9 ¾ y el expreso.

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26.

"Me basta mirarte para saber que con vos me voy a empapar el alma".


― ¡LILY! ¡HARRY! ―gritó James Potter desde la puerta de entrada con una docena de maletas a cuestas.

Hermione estuvo ahí casi de inmediato, pero Harry se tardaba una eternidad junto con su madre que no paraba de meterle cosas a su equipaje. El expreso a Hogwarts salía en una hora y llevaban quince minutos de retraso.

― ¡YA VAMOS, SOLO NECESITAMOS ALGUNOS MINUTOS!

James suspiró ante la respuesta de su esposa mirando alrededor de la entrada familiarmente llena del equipaje. Finalmente, Hermione comenzó a leer mientras, se sentaba sobre una de las maletas, James decidió volver a atarse los cordones de los zapatos tardándose tanto como si estuviera aprendiendo a hacerlo, luego se dirigió a uno de los escalones del porche y se sentó.

―Lo siento, amor, nunca se sabe que se puede necesitar en Hogwarts ―explico Lily con una maleta en cada mano. ―Sabes que es muy probable Harry necesite todo esto.

James sonrió ante las palabras de su esposa y levantó la cabeza para responderle.

―Al menos no llevará la casa completa.

El automóvil de los Potter avanzo velozmente entre las nubes. Hermione reconoció ya no sentir tanto miedo por la altura, en primera porque Harry tomaba su mano, eso la tranquilizaba constantemente y en segunda porque James era un conductor bastante precavido. Al descender se encontraron con el estresante tráfico londinense. Los hechizos en el auto lo hacían invisible, pero entre tanta multitud no se podía guardar el secreto, pues el auto terminaría roto o demasiado encajonado para continuar. James sabía lo que hacía y como la mejor opción que tubo, quito la invisibilidad para continuar con normalidad.

Tan pronto como llegaron a la King's Cross, buscaron lugar de estacionamiento. El punto de partida del Expreso de Hogwarts se hallaba en el andén secreto 9¾, situado entre los andenes 9 y 10, al cual se accedía mediante la barrera mágica localizada entre dichos andenes.

Las cosas eran tan extrañas para Hermione, que ya no sabía si correr hacia la barrera o simplemente meterse a paso lento. Los padres de Harry notaron el lio en la cabeza de la castaña, por cortesía le indicaron que tenía que pararse enfrente de la pared que dividía los andenes 9 y 10 y caminar o correr dependiendo de su nerviosismo. No muy convencida Hermione avanzo con pasos lentos temiendo caer o tropezar con alguien al otro lado de la barrera, también estaba el hecho de que quizá no siempre funcionaba el hechizo para traspasar la pared y podría golpearse con la sólida roca.

El andén secreto 9¾ de King's Cross parecía más pequeño que la estación en el Londres Muggle, pero igual de memorable principalmente por la hermosa y extendida decoración en la fachada. Ella misma no daba crédito a la parte de haber atravesado una pared de espesa piedra y desde luego se sentía admirada, había visto tantas cosas interesantes las últimas semanas, pero también podía decir que todo la seguía sorprendiendo. No era tan mágica como la casa de la familia Potter, pero al menos la ropa de los transeúntes los delataba como magos.

La gente se movía de un lado a otro, unos corrían hacia los vagones para encontrar lugar. Los padres despedían a sus hijos con enormes sonrisas y palmaditas en la espalda como felicitación por asistir a la mejor escuela de magia y hechicería.

Harry, Lily y James llevaron el equipaje a los vagones designados junto con las mascotas de los Potter. Hermione prefirió dar un leve recorrido admirando el maravilloso expreso de color escarlata.

La magia, el mago y el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora