Capitulo 2- Canciones de la linterna oscura

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Oscuridad, negro, era solamente lo que Wirt veía, se levantó lentamente del suelo lleno de hojas en el que estaba recostado, podía sentir la tierra debajo de él, enfoco su vista hacia la única luz que había, la luz de una lámpara que portaba una intensa llama.

-¿Greg?-dijo con la esperanza de que contestara.
-Tu hermano ya no está en lo desconocido-escucho la familiar voz grabe hablarle con seriedad.
-¿Que..? Pero... Ni siquiera pude despedirme-hablo en un hilo de voz muy bajo, ya que sentía que si hablaba muy alto su voz se rompería.
-Esa fue tu elección, ahora, cuidarás de la linterna el resto de tu vida... -su voz era pesada y están llena de reproche.

Wirt tomó dudoso aquella linterna en una mano y se levantó limpiando sus pantalones, al menos tenía una buena visión más que antes, podía ver unos milímetros a su alrededor, y allí donde no alcanzaba la luz podía sentir movimientos de aquí a allá muy rápidos, sabía que eran la bestia.

-Ahora ve a talar árboles para hacer aceite, puedes ir al viejo molino.

Dijo con frialdad el ser oscuro y dejo a Wirt en medio del bosque sólo, el pequeño castaño sabía que la linterna era lo que le daba vida a la bestia, y con sólo un soplido podía apagarla y acabar con el ser maligno, pero esto era el precio que tenía que pagar por sus errores, debía de servirle a la bestia como pago por liberar a su hermano y al leñador, y ese precio era caro.

Consiguió suficientes varitas y las cargo con él al viejo molido donde experimento con la máquina para que sacara el aceite de la madera, a medida que sacaba botellas de un aceite negro y pegajoso limpiaba sus lágrimas con las mangas recordando todo lo que dejo atrás y como sería su vida de ahora en adelante, por una parte estaba feliz de haber salvado a Greg y el pensar que estaba en casa abrigado y lleno de comida hacia que sonriera de esperanza. También se sentía feliz por el leñador al estar de nuevo con su hija y en lo aliviado y alegre que debe estar con su familia, había hecho lo correcto, y se merecía aquello, se merecía servir a ese ser malignó oculto entre los viejos árboles, un ser sin corazón y lleno de frialdad, ¿como sobrevivirá aquí? ¿Cuento tiempo permanecerá vivo? Si es que lo esta.

Después de recargar la lámpara con más aceite y con algunas botellas que durarán bastante rato llenas de aceite, salió al bosque en busca de la bestia para preguntarle en que más podía servirle. A pesar de que esa extraña criatura no le hará nada ya que Wirt era quien cuidaba la linterna, aún temió estar frente a él, un terror abrumador lo rodeaba cada vez que escuchaba su grave voz. Paso minutos caminando tratando de encontrar al ser maligno, pero más bien, él encontró a Wirt.

-Buen trabajo peregrino, mantenla siempre encendida.
-Quisiera saber algo-hablo con duda y temor el chico.
-Adelante-respondió la criatura con clase y educación.
-¿Ya no podré ver a mi hermano de ninguna manera?
-Si diste tu libertad por la de él, esa significa que no-replico muy estricto haciendo que Wirt bajara la cabeza para pensar en algo, haga lo que haga, no hay nada que pueda hacer.
-¿Hay algo más que quieras que haga?-pregunta el castaño en un tono lleno de tristeza.
-No por ahora, sigue recogiendo madera, no dejes que se acaba y tampoco la dejes para último momento, y sobre todo-hablo la criatura con autoridad-no te alejes del bosque jamás-su tono era más grave de lo normal, a Wirt le temblaron las pierna y al tragar en seco una tos leve vino hacia él, dejo de molestar a la criatura ya que no quería problemas y volvió al viejo molino para ver si recuperaba algo de fuerza duermiendo, y con la esperanza de que al despertar, todo sólo haya sido un mal sueño y este de vuelta en su habitación con Greg.

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