Capítulo 36: La Busqueda

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P.O.V Katniss

Peeta, Johanna y yo nos adentramos nuevamente en la selva para buscar a Emma y a Demetria, entre los árboles y los arbustos, entre las plantas venenosas y la

tierra. Ella parece realmente preocupada, puedo suponer que formaron un vínculo muy fuerte mientras estaban juntas, no lo se con exactitud, pero es lo más coherente. Está anocheciendo, supongo que deben faltar unos quince minutos para que muestren los tributos fallecidos, la tercera noche en la Arena... Nos sentamos a esperar a ver los muertos de hoy, fueron solo cuatro o cinco...

- Ellas estarán bien - Le digo a Johanna para que se calme un poco, ya que la noto muy nerviosa, su pierna derecha no deja de agitarse.

- Eso espero... - Me contesta mientras me sonríe - La verdad es que ya no me importa morir - Agrega y nos mira seriamente a Peeta y a mí, mostrando que no está bromeando.

- No les des lo que ellos quieren... - Le dice él al instante.

- ¿A qué te refieres con eso? - Le pregunta ella, intrigada, o al menos eso muestra en su rostro.

- Eso es lo que ellos buscan, el Capitolio quiere que te resignes, que te rindas... - Explica Peeta - No les muestres que son capaces de lograrlo... - Le aconseja y ambas nos quedamos impresionadas por su comentario, si bien es obvio, nadie espera que algo como eso se diga en los Juegos, ya que hay cámaras por todas partes y los Vigilantes pueden activar cualquier trampa...

- Tal vez tengas razón - Le contesta Johanna con una gran sonrisa. En ese momento suena el cañón nuevamente...

- Ya son cinco ¿Verdad? - Pregunto y Peeta asiente con la cabeza.

- Tal vez seis... - Agrega y comienza a sonar el himno de Panem, para que los muertos comiencen a visualizarse en el cielo... Mags, el chico del uno, la chica del seis, el chico y la chica del ocho, y la chica del diez... Johanna cierra los ojos y suspira, aliviada.

- Ya hay un total de diecinueve muertos... - Digo yo mientras intercambio miradas entre ambos.

- Quedan menos de la mitad... - Dice ella mientras mira el suelo. - Creo que podemos lograrlo, son solo cuatro profesionales - Agrega con cierta felicidad en su rostro, cosa que ella no muestra siempre.

De repente los rayos comienzan a caer en el árbol. Johanna mira muy atenta el rayo, y luego la Cornucopia, que desde el lugar donde estamos, se ve muy pequeña... Nuevamente, doce rayos sobre el árbol, indicando que son las doce de la noche. Peeta se acerca a mí y me abraza, lo cual me sorprende, no mostramos afecto prácticamente desde que chocó con el Campo de Fuerza... Lo miro extrañada por su acto.

- ¿Estás bien? - Le pregunto y él solo baja la cabeza y me mira de reojo mientras sonríe.

- Si... - Responde un poco avergonzado, al parecer piensa que estoy molesta por lo que acaba de hacer -Es solo que te extraño - Me dice y no pude evitar sonreírle como una idiota - Además... Esta puede ser una de las últimas veces que nos abracemos - Explica y yo frunzo el ceño por una milésima de segundo.

Lo tomo de la barbilla, nos quedamos unos segundos mirándonos a los ojos, esos ojos que lo único que saben hacer es darme felicidad, incluso cuando él no está bien. Miro sus labios por unos segundos, esos finos labios que se que no podré volver a besar dentro de muy poco tiempo... Es perfecto en todo sentido, sus ojos, sus largas pestañas, sus labios, su sonrisa, esa mandíbula cuadrada tan particular que tiene, que solo hace que se vea mucho más bonito de lo que en realidad es... Pero no solo es lindo superficialmente, es una persona llena de virtudes, jamás volveré a conocer a alguien así. Él es atento, cariñoso, siempre busca que los demás estén bien, y no le importa tener que dejar sus tiempos y sus responsabilidades para lograrlo, esto, entre muchas otras cosas, lograron que me enamore de él. Seguimos mirándonos a los ojos, habrá pasado un minuto desde que me abrazó, me acerco a él y lo beso como si fuese la última vez que lo hiciera, lo necesito. Necesitaba sus brazos, sus palabras, su sonrisa, sus ganas de vivir, que solo él es capaz de contagiar, lo necesito a él, necesiti a Peeta. Nos separamos y nos miramos unos segundos, para luego dedicarnos a seguir buscando. No podemos quedarnos quietos, procuramos movernos siempre en el sentido del reloj, para que las trampas no nos alcancen.

Voluntarios (Los Juegos del Hambre) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora