VII

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En la tarde decidió que no sería la idea más inteligente llamar a Jieun para concretar una cita para elegir sus trajes. La única tienda decente que conocía era a la que Jimin lo llevaba siempre y en ese instante estaría obligando a Taehyung a probarse los dos mil trajes de su talla hasta encontrar uno su gusto, lo que menos deseaba eran encontrarlos allí dando vueltas, menos ver a Jimin revoloteando por…

«Jungkook, detén el carro». Desde hace dos horas está dando vueltas al mismo asunto: Jimin con Taehyung eligiendo un traje como lo hacía con Jungkook. Siempre aprovechaba para manosearlo y Jungkook estaba imaginando que Taehyung no pondría la resistencia de Jungkook. Taehyung era de esos hombres que se dejan llevar.

No es que le preocupara Taehyung, si por Jungkook fuera el chico estaría al fondo del océano del triángulo de las Bermudas ahogado en metano, se vería precioso en la lista de desaparecidos. Lo que le molestaba—preocupaba—era la facilidad con la que Jimin había tomado la noticia de Jungkook. Se había arrojado a los brazos de ese Taehyung como si el rechazo de Jungkook le aliviara de algún compromiso. ¿Y si tenía algún amorío con Taehyung? A lo mejor estaban disfrutando tiempo de calidad juntos. Jungkook era fiel de mantener en alto la integridad. El que Jimin pasara tanto tiempo adherido a él ¿lo convertía en infiel de Taehyung si ellos estaban teniendo algo?

«No, imposible». Ellos no podían tener nada más allá de una llana amistad vacía. Jungkook apostaría una extremidad a que Jimin no estaba enamorado de él. Jungkook lo notaba en sus ojos, Jimin era suyo.

Jimin llevaba media vida enamorado de Jungkook. Ese Taehyung no iba a cambiar eso de la noche a la mañana, de cualquier forma si lo hiciera —algo que no iba a pasar— Jungkook sabía que su sombra los iba a atormentar toda la vida, Jimin no iba a permitirse olvidarlo.

Y Taehyung sabía que Jimin estaba enamorado de Jungkook, Jimin no disimulaba sus sentimientos con nadie, siempre que Jungkook se acercaba a su extraño grupo de amigos Jimin se adhería a él y no prestaba atención a ningún alma aun que le estuvieran insultando en los oídos.

Sostuvo el teléfono en cada mano haciendo malabares con él. Al final decidió llamar a Jieun para ir a la maldita tienda.

—¿Hola? —respondió ella distraída.

—¿Podemos ir a elegir nuestros trajes del baile ahora? —hubo un silencio en la otra línea.

Jungkook iba a verificar si la llamada no se había cortado cuando ella respondió:—¿Vamos a elegir?¿No es más fácil que te diga el color de mi vestido y te pones una corbata de ese color y resuelto?

Jungkook frunció el ceño, eso sonaba tan horrible.

—No, tú tienes que elegir un traje para mí que convine con tu vestido? ¿No es lo que hacen todos?

—¿Todos quienes? —preguntó ella—. Mira mi vestido es lila pastel busca algún accesorio de ese color y con eso bastará.

—Pero tienes que acompañarme ¿Cómo diablos voy a saber yo cual tono de lila es ese pastel?

Jieun se rio.

—Jungkook si quieres invitarme a salir solo pídemelo —«Rayos, no»

—No es eso, solo quiero que me acompañes por el traje.

—Está bien, pero no hoy. Mañana estará bien ven a recogerme a mi casa. Te enviare la dirección por mensaje —y colgó.

Jungkook miró el celular entre su mano. ¿Así se comportaba la gente allí afuera? Fuera de él y de Jimin. No recordaba tener relaciones sociales más allá de las superficiales necesarias y las persecuciones de Jimin ¿todos eran así de engreídos como Jieun?


Él día siguiente fue muy extraño, pasó algo que Jungkook nunca había vivido.

Jimin había faltado a clases...

Y también Taehyung.

No sabía cómo sentirse al respecto.




ฅ^•ﻌ•^ฅ
KuridaoreTaro

SILKY • JIKOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora