Cursed birds songs

Little Accident

Little accident

Lo que tenía entre sus manos no podía, definitivamente no podía augurar nada bueno, es más si no fuera ella la letal y bien entrenada asesina que era, se encontraría hecha una maraña de nervios por lo que el pequeño pedazo de plástico en sus manos implicaba.,

Después de todo quizá un embarazo a los dieciocho no era cosa tan rara dentro de la liga; lástima que en esos momentos no se encontraba en la liga. Debía deshacerse de la prueba de embarazo antes que alguno de los entrometidos de la mansión la encontrara y comenzara a hacerle preguntas. Sin embargo como siempre ocurre cuando se desea algo, las fuerzas de la naturaleza se esfuerzan porque no sea así

- ¿Qué mierda haces que tardas tanto demonio? Alfred nos espe... - interrumpió de pronto el segundo de sus hermanos mayores sin importarle en lo más mínimo la privacidad de la menor para quedarse de pronto congelado ante la vista que la prueba de embarazo positiva que Dami sostenía impasible entre sus manos.

Apenas reconoció aquella voz la joven se tensó en su lugar temerosa de lo que la mirada de su hermano mayor implicaba; Richard podía ser el más celoso cuando se trataba de ella, llegando al punto de resultar fastidioso; pero Jasón era por mucho el más peligroso porque no dudaría ni un segundo en ir a llenar de plomo al culpable de dicha situación. Jon ya había experimentado de primera mano su letalidad cuando hace años, jugando intento robarle un beso. Superman tardo casi una semana en sacar todas los trozos de kryptonita en el cuerpo del menor.

- Ese maldito hijo de puta. - gruño Red Hood con su mejor mirada asesina y antes de que Dami pudiese hacer o decir nada ya había lanzado una alerta especial por el comunicador de señal cerrada que la familia utilizaba para las misiones de alto grado.

La actual Robín supo que las cosas iban a ponerse en serio feas cuando en menos de cinco minutos el resto de sus hermanos y hermanas rodearon el baño impidiéndole la salida. No es como que fuera a intentarlo de todos modos, los chicos no eran tan hábiles como para detenerle, pero Cass, Steph y Barbara eran de temer. Tenía mucha suerte de que su padre se encontrara de misión con la Liga en Tailandia, o Rohan no la contaría.

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La torre de los Titanes en San Francisco se encontraba, para variar, tranquila y sin ser destruida aquel día. Los miembros que habitaban en ella disfrutaban de un poco de tiempo libre sin misiones de vida o muerte, ni los entrenamientos agotadores que su pequeña y gruñona líder insistía en asignarles.

Wally, Gar y Jaime gritaban emocionados ante el televisor mientras jugaban con uno de los tantos videojuegos que tenían, a su vez que Rohan leía tranquilo en la barra de la cocina. Kori y Dona habían ido de compras y a pesar de que les invitaron todos los chicos negaron la propuesta prefiriendo permanecer en la torre, solo Jon y Jackson aceptaron ir con ellas porque no deseaban quedarse encerrados toda la mañana.

De haber imaginado lo que pasaría, el resto se habría ido con las chicas también.

Cuando los muchachos iban por su tercera partida y Rohan estaba a punto de terminar el último capítulo de su libro una explosión se escuchó desde el pasillo y los tres primeros petirrojos aparecieron frente a él con expresiones que iban desde mortíferas hasta furiosas pasando todas por la decepción.

- ¿Qué les pasa viejos? - pregunto Gar sorprendido sin creerse aun que los hombres frente suyo necesitaran de explosivos para entrar a la Torre.

- Gar tiene razón chicos, se querían pasar solo necesitaba tocar el timbre. - secundo Wally a su amigo, Jaime un poco más prudente prefirió no decir nada al notar las expresiones de los mayores.