Capítulo 10 (Juliana)

2.9K 189 2
                                    

—Gracias por haber venido Señora Ventto. La mantengo informada de los próximos pasos a seguir. Me despido mientras que la acompaño a la puerta de mi despacho.

—Amanda, llamame Amanda. Voy a estar esperando ansiosa las buenas nuevas. —me dice la señora Ventto mientras me estrecha la mano.

—Samanta, podes acompañar a la señora Amanda, por favor.

—Por supuesto doctora, por acá señora Ventto... —dice Samanta haciendo un ademan con la mano.

—Gracias, que panza más linda que tenés, ¿de cuánto estas? le pregunta la señora Ventto mientras le toca la panza.

—De seis meses y medio. —contesta Samanta con una sonrisa orgullosa.

Cuando la Amanda se va, Samy vuelve a su escritorio. Me acerco a su escritorio y le digo:

—Necesito un café, ¿Querés tomar algo?

—No gracias, deja que ahora yo te lo preparo.

—No Samy, yo puedo hacérmelo.

—Yo lo hago, es parte de mi trabajo.

— ¿Qué paso? y no me mientas, sabes que me doy cuenta y no me gustan las mentiras... —le digo comenzando a enojarme.

—Nada, me llamo para hablar el doctor Gutiérrez y cuando estábamos terminando, apareció el doctor Carlos y no le gustó nada que no esté en mi puesto de trabajo... por cierto Cristian es de los tuyos. Ahora son dos los que no me van a hablar si no los llamo por el nombre... Parece muy buena persona, aparte de ser muy lindo... creo que había muy linda pareja con vos.

Me pongo colorada y después de un momento le contesto:

—Todavía no termino de instalarse en su oficina ¿y ya me lo estas queriendo enganchar? es muy feo eso... aparte qué culpa tiene, no sería justo castigarlo con mi locura.

—Lo que sería justo es que te busques a alguien con quien pasarla bien y compartir, creo que ya es hora que dejes el duelo por la ruptura con Mariano y te permitas vivir un poco. Y la verdad, que Cristian me gusta mucho para vos, son los dos abogados, lindos, inteligentes y buenas personas, la combinación justa.

—Dejate de hinchar, ya voy a rehacer mi vida... quedate tranquila, por ahora estoy muy bien así. Aparte ya va a llegar.

En ese momento aparece Cristian y las dos nos quedamos calladas, más culpables imposible. Se acerca y me pregunta:

— ¿Todo bien?

Yo asiento con la cabeza como eso perritos de juguetes que algunos tienen en el auto, esos que mueven la cabeza con el movimiento del auto.

— ¿Terminaste la reunión con la señora Ventto?

—Sí, recién se acaba de ir. Me iba a preparar un café y después iba a pasar por tu oficina para comentarte las noticias... ¿Querés un café?

—Si, por favor. Te espero en mi oficina. —me dice Cristian para luego darse media vuelta e irse.

La miro a Samy y le digo muy bajito:

— ¿Crees que escucho algo?

—No creo... —me dice y gira la cabeza para mirarlo mientras que se aleja. Se acerca más a mí y me murmura:

—Por el amor de Dios, ¡que buen culo que tiene!

— ¡Samy! No puedo creer que le mires el culo al nuevo socio, estas casada y embarazada... —miro hacia donde ella está mirando y sin pensarlo le digo:

— ¡Ay por Dios, tenés razón que buen culo tiene! ese traje le queda pintado.

Nos miramos y comenzamos a reírnos como dos adolescentes que están haciendo algo que no deben. Me paro derecha y lo más seria que puedo le digo:

Hoy sí o sí... [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora