La caja de Pandora.

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14.

La caja de Pandora.

"Solo nosotros sabemos estar distantemente juntos......."


Los padres de Hermione estaban de viaje, por suerte no habían presenciado los acontecimientos mágicos. Los chicos aún se hallaban en la casa, Hermione había previsto que su gas somnífero tardaría algunos minutos noqueando a los Mortifagos, por lo que todavía tenían ventaja para sacar algunas pertenecías de su habitación personal para llevarlas consigo, pues no sabía si regresaría pronto a casa.

Los señores Granger tardarían un par de días en regresar, el padre de Hermione había ido a una convención de parte de su empleo y su madre había aprovechado el momento para escaparse con sus amigas

Harry se sintió aliviado tras saber que estaban a salvo, quizá no eran los mejores padres del mundo, pero ninguna persona merecía ser tratada a base de conjuros imperdonables por el simple hecho de no tener magia. Eso era lo mínimo que les esperaba a manos de los Mortifagos, aunque ciertamente después de ver la forma en que Hermione reaccionaba a situaciones tan adversas, no creía que tuvieran tanto problema al encontrarse solos en casa.

―Necesito algo de ropa, saca lo más indispensable de mi armario y colócalo en la maleta que esta sobre la tabla de los ganchos ―ordenó la castaña.

― ¿Qué harás tú? ―cuestionó el azabache, ya que aún no sabía cuál era el plan que su novia tenía en mente.

―Necesito buscar algo importante, está en la habitación de mis padres.

El azabache asintió, fue directo al armario de Hermione, descolgó algunas prendas de los ganchos y metió ropa al azar en la pequeña maleta de viaje de su novia.

― ¿Todo preparado? ―Hermione apareció tan rápido que no mostro indicios de haberse ido de su cuarto.

―Si ―dijo cerrando el zipper de la maleta.

―Bien ―en sus manos cargaba una caja de un tamaño considerable casi como de zapatos ―Llevaremos esto con nosotros.

― ¿Dónde iremos?

―Fuera de Londres, pronto despertaran y será algo que no quiero presenciar sinceramente ―explicó detenidamente ―tenemos que permanecer alejados de mi casa, han estado interfiriendo tu correo, seria de lo más normal que otros Mortifagos estén cerca intentando cazarte, del mismo modo que enviaron a dos, enviaran a más, me parece una organización bastante obstinada y sanguinaria.

Hermione coloco el pequeño baúl en una mochila, luego la puso en su espalda, dejo que Harry llevara su maleta de viaje y salieron a toda prisa de su habitación.

Después de huir de la casa de la familia Granger, Hermione lo condujo a Harry hasta la estación del metro. Tomaron variadas y diferentes rutas a lo largo de toda tarde, al final el cansancio y la falta de alimento les hizo tomar la ruta más alejada de la ciudad. Ya era tarde, por lo que decidieron relajarse un poco en una cafetería que parecía cómoda, con amplios sillones en lugar de sillas y espacios cerrados entre los comensales.

―Un expreso doble por favor y una tarta de manzana ―pidió a la camarera que los atendía.

― ¿Y usted?

―Lo mismo.

Cuando la mujer se alejó, Harry se acomodó en su asiento y estiro sus músculos. El día había sido aterrador, solo quería descansar, al menos tenia a Hermione con él y para esa hora seguramente su familia lo estaría buscando, confiaba en que su padre junto con los Aurores estaría tras su pista, lo único que lamentaba era preocupar a su madre.

La magia, el mago y el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora