Capítulo 7: Sentimientos encontrados.

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Sentimientos encontrados.

Miré la habitación vacía, hacía sólo menos de dos segundos que la había dejado y ya se sentía como el infierno.

¿Qué haces, Charlie?, preguntó mi cabeza en un grito, ve por él. ¡No lo dejes marchar!

Corrí hasta fuera, no había rastros de él. Corrí más rápido, hasta lo que era imposible. Mi cuerpo entero se serenó cuando lo vi caminando como un niño perdido hacia la salida. Lo agarré de la campera, empujándolo brutalmente y él chocó con mi pecho. Sus pestañas gruesas se alzaron y frunció el ceño mirándome con confusión. Yo no sabía qué hacer, menos qué decir, sólo dejé que mi corazón mandara y mi cuerpo actuara.

Lo agarré del cuello de la campera y lo atraje hasta mí. Solté un gemido cuando mis labios encontraron los suyos en el momento en el que llevé su cuerpo hasta la pared. Todo su hombro y abdomen se tensaron, enseñando sus músculos trabajados. 

Definitivamente no esperaba que correspondiera, cualquier cosa menos eso; y cuando sus dedos acariciaron mi mandíbula en círculos y su lengua entró tímida a mi boca bailando junto a la mía, toqué el cielo sin despegar mis pies del piso. Con mis manos debajo de toda su ropa toqué su abdomen tan trabajado como cálido y suave, erizándome por el contacto.

A besos nos la arreglamos para volver a la habitación que había rentado y caímos en la cama sonriendo por nuestra torpeza.

Estaba feliz, no sé si Phil se encontraba igual, pero yo no podía creer que la vida me diera un regalo tan fantástico, después de todo, ¿qué había hecho yo de bueno?

Era irreal y por eso mismo lo disfrutaba. 

Cuando él había llegado el día anterior con la nariz roja por el frío y la cara pálida haciendo resaltar sus labios paspados, nunca jamás hubiera pensado que terminaríamos en la cama conmigo sobre él. No tenía idea sobre qué iba a pasar el próximo día o en las horas siguientes, prefería no pensar en eso, enfocándome en el presente. Algo en mi interior ordenaba a gritos que parara y me alejara, mas mi cuerpo no estaba dispuesto a prohibirse de tanto lujo –que hacía tiempo deseaba–, y yo estaba totalmente confundido, agotado por el debate en mi interior.

Le saqué a Phil la capa de ropa que me estorbaba más rápido de lo que pensé que lo lograría alguna vez. Lo deseaba mucho, como a nadie lo había hecho.

Besé la curva entre su hombro y cuello y él soltó un gemido. Volví a sus labios, mi erección dura contra sus muslos, no sabía por cuanto más podría aguantarla, menos ahora que empezaba a doler. Lo besé con intensidad, jugando con su lengua y recorriendo su dentadura.

–Charlie –se removió él debajo de mí con ojos tristes.

– ¿Qué pasa? –jadeé entre besos.

– ¿Q-qué es todo esto?

Lo miré con su cuerpo casi desnudo húmedo por el sudor al igual que el mío, la imagen no podía ser real, él era muy perfecto. Pero la culpa en sus ojos me rompía el corazón. ¿Qué había hecho? Había empujado a mi mejor amigo, la persona a la que amaba, a esta grotesca situación.

Millones de veces en las que había fantaseado me había sentido como nunca mientras besaba cada centímetro de su piel y él me rogaba por más; esas eran sólo fantasías. Esta era la realidad, donde verlo así y tenerlo para mí, dolía. Yo lo amaba, pero él no lo hacía –no de la forma en que quería, al menos–.

Me alejé, dándome cuenta de la mierda que era, sintiéndome culpable. Tiré de mi camperón grande gris y me zambullí en mis jeans negros. No sabía cómo estaba Phil, no me quedaba coraje para mirarlo a los ojos. Aunque doliera, tenía que aceptar que prácticamente casi me lo cogía. Me sentía como el más hijo de puta. Él estaba en cuero, su piel brillante, y se veía vulnerable.

Amor súbitoHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin