema con abrir la puerta, también era hermosa, y llevaba una cama matrimonial, ¿es que acaso las tres habitaciones llevaban una y no se había dado cuenta?, aunque no le importó y entró. También había notado que tenía una ventana con dirección al patio trasero. 

Se lanzó a la cama, quejándose un poco con la sola idea de comenzar desde cero en ese lugar, no le había agradado la idea de mudarse, lejos de sus pocas amistades y de su hermoso vecindario, ni siquiera sabía el por qué estaba ahí.

«Ah, ya recuerdo, el viejo trabaja cerca de aquí» suspiró, tan solo quería que su padre no se ausentara tanto, no le veía sentido estar en una fuerza militar, su progenitor siempre quiso que viera el porqué de todo eso, a pesar que no lo entendía, ni aunque le haya metido en una institución militar, meterlo en un curso de tiro con armas de fuego y arcos, sin olvidar las clases de karate que había estado tomando por varios años que casi destrozaban su cuerpo, incluso en manejo de espada, veía esos recursos muy exagerados que lo agotaban demasiado, a su hermano le había exigido poco a cambio de él, por ser el mayor.

—Que estupidez. —Se había levantado de la colcha para asomar la mirada por la ventana, se pudo percatar en que el patio era grande y lleno de vegetación que le cubriría casi las rodillas, debía ser una parte que no arreglaron, lo que más llamaba la atención era una clase de cobertizo abandonado y en muy mal estado, eso le despertaba un poco de curiosidad pero a la misma vez, temor.

—¡Zero, mamá dice que ya llegó el camión de la mudanza para comenzar a arreglar tus cosas! —el llamado de su hermano Ichiru lo hizo despertar de su ensoñación. 

«Como si hubiese algo bueno allí» le dio la espalda a la ventana para atender los asuntos.

Algo en esa casa le hacía erizar los vellos de la piel.


Este es mi primer crossover, para que les quede claro, el mundo de Vampire Knight será un universo alterno, en donde no habrá vampiros, mientras que el universo de Inuyasha no será cambiado como tal.


クロックに戻って  Kurokku Ni Modotte (Yaoi) [EDITADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora