Capítulo 24.

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            Sesshomaru fruncía el ceño en medio de la cena, el humano era terco, al parecer encontraba repugnante las bebidas, se lo tragaba de mala gana y con gestos de asco, esa actitud no sería bien vista, aunque si se tranquilizaba un poco y lo veía bien, era entretenido, así que dejó de reprocharle.

De malas Zero tenía que beber aquella asquerosa bebida, pero si ese era el precio para recuperar permanentemente su voz, haría lo que fuera, lo peor es que la bebida era servida en un gran cuenco, era como el de una sopa, tenía que hacer todo lo posible para tomarlo todo. En ese momento, aparece Rin a sentarse en la mesa, saludando a los dos presentes, tan animada, Zero asintió ante su llegada y dejó que ella se sentara a su lado.

Le contaba a los dos presentes sobre la gran idea que había tenido la vieja yokai para el desayuno del día siguiente, a Zero le costaba prestar algo de atención pero eso le servía para ignorar el mal sabor. Por otro lado, Sesshomaru casi ni prestaba atención a lo que decía, estaba tan hipnotizado mirando a Zero.

(...)

Escenas bizarras ocurrían en su cabeza, tanto era los disparates y la brusquedad de las imágenes que su corazón estaba confuso y su cuerpo no dejaba de temblar, susurros en el vacío, sintiendo ya que su presencia caía de alturas inimaginables, guerra, fuego, ira, decepción, falta de amor y condenas lo apresaban.

Por un momento, Zero se sintió tan diminuto ante todo, en ese instante una figura femenina estaba frente a él, su mirada dorada era de absoluto desprecio, pero por un extraño motivo, no quería que ella le odiase, aunque sonara extraño sabiendo que no conocía a la mujer, esa figura elegante se alejó hasta desaparecer.

—Perdóname —había dicho una voz muy conocida que Zero por fin sabía de quien provenía.

—¿Takumei? —Miraba hacia los lados, sin encontrar la particular figura de ese hombre que aparecía constantemente en sus sueños, le abrumaba no encontrarlo.

—Perdóname, ¡Perdóname!, ¡Pedóname, Chizu! —eran unos alaridos desgarradores, como si estuviera sufriendo.

Esos gritos se hacían constantes, iba a taparse los oídos, pero se había dado cuenta de que sus manos poseían garras mortales, cubiertas de la más reciente sangre derramada, otra vez los gritos, la figura de la mujer que se iba era casi brillante, costó algo de tiempo antes de darse cuenta de que la persona que estaba gritando no era exactamente Takumei, sino él.

Todo su cuerpo permaneció tan congelado, ya no podía moverse.

Sus ojos se abrieron de golpe, pero le costó un rato para ver claramente el techo de la habitación. Estaba sintiendo un poco de calor, así que quería removerse . Eso también era lo extraño, no se podía mover, su cuerpo yacía inmóvil, pensaría que era por los efectos secundarios si no hubiese volteado la cabeza y hubiera notado el rostro dormido del lord, quien era el causante de que su cuerpo no se moviera.

Por culpa de esos brazos de yokai que lo habían rodeado por completo, hasta una de esas piernas inmovilizaba las suyas, Sesshomaru tenía una piyama ligera, por lo tanto, dudaba que utilizara ropa interior y no quería averiguarlo. No le gustaba sentir su cuerpo tan acorralado, así que miró fijamente al yokai, para después comenzar a soplarle el rostro. El lord solo soltó un gruñido, no quería abrir los ojos por nada del mundo.

No había más opción, Zero asomó la punta de su lengua y rosó la nariz de Sesshomaru, acción que lo hizo despertar inmediatamente.

—¿Acabas de besarme? 

Zero arqueó una ceja antes de que su cerebro aun adormilado captara lo que Sesshomaru le quería decir... ah, cierto, se le había olvidado que así se besaban los Yokai.

クロックに戻って  Kurokku Ni Modotte (Yaoi) [EDITADO]Where stories live. Discover now