50: Algo de amor nacerá entre nosotros

22.6K 1.9K 320
                                    

¡Hola! Hoy subiré DOS capítulos, el 50 y el 51. Son bastante, bastante largos. Así que las amaré si dejan su voto. Y las amaré todavía más si comentan. :) Disculpen la tardanza.

Capítulo 50 | Algo de amor nacerá entre nosotros

Sin abrir los ojos, paseé mis dedos por mi cabello para comprobar cuán grasoso estaba. Demasiado. Gruñí cuando me cubrí por completo con la sábana y descubrí que ya mi cuerpo comenzaba a apestar.

Llevaba varios días sin bañarme ni salir de casa.

Cuando llegué a Nueva York después de mi deplorable viaje a Virginia y luego Boston, Brianna me recibió en la estación de trenes, me emborrachó con un tequila carísimo —que cumplía con el mismo objetivo que el de uno barato: acabar contigo—, y luego me dejó en mi casa. Me dio un discurso sobre que debía levantarme al día siguiente con la cabeza en alto, pero no lo hice.

Durante la última semana me había dedicado a devorar lo que había en la nevera y pedir comida chatarra por teléfono mientras lloraba con episodios de Glee. Dios, mis ánimos estaban tan en el suelo que había optado por ver Glee.

Saqué un brazo de la cama y busqué mi móvil en el piso hasta que lo conseguí. No tenía batería ya, y decidí dejarlo así.

Me levanté con desgano y aun conservando mis pijamas —un mono negro viejo y una franela blanca sin sostén debajo— me propuse ir al abasto de la esquina a comprar helado y cerveza.

Las personas que allí se encontraban me dedicaron una mirada de desaprobación, pero no me importó. Cuando regresé a casa, desayuné con medio pote de helado y unos nachos que habían sobrado la noche anterior.

Algunos podrían considerarme un ser patético, pero yo tenía derecho a vivir mi luto emocional como me diera la gana. Así de simple. Además, lo hacía como una persona normal y adulta. No me dediqué a subir historias en mi Instagram pagando mi despecho en algún club nocturno, ni mostrando una vida que no estaba teniendo.

Yo era más madura que eso. Me conformé con ver comedias románticas, comer chatarra, emborracharme en las noches, y llorar mientras le cantaba Someone Like You de Adele a las botellas vacías.

Me acosté en el sofá y retomé el episodio de Glee que estaba viendo antes, hasta que en algún momento me quedé dormida. Un sonido en la lejanía fue lo que me logró ir despertando de a poco. Segundos después identifiqué que eran golpes en la puerta, acompañados de la irritante voz de Brianna.

Rezongué debido a mi desespero. ¿No podía ser infeliz en paz?

Me mantuve en silencio a pesar de que ella continuó tocando la puerta con bastante afán. Supuse que si ella pensaba que yo no estaba en casa, quizás se dispondría a irse.

Pero no fue así.

—Sé que estás ahí —habló, dándole nuevos golpes a la puerta—. Si no abres en cinco minutos, llamaré al 911.

Hice pataletas en el sofá y lancé los cojines por todo el departamento con frustración. Sabía que ella siempre cumplía con su palabra y lo menos que necesitaba era a una ambulancia fuera del edificio con paramédicos rompiendo la puerta, pensando que me habría suicidado o quién sabe qué más. Mucho menos algún equipo policial. Jamás había llamado al 911 así que no sabía a quiénes enviaban en casos de emergencias, tampoco pretendía descubrirlo.

Me dirigí a la puerta hecha una furia, y cuando le abrí, me sorprendió no encontrarla sola.

—Por el amor a Louis Vuitton —pronunció cubriéndose la boca—, ¿qué es ese olor?

Vendiendo el amor © ✓ [Vendedores #1]Where stories live. Discover now