23.

1K 117 28
                                    

Ámbar.

— No lo puedo creer... — negó con su cabeza mi mejor amiga llena de indignación — Tampoco puedo entender como es que te echa y vos después volves sabiendo que no va a cambiar.

— ¿Otra vez con eso? — le pregunté de mala gana — Pasaron dos semanas ya Delfina por favor. — le rogue cuando por fín llegamos a la puerta del Jam and Roller — Simón también, todos los días me dice lo mismo, obviamente que me quiero ir de ahí pero quiero que sea por las buenas cuando cumpla mi mayoría de edad.

— Simón te lo dice porque te ama con todo su ser y te quiere ver bien y yo te lo digo por lo mismo amiga... — posicionó su mano en mi hombro y solté un largo suspiro — Además, falta un año y medio para que cumplas dieciocho Ámbar, no sé cómo vas a aguantar tanto tiempo.

— Como vengo aguantando desde el día que nací. — me encogí de hombros — ¿Entramos por favor? — ella asintió con su cabeza y ambas optamos por entrar a nuestro lugar favorito en el mundo — Ahí esta Simón... — señalé cuando ví a una versión de él limpiando las mesas — Tengo que hablar con él.

— ¿No lo vas a dejar no? — preguntó con miedo.

— ¿Qué? — ahora era yo la qué preguntaba pero para acto seguido soltar una carcajada — ¡Obvio que no! — negué con mi cabeza — Jamás lo dejaría, no puedo vivir sin él.

— Generalmente cuando alguien quiere hablar con su pareja dice que tiene que hablar con ella.

— Tengo que hablar con él porque después de buscar y buscar en mil páginas pudo localizar a mi mamá biológica. — Delfina frunció el ceño y me observó sin entender — Soy adoptada, lo descubrí revisando algunos papeles que estaban en la habitación de Sharon, por eso comenzó a pegarme.

— ¿Qué? — se llenó de confusión, la verdad es que debería haberle confesado esto mucho antes, pero no podía, no pude atreverme hasta que Simón llegó y me sacó todos estos miedos que tenía — ¿Cómo qué sos adoptada, cómo lo descubriste?

— Ya te dije, encontré los papeles de adopción en el cuarto de Sharon simplemente que ella nunca me lo había dicho con sus palabras hasta hace dos semanas cuando me echo de su casa. — proseguí contándole mi triste historia de vida la cual esperaba que algún día se tornará en una feliz porque hasta ahora solo podía serlo con Simón — En el fondo siempre lo supe, más bien siempre lo sospeché porque la verdad era un poco raro tener noticias solo el día de mi cumpleaños de los señores que decían ser mis padres y ni siquiera tenía una foto con ellos o de ellos ni de yo misma de bebé.

— Dios mío Ámbar... — tomó mi mano y la apretó fuertemente — ¿Por qué nunca me dijiste nada?

— Porque tenía miedo de dejar de ser popular, sabes lo importante que siempre fue y bueno es mi reputación para mí, ahora sabes qué pasa si pierdo un poquito de esta... — bajé mi cabeza haciendo referencia a lo que había pasado semanas atrás cuando Luna ganó el papel protagónico y Sharon me molio a golpes cuando en realidad yo por primera vez no quería este porque me había cansado de ser la mejor en todo, quería ser yo misma de una buena vez por todas pero Sharon nunca me lo permitió ni me lo permitirá, al menos no hasta que pueda irme de ahí — Además, vos tenés una familia perfecta y yo ni siquiera tengo familia...

— Ámbar las familias perfectas existen solo en la televisión, que mis papás todavía estén juntos después de casi veinte años de casados no los convierte en los padres perfectos, mi papá es un alcohólico que por suerte nunca está en casa y mi mamá... — apretó sus ojos y tomó aire para poder continuar — Mi mamá hace lo que puede, delante de los demás simulan ser la pareja más linda de todas, pero en realidad ella está con él porque es un empresario muy importante y porque quiere lo mejor para mí hermana y para mí.

Karma. {Simbar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora