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Jungkook sobaba con cuidado el cabello del menor, quien estaba todavía muy avergonzado por lo ocurrido. Pensó muy vagamente que quizás aguantaría mucho tiempo sin ir al baño, pero se había equivocado, de nuevo.

— ¿Necesitas algo, bebé?

Jimin sonrió levemente hacía su cuidador, negándole lentamente con la cabeza, antes de admirar la sonrisa de este.

— Mientras dormías, le dije a lo chicos sobre dejarnos solos, aceptaron, así que puedes sentirte libre de preguntarme o pedir cualquier cosa.

Jimin asintió rápidamente mientras que el castaño le colocaba las rodilleras con cuidado, ya que anteriormente, el rubio se había hecho raspones al gatear.

— Listo bebé. ¿Quieres ir a la sala, y poner dibujitos? Puedo darte juguetes y crayolas.

Jimin pareció muy emocionado ante la idea, colgándose con rapidez del cuello del contrario, quien, luego de intentar no caerse — más que nada por Jimin que él mismo —, por las escaleras, dejó a Jimin en el suelo que estaba decorado con una alfombra suave.

— Bien, ¿Te pongo el asombroso mundo de Gumball?

Jimin dio pequeños aplausos mientras asentía con rapidez gateando un poco para poder abrazar al más alto de la pierna.

— Mira, aquí tienes.

Jungkook le pasó una caja llena de juguetes, antes de sentarse en el sofá suspirando. Se mordió el labio inferior, mientras fruncía el ceño; estaba muy preocupado por Jimin, pensó que quizás llevarlo afuera era buena idea, y se había equivocado, había sido un pésimo cuidador, y sobre todo, un pésimo novio; Había hecho sentir mal a Jimin, había provocado un problema en él cuando solo quería ayudarlo.

— ¿Ggukie?

Jimin retiró con cuidado su chupete de la boca, acercándose al para para poder sentarse en su regazo.

— ¿Porqué Ggukie llora?

El más bajito pasó su pulgar por las mejillas del castaño, retirando las rebeldes lágrimas que pasaban por ese lugar.

— Perdoname bebé, yo, creí que hacía lo correcto ; creí que haría bien mi trabajo como novio y cuidador, y solamente la embarré; te hice llorar, te forcé a salir de tu confort, lo único que hice fue hacerte daño, perdoname.

Jimin sintió cada una de las piezas de su corazón ser rotas cuando Jungkook empezó a llorar sin filtro alguno delante suyo, haciendo algo de fuerza en su cadera, que poco importó al más bajito.

— No, no. Jungkookie-ah hace un trabajo excelente, mi novio es el mejor del mundo, y el mejor cuidador que jamás pudo haber. Nadie se habría preocupado tanto por mí, o hubiera hecho la promesa de matar cada una de mis pesadillas, nadie.

Jungkook secó sus lágrimas algo avergonzado, atrayendo con suavidad a su novio, dejando besos por todo su rostro.

— ¡Ya sé como hacer feliz a Daddy Kookie!

Jungkook le sonrió ampliamente, separándose para acariciar con suavidad el pelo de su novio.

— ¿Como lo harás, cariño?

Jimin se bajó rápidamente del regazo de su cuidador, bajando hasta ponerse de rodillas delante de la mesa donde se encontraban sus crayolas y papeles; a continuación el más bajito, empezó a dibujar dos personas agarradas de las manos — algo mal dibujado debido a su estado mental — y luego poner en azul y amarrillo; “ Tu eres el mejor papi del mundo ”
puso corazones, estrellas, y gatitos al rededor del dibujo, antes de volverse a sentar en el regazo del castaño, quien lo miraba curioso.

Little BabyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora