#3 El chico que huye

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-¿El chico que huye?- pregunta soltando una risa- ¿Eso soy para ti?

-Eso es lo que eres- respondo encogiéndome de hombros- Huyes de tus problemas.

-Yo no huyo de mis problemas, no huyo de ti.

-¿Crees que soy un problema?- pregunto.

-Mi problema- dice, pronunciando el MI mas fuerte.

-¿Me crees tuya?- pregunto con una sonrisa.

El larga otra de sus risas, no sabia si era una sarcástica. El solía hacer muchas de ellas.

Y de un momento para otro, me quita la mochila.

-¡Taehyung!- exclamo mientras intento agarrarla con poco éxito.

El la revisa y pone los ojos en blanco, esa era otra de las cosas que solía hacer seguido.

-¿Has estado robando de nuevo?- pregunta sacando comida de mi mochila.

No respondo, mi mirada responde a ello.

-La ultima vez que intentaste robar, yo pague la mercadería por ti- implora- ¿Quién la ha pagado esta vez?

-¿Acaso te importa? ¿Estás celoso?- pregunto el doble de divertida.

Nos encantaba hacer eso, fastidiar al otro.

-¿Quieres comer o no?- suelto de una vez.

Y así es nuestro día. Hacemos bromas, discutimos, comemos y mientras comemos hablamos de lo absurda que es la vida.

-Tuve una amistad absurda- confiesa colocando el celular sobre el pico de una botella, y con una rama arrojándolo hacia las vías del tren.

-¿A qué te refieres con absurda?- pregunto mientras me meto en la boca un puñado de ramen.

El no responde, solo se limita a comer su pote, odiaba cuando dejaba las historias por la mitad.

-Yo creo que la esperanza es absurda- escupo.

-La esperanza es el sueño de los despiertos.

Lo miro incrédula.

-¿Y de donde has sacado eso?- pregunto arqueando una ceja. A veces este chico me sorprendia.

Como muchas veces, no me responde. Luego de dejar su pote vació, se para y sin decir palabra alguna se va caminando hacia la ciudad.

Como es de costumbre, yo lo sigo. Detrás de el. No se si le inmuta el hecho de que siempre ande por sus espaldas, creo que no le molesta. De lo contrario, me lo hubiera dicho.

Para en seco, y yo hago lo mismo.

-¿Qué observas?- pregunto mientras el chico que huye, mira el suelo.

Se agacha para tomar algo y lo observa atentamente.

-¿El pétalo de una flor?

El no dice nada, solo mira el pétalo con atención, como si quisiera descubrir un acertijo. Tal vez no se acordaba que yo estaba allí, ya que se queda un momento largo contemplando aquel pétalo. Yo decido quedarme en silencio, contemplándolo a el.


Nos encontrábamos en las típicas paredes en las que el solía pintar

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Nos encontrábamos en las típicas paredes en las que el solía pintar. Pintaba sin ninguna idea en la cabeza, pero terminaba con la idea ya hecha. Su cabeza funcionaba de una manera extraña, el era extraño.

El chico que huye me mira para que opinara.

Le sonrió en modo de aceptación, era la verdad. Sus graffitis cada vez eran mejores.

Al cabo de unas horas (en las que también pude tomar uno de los aerosoles para pintar), aparecen las patrullas.

-¿Lista para correr?- me mira con una sonrisa cómplice. Dejo los aerosoles en el piso y voy detrás de el.

Luego de correr al rededor de tres cuadras, logramos escabullirnos en un callejón oscuro. Tae apoya sus manos por encima de mi y vemos como las luces de las patrullas pasan cerca de la calle, pero la oscuridad de la noche nos oculta.

-¿Lo ves?- pregunto mientras intento recuperar el aire, esta vez habíamos corrido mas- ¿Ves que huyes?

Este sonríe hacia el suelo, luego me mira a mi y su cuerpo se acerca al mio, creando en mi una ola de calor. Luego suelta unas palabras:

-Pero nunca huiría de ti...- hace una pausa- ¿Tu huirías de mi?

매끄러운 - Smeraldo BTSWhere stories live. Discover now