Capítulo 17

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POV LUCA

Ya habían pasados 2 semanas desde que enterramos a mamá, seguí con mi vida como pude, pero había ciertos días, como hoy, en los que no tenía ganas de nada.

Odiaba ser tan frágil emocionalmente, se supone que los hombres no debemos ser de esta manera.

Estar pensando en esto solamente me hace recordar cuando mamá me decía que mi corazón era tan grande que a eso se debía el hecho de que a veces sentía tanto que para mi era imposible comprender el por que otras personas no lograban entender mi forma de amar.

Eso me lo dijo cuando iba a jardín de infantes y nunca se me olvidó.

El solo hecho de sentir como nuevamente se me llenan de lagrimas los ojos con el recuerdo hace que me enoje conmigo mismo por ser tan débil, pero no puedo evitarlo, por lo que enojado conmigo mismo y al no querer despertar a Gaby, es que me levanto y me dirijo a la sala de estar y me recuesto en el sillón donde finalmente y no se de que manera me quedo dormido después de haber llorado como imbécil.

Me despierto cuando siento que Gaby me llama a gritos, me levanto desesperado del sillón y me dirijo al cuarto, pero no la encuentro en la cama, por lo que la llamo por su nombre preguntándole donde está y me contesta que en el baño.

Abro la puerta desesperado creyendo que algo le ha pasado, pero me asombro al ver que ella esta en la bañera rodeada de espuma.

Me pide disculpa al ver mi cara de espanto al haber creido que algo grave pasaba y con su suave voz me pide que me desvista, entre a la bañera y me coloca detrás de ella para que se apoye en mi pecho.

Hago lo que me dice y la verdad es que el baño me relaja. Ella me besa como puede y agarra mis manos colocándolas sobre su redondeado vientre.

- Luca, se que sufres amor. No creas que no escucho cuando rompes en llanto, me duele tanto como a ti.

- Perdón nena, esa nunca fue mi intención.

- Calla de una vez y escúchame, quiero ser tu ancla amor, se que sufres y se que va a pasar mucho tiempo antes de que todos dejemos de sufrir, pero quiero que sepas que estoy aquí contigo, con nuestra familia, y que vamos a salir de esto. Vamos a reconstruirnos a pesar del dolor. Te amo bebé.

- Yo te amo a ti amor.

De repente siento algo en mi mano, la cual sigue sobre su vientre y me quedo anonadado.

- Ella también te ama amor

- ¿ella?

- Si ella. En la última cita me dijeron. Sé que no pudiste ir a ver ese día el sexo del bebé. Y yo pensaba no saberlo tampoco, pero a una de las enfermeras se le escapó ese día y pensé en decírtelo en la próxima cita, pero ya que la pequeña se quiso hacer notar justo ahora con su papá, me pareció un buen momento para decirte que vas a ser el hermoso padre de una nena amor.

Como si no hubiera llorado lo suficiente, empecé a llorar nuevamente, pero esta vez de felicidad, al mismo tiempo que comenzaba a sonreír como loco.

Acá estaba mi mundo, un poco cambiado con la falta de mamá, pero aún así recuperándome para poder ser el hombre que mis chicas necesitaban. 

No me desafíesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora