Capítulo 16

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...

-Luci, Hermano- pude notar como Asmodeo se contuvo para no soltar una risa por el diminutivo- Han pasado siglos, un gusto volver a verte, lástima que no pueda decir lo mismo de ti Asmodeo- Sariel y el demonio tenía un pasado tormentoso, por así decirlo.

-No te preocupes el sentimiento es mutuo- contestó el demonio.

-Parece que ahora a mis hermanos les gusta visitarme muy seguido, es eso o los ángeles se están cayendo del cielo- agregue con desaprobación.

Sariel era uno de los vigilantes de mi padre, supervisaba la ida de los espíritus al cielo y que alcanzasen la luz. Por el contrario de Samshiel quien era protector y vigilante de los ángeles caídos, vigilaba aquellos que caían a la tierra y no perdían sus alas, esos eran los más peligrosos, unas alas de creación divina en las manos codiciosas y perversas de los humanos podrían causar mucho daño. Incluso la destrucción misma, ninguno de mis dos hermanos había tenido la necesidad de visitarme.

Samshiel al igual que Miguel, y Rafael me odiaban. Sariel no me odiaba, al menos no ha demostrado ningún odio o resentimiento hacia mí, mis errores con el creador no a afectado mi relación con algunos de mis hermanos. Incluso me agrada cuando me visitan, en un mundo desolado y carente de espíritu es bueno una compañía divina de vez en cuando, cosa que lastimosamente no podía decir de mi padre, ya que él me odia.

-Vengó advertirte de algo, hermano por favor, vamos hablar en otro lado, Samshiel nos puede estar escuchando- las palabras de Sariel lanzaron una alarma en mis adentros.

Hablando del bicho con alas, ¿Dónde se habrá metido y qué estará planeando? Vi Annia sentada en la barra del bar, riendo y tomando una copa de vino con sus compañeras. Por lo menos por ahora se estaba divirtiendo y olvidando todo lo caótica que se volvió su vida, no quería dejarla sola, así que antes de marcharme pedí al demonio que la vigilara. Con el psicótico y maniático hermano mío, andando por ahí queriendo asesinarla por órdenes de Miguel no la quería dejar sola.

Bajamos las escaleras de madera, hasta llegar al primer piso, caminamos hasta la parte trasera del bar y allí salimos al callejón, sonreí al recordar el beso con Annia. No la quería hipnotizar a propósito y creó que jamás me lo perdonaré pero... En el fondo, aunque sé que jamás lo admitirá o dirá en voz alta ella también lo deseaba, podía desnudar sus pensamientos ante mí. De la espalda de Sariel salieron unas enormes alas blanca, tan blancas como la misma nieve reflejada por el sol, de casi dos metros, había olvidado lo hermosas que eran.

Pov's Annia.

Di un último sorbo a mi copa y me baje de la butaca en la que estaba sentada, ya no había nadie en el bar, también habíamos terminado de limpiar el almacén y arreglar las mesas. Estaba lista para irme a descansar, tome mi gabán y me despedí de mis compañeras de trabajo con un ademán, quienes se quedaron hablando y tomando vino. Afuera pude notar como las calles estaban solitarias y frías, las carreteras mojadas porque había llovido.

Me puse el gabán en mi cuerpo para cubrirme del frío, mientras esperaba el taxi, tome mi celular y le marque a mi mejor amiga pero no atendió mi llamada, supuse que se debía a que iban a marcar casi las dos de la madrugada. También recordé que le había dicho que no me esperase despierta, empecé a sentirme inquieta y una sensación de ser observada se instaló en mi estómago, no quería ser paranoica o dramática pero lo que me había pasado la noche anterior me había afectado. Sentí la presencia de alguien detrás de mí, mi cuerpo empezó a temblar y un hormigueo en el estómago me hizo saber que algo andaba mal.

Lucifer (editando) حيث تعيش القصص. اكتشف الآن