Epiologo

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La bestia al sacar la cabeza del agua tragó una bocanada de aire luego sacando su cuerpo y el que tenía cargado a su espalda, veía borroso y estaba agotado, mojado y hambriento, débilmente camino hasta la orilla donde a lo lejos veía unos destellos rojos y azules que le daban una sensación de tranquilidad.

-Ayuda...-fue casi un susurro ya que estaba exhausto, pero no iba a descansar hasta mantener a salvo a Wirt quien al parecer estaba dormido, al tocar tierra firme pidió ayuda una última vez, poniendo más fuerza para que fuera escuchado y se desplomó al ver que las luces se acercaban, no se preocupó por Wirt ya que su cuerpo había amortiguado cualquier golpe que el menor pudiera recibir, y se dejo descansar.

*

Como si fuera un deja vu Wirt se levantó de la cama de un hospital, sentía frío esta vez y otra diferencia de su deja vu era que Sarah no estaba con él, se sentó de golpe en la cama viendo que ya no estaba en lo desconocido, ¿significa que ya no volvería a ver a la bestia? Debería de sentirse feliz ya que es muy seguro que su hermano este aquí y lo podrá ver al igual que su familia a quienes extrañaba, pero, sentía ganas de llorar cada vez que recordaba a la bestia, el ser malignó al que le cogió mucho cariño, ¿ser maligno? Si era un pedazo de cielo, como lo trataba, como lo cuidaba, como lo hacia sentir, incluso le dio su libertad aún estando su alma en peligro, pensó primero en mi. Lo que más le dolió fue no pedirle a la bruja su amado deseo. Miro a su alrededor y se percató que al lado había otra cama con un joven durmiendo en ella, era un chico (un chico casi hombre) de cabello negro y algo largo, camiseta del mismo color, pantalones de mezclilla y la piel muy pálida a pesar de que tenía los labios y ojeras amoratadas, como si hubiera estado en agua congelada por horas, Wirt parecía confundido, ya que a pesar de que jamás en su vida había visto a ese muchacho había algo familiar en él.

Wirt no le quitó la mirada en ningún momento hasta que despertó, se le quedo viendo en silencio mientras el muchacho abrió con dificultad sus ojos y los tallaba con sus manos, se miro dicho sentido y abrió los ojos de sorpresa al verlas, sonriendo mientras giraba la cabeza para ver a Wirt.

-Estoy aquí...-le dijo al adolescente muy feliz y confundiendo a este.
-¿Te conozco?-fue lo único que dijo ladeando la cabeza.
-No puedo creer que no me reconozcas pequeño peregrino-le dijo en un fingido tono ofendido.

Wirt curvó sus cejas hacia abajo con nostalgia y sin importar como estuviera se tiró a abrazar al ser oscuro que viéndolo de esta manera, se podría decir que era encantador. Wirt estaba perplejo, ¿como? ¿Dónde? ¿Porque? Incluso pensó que aún seguía dormido, soñando bajo ese árbol en lo desconocido no viendo la hora de despertar para pedir su anhelado deseo a la bruja Clesse.

-Pero... ¿Pero como?
-No lo se... Tal vez, se rompió la maldición de Adeleide, ella me había dicho que si quería volver a ser como era antes, tenía que encontrar a alguien que me enseñara a hacerlo...
-Pero... Yo no hice nada.
-Claro que lo hiciste Wirt... Me cambiaste, cambiaste el cretino que era a una persona buena... Y a una persona capaz de sentir afecto...

Al que llamaban "bestia", levantó su mano y acaricio la despeinada cabellera fina y marrón del más bajo, Wirt como respuesta colocó sus manos a ambas mejillas del chico que tenía enfrente, sintió calor, Wirt miro cada facción del muchacho, era como un imán para sus ojos.

-Pensé... Que no volvería a verte-dijo en un tono triste, dándole a la bestia el impulso de rodear su cintura y apretarlo hacia él.
-No fuiste el único que sufrió por eso, si no fuera porque iba a llevarte tu... Espera, ¿y tu rana?-pregunto algo alterado y confundido el azabache.

En eso Greg y algunos amigos de Wirt entraron obligando a separar a la... ¿Pareja?.

-¡Wirt!-grito Greg dirigiéndose a su hermano y abrazándolo, con Jason Funderburker en brazos.
-Yo también te extrañe Greg...-sonrió el castaño muy feliz de volver a ver a su hermano menor.
-Pensé que no volvería a verte Wirt, ni a ti ni a Jason Funderburker-agitó un poco a la rana haciendo que el estómago de esta brillara. Greg dirigió su curiosa mirada al azabache que Wirt tenía al lado y lo miro confundido.
-¿Quien es él?
-Es un amigo-dijo Wirt, provocando un sonrojo en sus mejillas algo avergonzado.
-Mucho gusto... Gregorie-Greg vio al muchacho inclinarse en forma de saludo, y al tener sus ojos cerca por un momento creyó verlos brillas, un intenso brillo azulado, amarillo y rojo bastante familiares, pero sólo sacudió su cabeza y le sonrió como si aquello sólo fue su vista o imaginación.
-Me da mucho gusto también-le dijo en su típico tono alegre el más pequeño de los hermanos.

Mientras Greg contaba algunos datos curiosos sobre la roca a sus amigos, la bestia acercó su rostro a Wirt sonriendo pícaramente no amagando para dar un beso, simplemente quería ver el rostro del menor más de cerca, acariciando su mejilla con sus dedos haciendo que Wirt se sonrojara y soltara risas nerviosas.

-¿Q-que haces?-miro hacia otro lado el castaño completamente rojo.
-Nada, sólo... Creo que estoy enamorado de ti-con esas palabras Wirt entendió a que se refirió más claramente con "una persona capaz de sentir afecto".
-Creo... Que yo también-le dijo Wirt mirándolo a sus ojos, ojos que sí eras capaz de verlo, te mostraban un gran secreto.

Y así la historia se completa y todos son felices con el final, y mientras tanto la vida continúa más allá del jardín.

Beauty and the beastWhere stories live. Discover now