Capítulo 33.

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            Miles de cosas se estaban derrumbando, todo a su alrededor se movía después de abrir los ojos, estaba en una cama desconocida y la sensación amarga al despertar era algo meramente olvidable si se tomaba en cuenta del dolor físico, pudo percatar la textura de las vendas que envolvían su torso, estaba todo muy tranquilo, la habitación era pulcra y llena de libros, más grande que la biblioteca común que estaba acostumbrado a estar.

Una figura masculina fue reconocida al instante, la intensa mirada roja parecía evaluativa, sonrió al observar que estaba despierto y con una actitud mesurada, sus gestos le recordaban tanto a Takumei, demasiado.

—Menos mal que mi presentimiento fue acertado. —Sus ojos se fijaron en las vendas que cubrían aquella herida apenas tratada—. Que lástima que no pude llegar a tiempo, joven maestro Zero.

—Hayate...

—Qué bueno que no se le ha olvidado mi nombre, con toda la sangre que ha perdido por un momento pensé que se le iba a olvidar lo que acaba de suceder, estás al tanto, ¿no? Me imagino que ya llegaron esos mensajeros del Oeste a las tierras de Este, puedo suponer que Sesshomaru no tardará en llegar.

—¿Qué pasó con el general...Ryuta?

—Bueno... —Hayate suspiró por un momento, como si tratara de escoger las palabras correctas o algo así—. Pude tener una pequeña charla con él, al parecer no le agrado para nada, odia mi presencia por ser el sabio del Norte; él está bien, encerrado en las celdas, me imagino que va a ser ejecutado por lo que ha hecho. El lord Sesshomaru debe estar colérico.

Zero estaba bastante inquieto, no se imaginaba lo que Sesshomaru haría al regresar, mínimo y adelanta la ejecución de Ryuta por su propia mano, los yokais eran criaturas sanguinarias y solían dejarse llevar más por los impulsos que el razonamiento. Nunca se había imaginado que para una ejecución caprichosa, aquel general le haya utilizado de esa manera.

—Y no te queda mucho tiempo, joven maestro Zero. Los efectos mortales de la marca harán efecto alrededor de cinco días.

En ese momento, Zero no había demostrado asombro alguno, como si ya lo hubiere sabido y preparado de manera psicológica, Takumei incluso se lo había mencionado de manera disimulada, pero Zero no era idiota, lo había entendido perfectamente.

—Ya me esperaba esto. Hayate, ¿será que algún día podré volver a ver a Sesshomaru y a Rin? 

Un silencio se hizo despertar, pero no duró mucho tiempo cuando Hayate habló:

—Todos nosotros reencarnamos, viniste aquí para salvar a alguien, no solo para cumplir la maldición. He tenido una amena charla con Shikon, todo ya cobra sentido.

—¿A qué te refieres?

—Te voy a contar una pequeña historia, ponte cómodo.

Zero se sentó lo más confortante posible y Hayate no se quedó atrás, él mismo consiguió un asiento y lo ubicó al frente de la cómoda cama.

—Bien, como he dicho, todos nosotros reencarnamos, he conocido a tu antepasado y el de Sesshomaru. El tuyo estaba enamorado de aquella mujer que alguna vez fue la portadora del alma del lord de este reino, estaba tan enamorado, pero ella lo odiaba, y para poder ganarse los sentimientos de ella, hizo un trato con Shikon. 

Zero escuchaba atentamente todo lo que decía, era bastante difícil de asimilar, pensar que su antepasado había hecho eso y que su alma y la de Sesshomaru ya se habían conocido anteriormente, era algo que no se digería en un solo día.

—¿Y qué pasó?

—Me imagino que muy dentro de ti lo sabes, en realidad tu alma debió reencarnar en esta época, pero el peso de la maldición lo hizo reencarnar mucho más adelante. Viniste para salvar el alma de aquella amada de tu antepasado.

クロックに戻って  Kurokku Ni Modotte (Yaoi) [EDITADO]Where stories live. Discover now