5

5.3K 624 253
                                    

llevaba conociendo a eddie aproximadamente 4 años y curiosamente nunca lo había visto llorar, o al menos estar triste.
pero definitivamente no me gustaba, no es algo que disfrutaría presenciar de nuevo.

tragué saliva al mismo tiempo que me acercaba más a él y rodeaba su tembloroso cuerpo entre mis brazos.

-r-richie, de verdad no sé porque ella es así conmigo- sollozó contra mi pecho, me sentía culpable, y ni siquiera había hecho algo para contribuir al sufrimiento que pasaba eddie en ese momento- parece como si me odiara, ¿cómo tu misma madre te puede odiar?

mis ojos se cristalizaron y las palabras se quedaron atascadas en mi garganta sin poder pronunciar algo decente para hacerlo sentir mejor.

eddie negó, revolviendo su cabello con mi hombro a causa de la acción, y suspiré, tratando de destruir aquél nudo en mi garganta que no me permitía hablar.

-ella no te odia, seguro ha tenido una mala semana y al ser el único a su lado, pues tiene que liberar su estrés y que alguien la escuche, ¿no crees?- susurré contra su cabello, él dejó de sollozar y se alejó de mi pecho para poder observarme.

-¿crees que es nada más eso y no porque la decepciono?- su pregunta me hizo sonreír, pues eddie era muy tonto para poder notar que era lo más preciado para su madre y nunca podría estar decepcionada de él.

-está orgullosa de ti, eddie, siempre lo ha estado y lo estará, al igual que yo. y ella también te ama, te ama como a nada más en el mundo- dejé un beso sobre su frente, provocando que cerrara sus ojos y sus mejillas se tiñeran de rosado- pero no más que yo, obviamente- aclaré y reí junto a él.

me detuve para poder apreciarlo, su risa era un regalo de la vida para mí, eddie reía y radiaba felicidad al momento de hacerlo, ¿cómo es que alguien puede verse como si nunca hubiera llorado en su vida, como si nunca hubiera sufrido alguna vez?

me atrapé a mí mismo observando a eddie más de lo usual, e incluso él había parado de reír al verme sonriendo mientras lo observaba.

-¿qué pasa?- preguntó ladeando la cabeza hacia un lado, mostrando lo confundido que estaba por el momento.

-¿alguna vez te he dicho lo precioso que eres?- pregunté, remojé mis labios para poder sonreír de nuevo.

nuevamente eddie se había sonrojado, pero ahora era un rosado más intenso que el pasado.

-creo que sí, pero siempre he adorado que lo hagas- respondió sincero en susurro mirando el suelo.

no pude más y me agaché sólo un poco para poder dejar un pequeño beso sobre sus labios.

sus manos rodearon mi cuello mientras que las mías seguían en su cintura.

-¿cada vez que llore vas a decirme cosas bonitas y acabarás besándome?- preguntó sobre mis labios con un tono de diversión en su voz.

-no es necesario que llores para que yo lo haga, bebé.

sonrió y dejé un pequeño beso sobre su nariz arrugada mientras el pensamiento de que eddie kaspbrak podría ser lo mejor que le pudo haber pasado al universo se quedaba en mi cerebro más de lo debido.

quiero aclarar que en esta historia no habrá homofobia, porque neta me harta el tema y ni siquiera soy lo suficientemente valiente como para escribir sobre ello porque me da mucho coraje y tristeza, así que por mi parte nunca tendrán algo homofobico.

-mels

KISSES キス REDDIEWhere stories live. Discover now