Cambios de look

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-Tu cabello es demasiado largo- Dijo su madre mientras cogía su pelo.

-Qué?

-Te cortaré el pelo- Dijo sacando unas tijeras de la nada.

-Qué!? No!

Jéssica comenzó a correr por la casa con su madre detrás tijeras en mano. Al llegar a su habitación cerró la puerta y se apoyó en ella.

-Oh vamos! Tres dedos- Le suplicó.

-Para ti tres dedos es media melena!- Le riñó Jess aún empujando la puerta.

Cuando su madre dejó de empujar cogió una silla cercana y atrancó la puerta con ella. Cuando se dispuso a ir hacia su cama, pasó por delante de su espejo y se miro su largo cabello. Se acercó al espejo hasta quedar a un palmo y comenzó a pensar en un cambio de look. A ella le encantaba su larga melena pero siempre llevaba el mismo estilo, así que pensó en cambiar un poco, eso si, sin tener que cambiar la largura. “Lo mejor es un flequillo” pensó. Cogió las tijeras nuevas del cajón de su escritorio, un peine y unas pinzas. Cepilló parte de su pelo hacia adelante y comenzó a cortar como su madre siempre cortaba su pelo.

Después de un tiempo se cepilló el pelo hacia atrás, lo arregló y se quedó ante el espejo con una sonrisa de oreja a oreja. Le quedaba bien, mejor de lo que ella pensaba que le quedaría, al fin y al cabo, era la primera vez que lo cortaba.

Apartó la silla de la puerta, salió de su habitación y se dirigió al salón. Cuando su madre le vio, puso unos ojos como platos, se levantó de golpe y sonrió como si le hubiera tocado la lotería.

-Estas hermosa!- Le dijo saltando a abrazarla.

-Ya vale! Que es un flequillo!- Se quejó mientras se retorcía del abrazo de su madre.

-Vale te dejo. Luego no te quejes si los chicos te van detrás- Le dijo su madre malvadamente.

Jess resopló, esa frase le hizo recordar al sujeto de los días anteriores. Se dirigió a su habitación abrió la libreta por la ultima página escrita y allí estaban las frases.

-No significa nada intentarlo- Se dijo mientras cerraba la libreta y se ponía ropa de calle.

Bajó a la puerta y se despidió de su madre.

-A dónde vas?

-Con la abu, ahora vendré.

-Está bien, no tardes mucho.

Salió por la puerta y no tardó mucho en llegar al cementerio. Se paró frente su querida abuela y miró a todos lados. No había ni rastro de él.

-Como lo suponía...- Se llevó una mano al cabello y peinó su nuevo flequillo.

Se sentó en la lápida de su abuela y comenzó a cantar una canción que le encantaba tanto a ella como a su abuela. Jess siempre cantaba con los ojos cerrados, no quería saber si había alguien escuchándola o no así que la opción más rápida era cerrar los ojos y dejarse llevar.

Al abrirlos vio un trozo de papel en la tumba. Lo tomó y lo desplegó. Algo impresionante se revelaba ante ella, era una caricatura suya, muy currada, y era hermoso. Jess pasó los dedos sobre los suaves trazos de lápiz y incluso fue capaz de percibir el sentimiento que tuvo el dibujante al hacerlo.

-Te gusta?- La voz provenía de detrás la tumba.

Jess alzó la vista y se encontró con unos ojos ámbar que la miraban fijamente, sin apartar la mirada. El chico rodeó la tumba y se sentó a su lado.

-Lo... lo has hecho tu?- Dijo sin apartar la mirada del dibujo.

-Si, aun que tiene un montón de defectos- Respondió mientras se pasaba una mano por el pelo.

-Pero que dices si es hermoso! No podría hacer algo así...

El chico tomó una de sus manos y la observó con detenimiento. Jess no entendía nada aunque no apartó la mano y se limitó a esperar mientras miraba la concentración de este.

-Podrías con práctica- Dijo convencido mientras le miraba con una pequeña sonrisa.

Jess le devolvió la sonrisa con entusiasmo y volvió al dibujo.

-Ah es verdad, pues si que hablabas- Bromeó Jess-. Ahora que hablas dime tu nombre, como mínimo.

-Me llamo Nathan, y tenía mis razones para no hablar...

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Y tal como he dicho en mi otra novela ahora colgaré tres capítulos de esta novela :3

La perversión? No es algo tan malo. (cancelada temporalmente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora