FUEGO EN THIDAY

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Cuando llegaron a las puertas de Thiday, vieron el horror de una ciudad ardiendo. La gente corría de un lado a otro, unos salvandose del fuego, otros cargando el agua como podían.

Sara levantó la mirada al cielo, los dragones empezaron a sobrevolar la ciudad mientras dejaban caer litros y litros de agua sobre el fuego. Podía notarse el efecto, pero aún así no era suficiente.

-   Anatani, ayuda a las personas heridas. Iré al pozo para ayudar a transportar agua.

La sílfide asintió y salió corriendo.

Sara se dirigió entre la multitud, hacia un pozo casi al centro de la ciudad. Cogió un cubo lo bastante grande y lo llenó de agua inmediatamente.

No fue muy lejos del pozo, una casa a unos pocos metros de distancia se quemaba, los dueños lloraban con desesperación, no les quedaban más fuerzas para luchar contra el fuego, sabían que era algo inútil.

La joven echó el cubo con todas sus fuerzas hacia la entrada de la casa, apenas el fuego se apagaba. Sara se sentía impotente de no poder ayudarles más.

Se detuvo al lado de aquella familia, observando la ciudad, los hogares de cientos de familias se quemaban, "¿qué serían de ellos ahora?" . Tenía que haber algo que ella pudiera hacer. Se miró las manos, recordó la vez que amenazó a Natlina, como había transportado miles de cristales por el aire hacia la ondina.

Entonces se le ocurrió algo, no sabía si funcionaría, pero no se iba a quedar con las manos en los bolsillos, lo intentaría.

Se acercó al pozo lo más rapido que pudo. Puso sus dos manos sobre él, se concentró lo bastante como para poder sentir la energía del agua, podía hacerlo, estaba segura.

De pronto el agua salió del pozo toda la que había en él, sobrevolaba por encima de las cabezas de la gente sorprendidas, no entendían muy bien lo que ocurría.

La joven guió toda aquella agua por encima de las casas de alrededor, entonces la soltó de golpe sobre ellas. El fuego fue apagandose rápidamente.

Pero aún faltaban muchas casas más por salvar y el pozo estaba vacío.

Miró de nuevo hacie el cielo, los dragones también se habían quedado sin agua.

Detuvo a un hombre que pasaba por su lado corriendo.

-   ¿Dónde podemos encontrar más agua?

-   A la izquierda de la ciudad, a unos pocos kilometros, hay un lago. Pero es imposible, no llegaríamos a tiempo. Thiday está perdida.

El hombre salió corriendo intentado salvarse.

Sara no se dio por vencida. Empezó a correr hacia la entrada de la ciudad, gritando y agitando las manos.

-   ¡David, David! ¡David, David!

El chico la pudo oír y la siguió desde Fantasma hacia la entrada.

-   No hay más agua.-dijo el chico mientras el dragon llegaba al suelo.

-   Eso no es del todo cierto. Hay un lago a unos pocos kilometros de aquí. Llevame hasta allí.

Sara se montó en Fantasma detrás del chico.

-   Pero, es imposible, ¿cómo llevaremos el agua hasta aquí?

-   Tengo la forma, confía en mí.

Entonces Fantasma salió disparado hacia el cielo, solo recorrieron unos pocos kilometros como había dicho aquel hombre. Allí estaba el lago, había mucha agua. Podía funcionar.

AYSIRIAL, LA DAMA DE LA LUZ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora