Capítulo 23.

3.1K 438 34
                                    

            La sirvientas estaban desesperadas por los pasillos, al parecer, su amo había llegado, Rin se había puesto a su lado de repente, estaba calmada, se había quedado a su lado por mucho tiempo, Zero se le había quedado mirando, ¿de verdad el soldado Ryuta era capaz de desfigurar y matar a una mujer maravillosa y jovial como Rin? Bueno, por lo que había visto, por amor y venganza, ese hombre haría todo lo posible para saciar su sed de sangre.

—Hermano Zero, oí que ese hombre que vino la otra vez quiere hacer todo lo posible para que hables.

Zero no sabía de dónde había sacado eso Rin, sin embargo, ella estaba contenta, su rostro femenino estaba deslumbrante como aquella sonrisa, le recordaba tanto a su hermano, cuanto extrañaba a Ichiru. 

—Estoy tan emocionada, ya quiero escucharte hablar.

En eso, una de las sirvientas de dirigió hacía Rin:

—Hermana humana, le suplico que venga conmigo, el amo quiere hablar personalmente con el joven hermano Zero.

Rin había asentido antes de seguir a la sirvienta, más tarde, cierto hombre de cabello rojo se le había acercado, con cara inmutable, y eso no era lo más extraño, sino que ese yokai había hecho una reverencia.

—El amo lo espera en su despacho, joven humano. —Después de lo que había pasado esa mañana, al parecer, iba a ver a Ryuta más seguido de lo normal—. Sígame.

Con pasos algo dudosos, Zero lo siguió, ese yokai no había dicho ni una sola palabra después, al parecer, solo estaba cumpliendo órdenes al pie de la letra, aunque era extraño que un soldado lo condujera, solía ser siempre las sirvientas del palacio. El cabello de Ryuta era tan largo que tenía que amarrarlo bien, sin olvidar que parecía una flama pura, ese cabello a veces parecía ser amarillo, por alguna extraña razón ese hombre le recordaba a alguien, pero no se le venía nada a la cabeza, tal vez en su mundo haya visto una persona similar y no se había dado cuenta.

Durante el recorrido, la servidumbre había estado observando y susurrando con respecto al soldado, era conocido por un buen maestro para los candidatos jóvenes, muy orgulloso de sí mismo y no le importaba ser el centro de atención, le valía igual.

—Aquí es.

Se detuvieron al frente de una gran puerta, Ryuta se había volteado, ya había cumplido con su deber, sin antes voltearse y ver a Zero, una mirada que le decía a gritos, "No olvides el trato", antes de retirarse por completo, Zero no sabía quién era exactamente ese tal Kenichi, pero de alguna manera recordaba vagamente eso, antes de que comenzaran a aplicar la regla, a las afueras había visto siempre a ese pelirrojo patrullado con un hermoso yokai de un cabello tan rubio y unos ojos que una vez le recordó a las esmeraldas, ¡eso era!, por poco y se le había olvidado que una vez se había topado con el tal Kenichi cuando Rin y él correteaban por los pasillos, a diferencia de Ryuta y de los otros yokais, aquel rubio fue amable con ellos, tanto así que decía que le recordaban a los hijos de su hermano. 

Zero respiró profundo antes de entrar al despacho, ahí se encontraba Sesshomaru parado, estaba tan callado que parecía estar meditando, traía una especie de saco en la mano. Sesshomaru se la había extendido en su dirección.

—Hayate dijo que tienes que bañarte tres veces al día con esto, no exageres con la ración, es para que recuperes tu voz permanentemente. 

Zero había abierto tanto los ojos como su boca del asombro. 

—Ese es solo un paso, tienes que beber las pociones que te mandó después de cada comida, y ser supervisado todas las horas posibles por los siguientes efectos secundarios. —En esa última parte, Sesshomaru había fruncido levemente el ceño—. Te otorgaré mi alcoba, hace menos frío que la tuya.

Al parecer, eso era lo que le molestaba, entregar su cómoda habitación a un ser inferior debió patearle el orgullo, ni siquiera dejaba a que entraran las amantes ni Rin, solía ser muy territorial con sus cosas.

—Muda tus cosas, antes de que me arrepienta y tome la opción de cortarte una pierna.

Los ojos de Zero inmediatamente fueron atraídos por la manga izquierda de Sesshomaru, estaba tan asombrado que estaba a punto de preguntar. 

—Un regalo de paz por parte de Hayate, así que no te metas en eso.

Ver a Sesshomaru con su brazo izquierdo era tan impactante, no tenía idea de que los yokai eran capaces de recuperar una extremidad de su cuerpo.

(...)

Si Zero le hubiesen dicho antes de llegar al reino del Oeste, que en el futuro iba a dormir en la cama del Lord, se hubiese reído en ese mismo momento sin poder creérselo, pero ahí estaba, viendo una habitación más grande que la suya, y en vez de un futón, había una gran cama, tan grande que la cama matrimonial de sus padres se quedaba pequeña, decoraciones de cristales y oro. Había una gran ventana que dejaba ver las enormes montañas y el sol escondiéndose.

No se le acercó a la cama de Sesshomaru, tenía miedo de desacomodarla, al parecer había un gran cuarto de baño ahí, recién preparado, Zero se tenía que bañar ahí, buscó entre el saco que le había dado Sesshomaru, parecía ser un conjunto de hierbas que desprendían un olor agradable.

Había esparcido las hierbas en el agua, no sabía las verdaderas instrucciones, aunque parecía que tan solo tenía que bañarse con ellas añadidas. Se estaba despojando de sus prendas, bastante emocionado, eso parecía una piscina y tenía tiempo sin meterse a una, ya una vez desnudo se arrojó al agua como una bala, el agua le llegaba a los hombros, estaba tibia y relajante, si hubiese sabido que el gran yokai tenía esta clase de lujos, a escondidas se hubiese metido a su habitación sin importarle las consecuencias.

Se hundía en el agua, le encantaba hacer eso, las clases de natación que había tenido no habían sido en vano. Vaya, ¡cómo amaba sentirse así!, su cuerpo se sentía tan ligero como una pluma, pudo escuchar claramente unos pasos por ese cuarto, cuando pudo sacar la cabeza del agua, había notado que era Sesshomaru, trayendo una muda de ropa al lado de la piscina, lejos de ser mojada, se notaba que ni siquiera dejaba entrar ni a las sirvientas.

El lord se le había quedado mirando por un rato, hasta que su mirada se desvió.

—Cuando termines, póntela —después de decir esas palabras, se había retirado de ese lugar.

Extrañamente Sesshomaru parecía muy atento con él hoy, como si fuera un anfitrión. Sabía que no era fácil compartir su espacio personal con un humano.

Un humano que le hacía sentir cosas prohibidas.


Hola mis amores de lectores, lamento que el capítulo haya resultado corto, y espero que lo hayan disfrutado, tengo pensado que al terminar la historia subir una parte con una serie de datos sobre la historia, por ejemplo: quien es el desconocido que aparece en los sueños de Zero y su verdadera relación con él, o sobre el personaje de Ryuta, ¿están de acuerdo con eso?, he notado que la mayoria de mis lectores tienen un espíritu investigativo, espero que sus sopechas le den al clavo, ;)

クロックに戻って  Kurokku Ni Modotte (Yaoi) [EDITADO]Where stories live. Discover now