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(si no te gusta el smut o cualquier cosa relacionada a ello, por favor salta éste capítulo y evita hacer comentarios de mal gusto, gracias.)

la celebración del cumpleaños de richie ya había acabado hace 2 horas, sin embargo, su novio seguía en su habitación mientras lo veía jugar en su computadora parado a su lado con brazos cruzados.

los padres del mayor no estaban en casa, pues creían que la fiesta duraría hasta aproximadamente las 10 de la noche y decidieron que volverían hasta media noche para que los chicos disfrutaran de la fiesta sin ser molestados por adultos.

—¿y qué se siente tener 18, rich?— preguntó el menor de ambos, con la intención de llamar su atención, pero fue en vano. su vista no se apartaba de la pantalla, eddie podía jurar que richie apenas y parpadeaba.

—es igual a tener cualquier otra edad, bebé.

sus hombros subieron ligeramente y los dejó caer nuevamente, sentándose de forma erguida.

eddie bufó. definitivamente odiaba que no le prestaran la atención que él merecía.

fue entonces cuando se le ocurrió una gran idea; no era la primera vez que lo había pensado, sin embargo nunca fue capaz de pasar más allá.

—¡richie, hazme caso por favor!— comenzó a saltar en su lugar, formando un puchero en sus labios y fruncía el ceño. un claro ejemplo de que estaba haciendo un berrinche para tener un poco de atención.

—eds, estoy jugando, deja termino esto y te doy toda la atención que quieras, ¿está bien?

rodó los ojos antes de pronunciar en el más dulce tono "no te he dado tu regalo, ¿cierto?", confundiendo al mayor, pues todos sus regalos incluido el de su novio estaban en la planta baja de su hogar.

—amor, ¿te sientes bien? mi regalo me lo diste hace horas.— se burló dándole una mirada rápida a eddie, quien se molestó por su comportamiento idiota.

—no hablo de ése regalo, tontito.— se acercó lentamente, hasta llegar a tocar sus hombros. se colocó detrás suyo y comenzó a hacerle un pequeño masaje.

—eso se siente muy bien.— gimió de gusto, aún sin apartar la vista de su juego. —¿dónde aprendiste a dar masajes?

—en realidad no sabía que podía dar tan buenos masajes, es la primera vez que lo hago.— admitió en voz baja, sonriendo un poco porque al parecer su novio disfrutaba lo que hacía sin tener siquiera conocimiento de qué y cómo hacerlo.

—de verdad que soy afortunado de tenerte a mi lado, eddie.— su voz sonaba tranquila, su tono era dulce y más lo era la mirada que le dedicó. sus manos estaban entrelazadas sobre sus propias piernas, pues su partida en línea acababa de terminar y como le había prometido a eddie, era tiempo de darle toda su atención.

richie giró la silla, quedando frente a eddie. sonrieron dulcemente al verse a los ojos durante unos cuantos segundos.

sin previo aviso, el menor se sentó sobre el regazo de tozier, colocando sus manos alrededor de su cuello y manteniendo la sonrisa adorable en su rostro.

—richie, te amo tanto.— susurró sobre sus labios, antes de darle un casto beso, bajando lentamente hasta su cuello, donde lamía y mordía, consiguiendo que de los labios de richie salieran jadeos y gemidos. —quiero darte tu regalo hoy.

ambos sabían perfectamente de qué hablaba eddie, y eso los ponía nerviosos.

sin embargo, el vaivén que comenzó eddie en su entrepierna rozando la propia los volvían completamente locos y fuera de sí.

—¿estás seguro?— susurró sobre su frente, ambos con los ojos cerrados disfrutando del roce que estaban teniendo en sus ya crecientes erecciones.

—muy seguro.— tragó saliva, asintiendo repetidas veces aún sin abrir sus ojos, dando pequeños saltitos en el regazo del mayor. —usame como quieras, richie. utiliza tu sucia boca para algo bueno una vez en tu vida por esta noche.— susurró contra su cuello, mordiendo éste cuando estuvo a punto de separarse, y sonriendo cuando escuchó un gruñido salir de los labios de su novio.

la cintura de eddie fue sostenida por las manos de richie, acercando aún más sus cuerpos para asegurarse de que el contacto en sus entrepiernas no se perdiera.

—richie, no t-tan fuerte.— gimió en su oído, dando pequeñas lamidas a su lóbulo, provocando escalofríos en el contrario.

—pero te gusta rudo, ¿no es así, precioso?

la voz de richie había cambiado notoriamente, volviendo aún más necesitado a eddie, quien se removía en su regazo una y otra vez buscando más contacto.

—s-sí, rich.— apenas y podía formular alguna que otra palabra pues no paraba de gemir.

al ambos ser inexpertos, el mínimo contacto los calentaba en demasía y se les hacía inevitable el estar gimiendo el nombre del otro aún teniendo sus ropas puestas.

el mayor se levantó de la silla aún con su novio en brazos y caminó hasta la cama dejando a eddie en ella sin tener cuidado.

metió su cabeza debajo de la camiseta de eddie, besando desde su abdomen hasta su pecho, donde comenzó a lamer y morder los sensibles pezones del menor.

—rich, n-no pares, mgh...— se removía debajo de su novio, por la atención que recibía, la cual se había vuelto su favorita desde ese momento.

eddie estaba muy seguro que de ahora en adelante querría más que sólo mimos al ver lo que podía hacer richie con sólo su boca.

pero recordó que ése día era el cumpleaños de richie, quien realmente debía disfrutar y no él.

—richie, espera — el chico paró inmediatamente y sacó su cabeza de debajo de la camiseta, con una muestra de confusión y temor en su rostro, creyendo que había hecho algo mal. esto le causó ternura a eddie y sonrió con adoración.— déjame hacerte sentir bien.

dejó un corto beso en sus labios, para acto seguido empujarlo a la cama y dejarlo acostado debajo de él.

—si no te gusta lo que hago, por favor dime.

bajó de forma lenta el pantalón junto a la ropa interior del mayor, relamiendo sus labios de forma inconsciente al ver la erección de éste. dirigió su mano de forma tímida, hasta rodear con sus dedos el miembro de richie y comenzar a masturbar a un ritmo tranquilo para que ambos se acostumbraran.

jadeos salían de la boca del mayor, provocando una sonrisa en el rostro de eddie.

—p-para, bebé. —tomó la muñeca de eddie, tratando de hacer que parara de masturbarlo mientras tenía el ceño fruncido.

—¿sucede algo, mi amor?

richie sonrió tiernamente, pues eddie aún en situaciones así seguía siendo tan lindo.

—¿podemos hacerlo?

la pregunta con temor se había hecho,  solamente las respiraciones aceleradas de ambos se escuchaban en la habitación. ambos se veían a los ojos, tratando de entenderse mutuamente.

—confío en ti, rich.

un pequeño beso fue lo único que se necesitaba para saber que era una respuesta afirmativa.

eddie volvió a estar boca arriba en la cama, mientras richie se colocaba sobre él, besando sus mejillas y bajando lentamente hasta terminar el recorrido en su abdomen, susurrando cosas bonitas para calmar al menor.

—eres tan precioso, tan lindo...—subió nuevamente hasta su rostro, apenas rozando sus labios, dando una embestida en falso sobre la ropa de eddie, robándole un gemido.—tan mío.

—soy tuyo, c-completamente tuyo.

richie tozier esa noche pudo asegurar que estaba perdida, profunda y completamente enamorado de eddie kaspbrak.

el siguiente es el último, los amo
-mels.

KISSES キス REDDIEWhere stories live. Discover now