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Capítulo 66


Metí otra cucharada de helado a mi boca, mientras veo a Danna y a Daniel jugar voleibol playa. Cubro mi boca y comienzo a reír cuando la pelota cae en el rostro de Daniel.

—¡Oye estas jugando rudo! —Grito mi amigo.

Ella se recogió sus rizos, los cuales se escaparon de la coleta que tenía hecha.

—Eres un aguadito, Daniel.

De nuevo comencé a reír derramando un poco de helado en la silla.

—Aguadito—repetí.

Daniel me miro con cara de pocos amigos y luego volteo a ver a Danna.

—¿Así quieres jugar? Perfecto, pero luego no llores.

Un "uhhh" se escapo de mis labios mientras me concentraba mas en la batalla.

Danna tiró el balón y Daniel le respondió lanzándoselo con fuerza, haciendo que ella callera a un lado tratando de esquivarlo.

—¡Oye!

—Te lo advertí—le dijo haciéndole un guiño.

¿Cuánto tiempo pasará para que estos dos se maten a besos? Si es que no lo han hecho, claro. Y si lo hicieron estoy tan decepcionada de que Danna no me lo haya dicho, es una terrible mejor amiga.

Miro un poco mas el juego entre Daniel y Danna, pero luego me levanto a botar el vaso en donde estaba mi helado, que ahora es un agua saborizada de vainilla.

Mientras camino por la playa hacia el bote de basura una chica me entrega un volante.

GRAN FOGATA DE MEDIA NOCHE.

Estas invitado a la gran fogata de media noche, en donde hará fuegos artificiales, música, bailes y diversos espectáculos para que pases una noche fantástica.

La verdad no sonaba tan mal, además creo que esta noche no teníamos planes. Dejé el vaso del helado en la basura y caminé de vuelta a mi silla, pero antes de llegar sentí como alguien tapo mi visión.

—¿Pero qué...?

Solo sentí una risa de hombre, oh no.

—Quien quiera que seas, esto no es divertido.

La persona siguió tapándome los ojos, yo intentaba quitarlo de encima, pero él (quien quiera que sea) tenía más fuerza que yo.

—De verdad ¡Basta!

El chico comenzó a reír y destapo mis ojos.

—Lo siento de verdad no pude evitarlo, te vi y...—él comenzó a reír de nuevo.

—¿Diego? Pero... Oye eso no fue gracioso, casi miedo de un susto.

—De verdad lo lamento—el paró de reír al ver mi rostro—¡Oh vamos! No te enojes, fue solo broma.

Ahora que estaba mas tranquila, si es algo que yo también hubiese hecho.

—De verdad me asusté, tonto—le di un golpe en el brazo.

—Que sorpresa verte por acá—comento mientras caminábamos hacia donde estaba Danna y Daniel.

—Iba a decirte lo mismo. Yo vine gracias a una amiga.

—Yo vine con mi familia, mi hermano se va a casar aquí—comentó.

—Vaya, que genial. Este es un lugar maravilloso para eso.

A través de la pantalla (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora