32: El amor no es suficiente

26.2K 2.1K 307
                                    

Capítulo 32 | El amor no es suficiente

—Debo decir que nunca imaginé que terminaríamos haciendo esto, Wright —dijo Nathaniel.

—Tienes que reconocer que es la mejor idea que se me ha podido ocurrir.

—Lo reconozco, y mira que me cuesta darte la razón.

Tener una cita un veinticinco de diciembre era una mala idea de entrada. Los principales sitios turísticos a los que quería llevarle estaban cerrados, así que nuestras opciones eran bastante limitadas. Además, no quería que invirtiéramos todo el día en nuestra «cita» porque había quedado en ir a casa de Lola y David en la noche.

Aunque me parecía reconfortante saber que Nathaniel quería pasar tiempo conmigo a solas, no podría sus intenciones por encima de pasar tiempo con mi familia, quienes habían sido la principal razón de mi viaje y no sabía cuándo les volvería a ver.

Así que se me ocurrió una no tan brillante idea para estar solos y pasar un buen rato: comprar una pizzas en una de las mejores pizzerías de Ocean Drive y sentarnos en la arena disfrutando de una tarde tranquila en South Beach.

A pesar de que el invierno no se sentía tanto en Miami como en el norte del país, las brisas golpeaban a temperaturas que te obligaban a cargar un buen suéter. Eso en idioma Nathaniel significaba «colocar mis brazos alrededor de Margaret para provocar a sus hormonas con la excusa de darle calor». Bueno, sí que entraba en calor. Pero un calor distinto.

— ¿Quieres saber algo muy íntimo sobre mí, Wright? —me preguntó para luego darle un mordisco al trozo de pizza que cargaba en su mano. Cerró los ojos con deleite y sonreí al verlo disfrutar tanto un simple pedazo de pizza.

—Claro que quiero.

—Amo el peperoni casi tanto como el sexo —afirmó.

No pude evitar reírme y comenzar a comer, relajándome completamente ante su compañía.

—Debo confesar que me asustaba un poco venir aquí —murmuré captando su atención—. Pensé el tema de Lola me abrumaría mucho más, o que la tensión entre mis padres sería peor... o que terminaría encontrándome a Joe en cualquier esquina. Pero nada de eso ha sucedido. Mucho menos imaginé que pasaría estos días contigo y de momento, me sorprende cuán grato ha sido.

—Las mejores cosas ocurren cuando piensas menos y te dejas llevar un poco más, pequeña Wright. Además tu familia está feliz de tenerte aquí, beberemos y comeremos gratis en la boda de tu hermana... en cuanto a lo de tu ex novio, sé que esa experiencia te ha dejado muy marcada, pero mientras más importancia le des cohibiéndote de hacer cosas que quieres, lo estás dejando ganar a él.

—No lo entiendes —suspiré y mis ojos se concentraron en la arena blanquecina debajo de nosotros—, ustedes creen lo mío es solo una simple decepción amorosa, cuando en realidad va mucho más allá, Nate. Hay cosas que sucedieron y que gracias al universo no aparecen en el video que viste, cosas que me hicieron ser la Maggie que estás viendo justo ahora.

Cogió un mechón de mi cabello y lo escondió detrás de mi oreja.

—Entonces explícamelo, y hazme entender.

Lo pidió con una dulzura poco típica de él. Mordí mi labio inferior dudosa en si abrirme de esa manera y contarle lo que ninguna otra persona sabía. Era algo tan íntimo que en su momento solo Joe y yo lo mantuvimos guardado.

Tragué fuertemente y decidí contárselo tras sopesar mis opciones, después de todo, no habría nada allí que Nathaniel pudiera usar en mi contra. No obstante no me quedó otro remedio que comenzar desde el principio.

Vendiendo el amor © ✓ [Vendedores #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora