7 Moments (7 Días De OTP) (Marc X Nathaniel)

Blanco Como Una Perla

(A partir de aquí se deja de tomar en cuenta el tiempo transcurrido entre cada capítulo)

Los años pasaban, y ellos dos no dejaban de quererse, eran felices al lado del otro, eran ya personas adultas, pero no por ello habían cambiado demasiado, Nathaniel seguía dibujando, en todo este tiempo había mejorado bastante, a la vez, Marc era un gran escritor, juntos seguían publicando sus historias, ambos trabajaban en conjunto para una editorial y eran felices de esa forma, Marc parecía cada día mejorar con respecto a su enfermedad, los rastros de flores comenzaban a desaparecer, aún las tenía y seguía sintiendo los síntomas, pero en una menor medida.

Desde ya hacía un tiempo vivían juntos, estando siempre para el otro, mientras escribían y dibujaban, cada uno se complementaba, siendo la inspiración del contrario.

Al estar juntos, se veían más felices, sus cómics eran reconocidos incluso en otras ciudades, trabajaban haciendo lo que más les gustaba.

Aún si alguna vez ambos llegaban a discutir, como cualquier pareja normal no eran perfectos, sin embargo en aquellos casos, sólo tenían que mirar el collar que ambos portaban para recordar porque amaban al otro, no tardaban mucho en reconciliarse y pedir disculpas al contrario, después de todo, se necesitaban mutuamente.

Era un día normal como cualquier otro, a excepción de que ese día era un día de descanso que de vez en cuando solían tomar, para dejar a su mente y cuerpo un descanso y más tarde trabajar de nuevo.

Estaban juntos, acostados en el sillón de la sala viendo películas en la televisión, era una linda escena y ambos estaban muy felices. Cuando la película terminó decidieron comer algo, así que ambos se levantaron y decidieron ir a la cocina, tomaron algo de comer y volvieron a la sala de estar.

Era un simple día normal, no es como que fuera demasiado interesante y para ellos así estaba bien, ambos estaban en armonía y paz, bueno al menos eso parecía, ambos estaban muy consientes de que dentro de unos días sería su aniversario, al menos podían aparentar, ninguno sabía realmente lo que había que hacer, aún en todo este tiempo, siempre les daba nervios la fecha, querían hacer algo que fuera inolvidable para el otro, no es como si fuera el primero, ya habían pasado varios años, pero eso no quitaba la sensación de querer algo perfecto para el otro.

Era en este caso, que su talento no ayudaba mucho a saber que hacer, muchas veces ya habían hecho algo especial para el otro con el uso de este, eran incontables el número de dibujos que Nath le había regalado a su pareja, al igual que los poemas o cuentos que Marc le había dedicado en diversas ocasiones, aunque el gesto seguía siendo especial para ambos, era esa fecha en la que más intentaban sorprender al otro, Nathaniel siempre hacia lo mejor posible al igual que Marc, por más difícil que fuera, para ambos valía totalmente la pena si con ello lograban hacer feliz al otro.

Ese año realmente ya habían sorprendido al otro muchas veces, por lo que les era más difícil, Nathaniel estaba dispuesto a hacer muchas cosas, todo con tal de ver la sonrisa de Marc, este igualmente haría lo que fuera por él.

Los días pasaban, ninguno realmente tenía una buena idea, pero no dejaban que el otro lo notase, ninguno mencionaba el tema, a ambos los tenía nerviosos y no era buena idea aumentar aquello.

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Estaba nervioso, muy muy nervioso, aún no estaba muy seguro de que le daría, enserio quería hacer algo muy especial para él, no tenía muchas ideas en la cabeza, comenzaba a  preocuparme, ya casi era el día y aun no sabía que hacer, finalmente tuve una idea, tome mi pluma y una hoja blanca de papel, me senté en mi escritorio y comence a escribir, era la segunda vez que escribía algo así y estaba nervioso, mientras lo hacía sentía mi cara arder, estoy seguro de que me veía totalmente rojo. Cuando finalmente termine, firme la hoja en una esquina y la metí en un pequeño sobre, escondí la carta y salí afuera de la habitación, en la sala estaba Nathaniel, me sonrió al verme y se acercó, dándome los buenos días, él se había levantado antes que yo, se veía tranquilo y sereno.