Capítulo 12

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En cuanto bajé me puse a comer, tenía muchísima hambre pero para mi admiración no me dolía la cabeza como solía pasarme cuando no comía a tiempo, mientras comía mi mente viajó de nuevo al recuerdo de ese pequeño pero formidable momento de silencio, por más cosas estúpidas que yo hacía, Kari seguía sin odiarme, eso me enternecía, toda la bondad que tenía, su sencillez, su paciencia, su atención... dejar de pensar en ella parecía imposible, estaba loco por ella, completamente enamorado de ella, solo de ella; cada que la veía quería besarla, abrazarla, acariciarla... quería hacerle tantas cosas que sentía que mi mente explotaría solo de pensar todo eso y no poder hacerlo.

Me levanté de la mesa recogiendo mi plato para ponerme a trabajar, toda la mañana había estado fuera y quería terminar el videojuego de una vez; me senté frente a mi computadora para programar los últimos toques del juego, no tardé mucho en terminar, aún no revisaba los errores pero el videojuego en si ya había quedado, apagué la computadora y subí las escaleras, al llegar al cuarto vi la bolsa del vestido, aun no se lo daba, esta vez quería que se notara que era un regalo solo para ella.

Salí literalmente corriendo de mi casa hacia la papelería, al llegar pedí una bolsa de regalo verde, la señora me mostró una bonita bolsa verde con lunares blancos, la pagué y regresé a casa nuevamente corriendo.

Metí el collar en la bolsa para luego doblar el vestido y meterlo también en la bolsa, comencé a abrir la puerta sin darme cuenta; quien sabe que excusa pondría esta vez pero no me importaba, solo quería verla; estaba sentada en el catre con la mirada perdida, ¿en qué pensaría? ¿En su familia? No lo sabía pero muy en el fondo esperaba que hubiera estado pensando en mí.

- ¿Qué haces aquí? -me preguntó frunciendo el ceño.

-Hoy no tengo trabajo... -le dije con sinceridad -y aparte venia a traerte esto, pero debes prometerme que no volverás a gritar así, solo te lastimaste la garganta.

-Sí, lo sé, no lo volveré a hacer -eso esperaba, no quería que se hiciera daño.

-En ese caso, toma esto es para ti, Kari -le dije dándole la bolsa, ella la tomó pero se me quedó mirando.

- ¿Por qué me regalas cosas? -preguntó.

-Oye te tengo aquí atrapada, lo menos que puedo hacer es darte un poco de recompensas por no gritar -ok eso sonó ridículo.

-Christian eres un chico agradable ¿por qué pierdes tu tiempo vengándote y haciendo cosas que no quieres? -ni yo sabía porque lo había hecho, simplemente lo hice y antes de darme cuenta todo estaba como ahora, lo que me admiraba era de todo lo que se había dado cuanta.

- ¿Por qué crees que me estoy vengando de alguien?

-Por lo que dijiste hace un rato; alguien te hizo daño y tú quieres causar el mismo -había acertado en todo.

-Eres más lista de lo que pensé, Kari -ella sonrió sonrojándose.

-Tengo mucho tiempo para pensar -me reí.

-No creí que fueras tan agradable y graciosa, bueno al menos no conmigo, me tratas como si fuera tu mejor amigo aun cuando te tengo aquí encerrada -me observó pensativa.

-En verdad me caes bien pero, llegué a confiar en ti porque me salvaste de Tyler - ¡¿confiaba en mí?!

-Yo jamás quise ocasionarte un daño me llenó de rabia saber que Tyler después de lo que te hizo, aún tenía el descaro de quererte causar más daño, claro que no se lo iba a permitir.

-Gracias -dijo de pronto.

-No hace falta que me lo agradezcas -no me lo merecía así que cambié de tema -abre tu regalo, quiero ver si te gusta.

Mi VenganzaWhere stories live. Discover now