32.

851 110 28
                                    

Simón.

¿Me amas? — preguntó con sus ojos llenos de lágrimas — Simón, mírame a los ojos y decime qué me amas.

— Te amo. — me acerqué rápidamente a ella y acaricie su rostro con mis ambas manos — Te amo con toda mi alma, eso sí es verdad.

— ¿Por qué? — su voz se quebró y mis ojos comenzaron a inundarse en lágrimas — ¿Por qué nunca me dijiste que Matteo fue quién hizo que tú hermana se suicidara, por qué me inventaste todo ese cuento de que viniste a Argentina para salvarme cuando fue para vengarte, por qué me metiste en un plan en el que no tengo nada que ver, por qué me hiciste esto a mí?

— No... — negué con mi cabeza — No te mentí, el conocerte a ti en la cafetería y al ver lo rota que estabas me impulso a por fin tomar la decisión de venirme a la Argentina, en parte fue por ti pero sinceramente jamás pensé que te encontraría. — le confesé y ella bajó su cabeza — Ámbar te juro que yo no sabía que tú eras la novia de Matteo.

— ¡No me jures nada, me mentiste desde el primer día que nos vimos!

— Ámbar cuando me enteré que eras la novia de ese hijo de perra me quise morir porque yo ya me había enamorado de ti.

— Deja de mentir... — quebró en llanto — Ya conseguiste tu objetivo, no hace falta que finjas más.

— Estoy enamorado de ti. — confesé una vez más — Te amo con todo mi corazón y eso sí que no se puede fingir.

— Quiero que me cuentes toda la historia desde el principio Simón. — dijó ignorando mi anterior declaración y quitando mis manos bruscamente de su rostro — Me lo debes...

— Ya te la conté, de verdad, todo lo que te dije de Alessa en México, esa es la realidad, lo único que no te he dicho fue que cuando te conocí decidí venir a la Argentina, además mi mejor amiga que ya no sé si lo es también venía y pues eso me impulsó, el encontrarte a ti al apenas llegar fue hermoso, un sueño hecho realidad y supe que eras mi hilo rojo, pero cuando descubrí que eras la novia del imbécil que enamoró a mi hermana para luego irse y romperle el corazón yo me cegue. — encogí mis hombros y ella negó con su cabeza mientras lágrimas caían por su mejilla — Mi plan era conquistarte lo admito, porque quería que tú me eligieras a mí y así romperle el corazón a Matteo como él se lo rompió a mi hermana pero, te juro que cuando descubrí lo rota que estabas quise salvarte.

— ¿Para qué quisiste salvarme, para después volverme a hundir?

— Ámbar, tu relación con él no tenía futuro, cuando apenas nos conocimos me dijo que cuando tú no querías estar con él, se buscaba a otras, te engaño con Luna, te salve de esa relación y de esa maldita enfermedad que también consumió a mi hermana.

— ¡Por eso, por qué me viste como a tú hermana no cómo al amor de tu vida Simón!

— No. — negué rápidamente y la tomé del brazo cuando ví que intentó escaparse del baño — No, te quise salvar porque te lo mereces, porque me estaba enamorando de ti, porque te amo Ámbar.

— ¿Cómo supo Matteo qué estábamos juntos vos y yo? — la miré sin entender — Cuando lo dejé, mencionó tu apodo.

— Porque una de las veces que hicimos el amor yo marqué su número y pues él atendió. — ella abrió sus ojos como dos platos y yo bajé mi cabeza — Luego ví que había venido a tu casa y nos estaba viendo y reaccioné cuando dijiste que me amabas entonces quise terminar con este plan.

— ¡¿Cómo pudiste hacer una cosa así Simón?! — me empujó un poco brusca y camino rápidamente hacia la cama para sentarse en ella — Yo te dije que te amaba y vos llamaste al chico que odiabas para que nos escuche.

— ¡No, Ámbar, cuándo me dijiste eso yo te juro que reaccioné, por eso me largue a llorar! — confesé la razón de mi llanto aquel día y era ella quien bajaba la cabeza está vez mientras yo me sentaba a su lado en la cama — Me largue a llorar porque me di cuenta que yo también te amaba y acababa de lastimarte sin que tú lo supieras.

— Por eso me dejaste... — intuyó y yo asentí con mi cabeza — ¿Me dejaste por qué ya Matteo nos había visto y entonces ya habías cumplido con tu objetivo?

— ¿Tú piensas que sí te hubiese dejado por eso habría vuelto a estar contigo? — le pregunté de mala gana y ella alzó una ceja — ¡Te dejé por qué no quería lastimarte cuando te enteres la verdad, por qué ya estabas muy rota para que yo te siga rompiendo, por qué te amo Ámbar y quería cuidarte!

— ¡No lo conseguiste por qué sí me lastimaste y no sabes cuánto Simón!

— Cuando volví contigo ya había terminado mi plan, simplemente quería que dejases a Matteo para que tú y yo podamos estar juntos. — por fín volvió a fijar su mirada en mí — ¿Tú te crees qué sí no me hubiese enamorado de tí yo te habría llevado a México, a conocer a mi abuela, te crees que me habría pasado días buscando a tu verdadera madre si no te amara como lo hago?

— No lo sé, capaz lo hiciste para conquistarme, para lograr tu objetivo. — escupió completamente seca y me lo merecía, pero realmente quería que me crea — De todas formas te creo... — alcé rápidamente mi cabeza y fijé mi mirada en ella — Te creo porque el que te enamoses de mí cuando debías lastimarme es un cliché.

— Lo es y es nuestro cliché Ámbar, no lo rompamos por favor.

Supliqué y con mi mano izquierda tomé su mentón para acercarme a ella y depositar un corto beso sobre sus labios, no quería perderla, no podía hacerlo porque la amaba como nunca pensé que pudiese amar a una persona y no podía dejarla ir.

— Vos lo rompiste Simón. — dijó sobre mis labios y yo apreté mis ojos — Te creo pero no te puedo perdonar.

— Ámbar, te amo...

— Ya sé y yo también te amo con toda mi alma pero necesito reconstruirme a mí misma sola. — me aclaró cuando se separó lentamente de mí — No te estoy dejando porque no puedo hacerlo, simplemente te pido un tiempo Simón para poder asimilar todo esto y perdonarte.

— ¿Seguirás viviendo aquí?

— No tengo donde ir... — se encogió de hombros — Mañana voy a ir a la casa de Sylvanna y antes de que me enterase esto iba a pedirte que me acompañes pero...

— ¿Ya no quieres que vaya contigo?

— Quiero que te quedes a dormir allá conmigo.

.

.

.

.

Bueno, por fin Ámbar sabe la verdad.

Espero que les guste este capítulo.

Lxs adoro.

No olviden dejar mínimo veinte comentarios.

Melanie G.

Karma. {Simbar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora