Contract.

Contract. Capitulo 7

Capitulo 7:

Tomando a Ema de las caderas la acomodo en el borde del escritorio, luego me envuelvo las caderas con sus piernas y ella sin necesidad de guiarla con palabras las pone en cruz en mi espalda comprendiendo que deseo que se sostenga con firmeza de mi cuerpo. 

Ema ahora sabiendo que es mía y yo suyo se muestra una amante confiada y sensual. Me anima a tomarla por entero. Se sujeta de mis hombros con las manos observando el movimiento sensual de los músculos debajo de mi piel con cada movimiento que hago. Luego busca mi mirada y me ruega con una expresión anhelante llenarla de mi.

Yo complaciente la provoco y la erotizo acariciando su piel intima con la dureza de mi erección, ella jadea excitada sintiendo mi falo rozando su vulva húmeda. La muevo de adelante para atrás de las caderas para frotarla contra mi miembro, rozo con la punta de mi corona su clítoris y amo verla agitarse de placer y de lujuria. 

Sabiendo que esta lo suficientemente excitada y dilatada pongo saliva en los dedos de mi mano derecha, empapo la punta de mi erección y luego acomodo el glande de mi falo en su entrada vaginal.

 Gentilmente y lentamente me abro paso en su estrechez y pongo presión empujando las caderas en su contra. Ema se tensa con dolor mordiendo sus labios manteniendo mi mirada. Sigo de largo en su interior, la estiro con mi largo y ancho. Poco a poco, gradualmente quedo apresado, estrujado y comprimido por sus paredes vaginales que vibran a mi alrededor debido a la extraña intrusión. De pronto la penetro con fuerza y pega un grito. Retrocedo y embisto nuevamente imponiéndome, ya que sus paredes internas se cierran poniendo resistencia. Mantengo un vaivén sensual, pero seguro. Conquisto centímetro tras centímetro su sexo. Noto como me mancha con la sangre del himen que se desprendió de su interior. No miro como me hundo y salgo de ella, puesto que me centro en su expresión y en su cuerpo hermoso vibrar y agitarse. El placer comienza a surgir y a desplegarse también en mi cuerpo como descargas eléctricas. Mi sangre se calienta y ruge inyectándome adrenalina. Mi mente sufre de relampagueos incesantes debido al éxtasis.

A medida que me deslizo en las profundidades de Ema, ella se pierde en el éxtasis. Va enrojeciendo y sudando. Yo sudo mucho mas. El sudor escurre desde mi cuero cabelludo. Mi piel cetrina se cubre con una capa de sudor. Su interior es cálido y se amolda a mis formas como un guante. La abrazo para sentir su piel en mi piel, y capturo sus labios. Me alimento de sus jadeos y de sus gemidos oscilando dentro de ella. Ema se abraza de mi cuello con los brazos. Sufre de convulsiones, cierra los ojos y echa la cabeza para atrás disfrutándome. Amo como sus senos bailan a mi ritmo provocándome con su belleza y con su roce. Comienza además a explorar mis brazos, y vuelve a mis hombros y entierra las uñas en la piel. 

Finalmente me pierdo totalmente en su interior y comienzo a chocar en su matriz. Me causa espasmos en toda la zona inguinal ya que pone resistencia apretando involuntariamente los músculos internos vaginales. Debo aumentar la rapidez y la potencia de las embestidas moviéndola de adelante para atrás tomándola de las nalgas. Entramos juntos en un estado de frenesí sexual. Volamos juntos el delicioso y emocionante trance del éxtasis y aún así queremos más, siempre más. La cargo tomándola de las caderas estando completamente unido a ella, hundido en su calidez y mientras saboreo sus labios nos dirijo al sofá largo de color blanco de cuero que tengo en mi oficina. Me siento en el mueble suave y cómodo. A continuación la dejo montada sobre mi. Apoyo la espalda en el respaldo del sofá. 

Le cedo el control de la situación a Ema ya que quiero que imponga su propio ritmo. Ella atrevida y confiada comienza a acariciarme con las manos y con los labios. Bebe el sabor de la piel de mi cuello. Besa y da pequeños mordisco en mis hombros, y en mis tetillas. Como lo hice con ella lame y succiona mis tetillas. Me causa espasmos de placer. Finalmente captura mis labios para besarme con pasión y sensualidad y yo me dejo hacer. Cierro los ojos para ahogarme de placer con sus besos y con su tacto gentil, y curioso, pero igualmente lascivo.