NARRADO

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Guarde el celular en mi bolsillo y baje del auto. Era un poco tarde, pero ya no aguantaba sin saber de Sahar, así que vine a su casa a las 12 de la noche.

A los segundos me abrió la puerta una  cansada Kels.

-Jack- chillo- lo siento, es la costumbre- reímos- pasa- se hizo a un lado e ingresé a la casa.

-Sahar, lleva algunos días sin responderme, pensé que podría pasarle algo- dije justo después de besar su mejilla como saludo.

-Esta muy enferma, está así desde que volvimos de la playa- respondio y me hizo un gesto para que la siguiera hacia arriba- fuimos al doctor, pero aún está muy mal- susurro mientras la observabamos desde la puerta. Estaba dormida y parecía un ángel.

-Puedo ayudarte a cuidarla- susurré y me gire a observar a Kels- luces muy cansada, puedes irte a casa y volver por la mañana, cualquier cosa te avisare- le sonreí.

-¿Estás seguro?- preguntó, asentí con la cabeza y ella me sonrió- si le haces algo malo, te cortaré las pelotas- me señaló con el dedo de forma amenazante. Rei bajito. Luego de que me indico donde estaban sus medicamentos y como debía dárselos, se fue, le envié un texto a mamá diciendo que dormiría fuera y caminé hasta ella.

-Pensé que ya no querías hablarme- susurré mientras apartaba el pelo de su cara, su piel estaba muy caliente debido a la fiebre. Me levanté y fui hasta el baño para mojar una pequeña toalla, lo coloque sobre su frente, luego sobre sus mejillas y su cuello, el calor de su piel poco a poco fue disminuyendo. Volví a mojar la toalla, la deje sobre su frente y me tendi a su lado en la cama. Increíblemente ella me resultaba bella aún estando enferma. Cerré mis ojos para dormir un poco, pero desperté cuando sentí su tos, rápidamente me senté en la cama, pero ella siguió durmiendo. Hacia un poco de frío así que me metí bajo las sábanas junto a ella. Temblé un poco al ver que estaba en ropa interior. Envié todos los pensamientos fuera y me dormí, despertando a las 8 de la mañana que era la hora en que le correspondía su medicamento.

-Sahar- murmuré mientras la movía levamente, joder, me sentía muy mal despertandola, pero debía hacerlo. Apretó sus ojos y luego se giró sobre la cama, quite la toalla que había caído de su frente y la deje en su mesita de noche.

-Creo que comencé a delirar- susurro abriendo los ojos un poco y estirando su mano para tocar mi cara. Reí y puse mi mano sobre la suya, aún seguía teniendo temperatura, pero ya no tanta- ¿Eres tú Dios?- preguntó y pellizco levemente mi mejilla.

-Algo asi- respondí riendo y ella igual lo hizo- debes tomar tu medicamento- dije y le señale la pequeña pastilla en mi mano, cerro los ojos y abrió su boca, me tomo unos segundos reaccionar y luego deposite la tableta en su boca, evitando cualquier roce con sus labios. La trago sin necesidad de agua.

-¿Dónde está kels?- preguntó apartando el pelo de su cara sin abrir los ojos.

-hicimos cambio, ella realmente se veía muy cansada- respondí y me levanté a mojar la toalla nuevamente.

-Gracias, Jackie- murmuró sin ganas. Acaricie su rostro y volví a recostarme a su lado, sujete la toalla sobre su frente cuando se giró hacia mi, durmiendose sobre mi pecho.

Despertamos cerca del medio dia, ya que le correspondía otro medicamento y también era momento de que comieramos algo.

-Lamento tanto que tengas que pasar tu día haciendo esto- y murmuro después de kels llamará diciendo que también había comenzado a estar resfriada y no podría volver, por lo que me correspondía quedarme con ella, hasta que Mattew llegará de su entrenamiento por la noche.

-Tranquila, no pasa nada- aparte el cabello de su cara.

Estaba comiendo mi sandwich mientras la observaba tomar su sopa, ya que su estómago no resistia nada más.

Instagram- Jack Gilinsky Kde žijí příběhy. Začni objevovat