V

5.7K 792 52
                                    

Habían pasado ya cinco meses desde la llegada de Jungkook y silenciosamente habían establecido una rutina.

Cuando Jimin despertaba Jungkook ya había empezado con la limpieza, se dirigía a su escritorio y escribía hasta que el muchacho aparecía con el desayuno. Sus habilidades domésticas habían mejorado mucho y tenía que admitir que la presencia del menor habría sido de gran ayuda en varios aspectos.

Desde que llegó no sólo la casa estaba correctamente aseada sino que Jungkook resultó tener gran pasión con las plantas así es que logró salvar el Jardín delantero. Le fascinaba ver como fruto de todo su esfuerzo el pasto volvió a ser verde. Pero aquellas cosas no importaban para Jimin, le permitía hacerlas porque sabía que hacían que Jungkook se sintiera útil y feliz.

A pesar de sus ermitañas costumbres y para su propia sorpresa, adoraba la compañía del menor. Jungkook se preocupaba por él,  si comía o dormía,  si estaba descansando o se desvelaba. Aunque el menor no era muy conversador, era un gran oyente, siempre atento y sin ningún tipo de problema con establecer su punto de vista si no estaba de acuerdo con algo.

Eso lo divertía muchísimo. Jungkook podía pasar de su faceta de sobreprotector a bebé berrinchudo en 0,5 segundos y era adorable.

Se sorprendió al descubrir que el menor despertaba en él ese tipo de emociones y más aún cuando notó que la agradable compañía del menor había cortado con su bloqueo literario y pudo terminar su libro en semanas.

Actualmente tenia otro proyecto entre manos.

LEER, ESCRIBIR, AMAR |JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora