Capítulo 28 (Juliana)

2.4K 128 8
                                    

Por fin después de dos semanas en cautiverio en mi casa, voy a volver a la oficina, Cristian cuidándome es... ¿cómo decirlo sin que suene como una desagradecida? Sí, INSOPORTABLE.

Durante esa primera semana que tenía que hacer reposo absoluto, no me dejo bajarme de la cama para nada, salvo el día que vinieron los inspectores y al día siguiente cuando fuimos a la comisaria a levantar la denuncia. Después lo único que le falto es ponerme una chata para que haga pis.

A la semana siguiente, fuimos al médico me dio el alta, podía hacer una vida normal, pero más tranquila. Le pregunte al doctor si podía volver a la oficina, pero cuando me fue a contestar vi por el rabillo del ojo que Cristian le hacía un gento negativo con la cabeza, apenas perceptible. Así que el doctor, después de meditarlo un segundo dijo:

"—Mira Juliana, cual es el apuro. Tomate unos días más, descansa así podes volver al trabajo al cien por cien..."

Lo mire con fuego en la mirada a Cristian, a lo que él solo respondió con una sonrisa de esas que dicen: "te lo está diciendo el doctor, yo no tengo nada que ver.".

Así que si vamos a jugar, juguemos... lo mire al doctor y así como quien quiere la cosa le pregunte:

"Entonces doctor, si no estoy apta para ir a trabajar ya que necesito descansar, me imagino que tampoco puedo tener relaciones sexuales, ¿no es así?"

A Cristian se le borro la sonrisa y al doctor se le tatuó es misma sonrisa en su cara, entendió perfectamente lo que estaba pasando así que una de cal y otra de arena me dijo:

"—Creo que es lo más lógico y justo. Aunque eso te lo dejo a tu criterio, si vos ves que está en condiciones, yo no veo ningún impedimento pero si no te sentís bien o estas débil espera el tiempo que consideres necesario."

Cristian que estaba sentado a mi lado murmura algo por lo bajo, calculo que debe haber puteado en arameo antiguo, cosa que a mí me trajo un regocijo único.

La semana siguiente fue un infierno. Cristian no me dejaba hacer nada, cuando digo nada es nada. Si no fuera que tenía los expedientes de mis casos que me mando Samy, me hubiese muerto de un embole galopante o lo hubiese matado a Cristian.

Un momento tenso lo vivimos el viernes a la tarde, estábamos los dos tirados en el sillón mirando una película, cuando Cristian de la nada me dijo:

—Estaba pensando... —lo interrumpo y le digo:

—Uhhh, cagamos...

—No, de verdad. Estaba pensando que podríamos irnos a vivir juntos... te podrías mudar a mi departamento, total tengo lugar para tus cosas y en todo caso nos fijamos y nos deshacemos de lo que nos sobra o... —lo interrumpo y lo que sale después de mi boca es la frase más equivocada que alguna vez dije:

—Ni en pedo... no me voy a vivir ni con vos ni con nadie. Quiero llegar a casa y estar sola si quiero... —cuando le estoy diciendo lo miro a Cristian y veo que sus facciones se cayeron, definitivamente no se esperaba que yo dijera eso y para ser sincera yo tampoco me esperaba haber dicho semejante barbaridad, así que automáticamente mi boca se cierra y yo me quiero matar...

—Perdón... no quise decir eso, y menos como lo dije...

—July, más sincera no pudiste haber sido... me quedo más que claro. —cuando termina de decir eso se para y se va a la cocina.

Me siento la peor de las basuras. Como pude haberle dicho algo así, definitivamente algo en mí no está bien. Me paro y me voy a la cocina detrás de él. Cristian está apoyado en la mesada dándome la espalda.

—Amor, perdoname. No quise decirlo así como sonó. —le digo mientras que lo abrazo por detrás.

—Está bien July, está todo bien.

Hoy sí o sí... [COMPLETA] Where stories live. Discover now