Parte V

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Parte V


Harry gruñía, provocado más allá de lo soportable.

Dio la vuelta a Louis en sus brazos y lo besó, empujando la lengua en la suya, reclamándolo de nuevo, reclamándolo como suyo, como si durante todo este tiempo no fueron ajenos al otro. Lucharon por el control del beso, el llanto de Louis pareció desaparecer de un momento a otro, perdidos en la necesidad de dominarse el uno al otro, se olvidaron de todo, se olvidaron de ellos mismos.

Las uñas de Louis arañaban en la espalda, nunca lo suficiente como para dejar una marca permanente, pero suficiente para hacer que el sudor picara momentáneamente. Aunque, siendo sinceros, Louis quería, quería marcar a este hijo de puta, dios, él ya no podía más con toda su mierda, no podía más con su vida, solo... solo odiaba a Harry siendo feliz y realizado sin depender de él, sin consultar sobre su opinión, sin respirar a su maldito lado.

Louis terminó la batalla, el pecho agitado mientras arrastraba el aire en sus pulmones. Dio un paso atrás y agarró el brazo de Harry, guiándole a su cama. Reanudaron su beso, sólo que esta vez fue más lento, más profundo, sin deseo de dominar, sólo para probar y explorar y decirse el uno al otro con las manos, los labios y la lengua lo que se habían estado perdiendo durante tanto tiempo.

El mundo reducido a este beso, un bálsamo para el dolor dentro de él. Un dolor tan grande que no podía ser sanado por nadie, por nadie que no fuera este maldito bastardo. Harry presionó a Louis contra el colchón, con las manos ahuecadas alrededor de su mandíbula, sintiendo el roce de la barba en la palma de sus manos. Sus manos eran lo suficientemente grandes como para acariciar detrás de las orejas de Louis y observar el cabello suave y sedoso por el cuello.

Harry empujó suavemente una pierna entre las de Louis, provocando un gemido que tragó cuando puso una deliciosa presión contra la deliciosa polla despierta del ojiazul. Presionó de nuevo, queriendo escuchar el sonido que a veces perseguía sus sueños. Que a veces por la madrugada lo atormentaba. Ese sonido que era suyo, y por el que había llorando noches interminables.

Louis estaba pasando sus manos sobre el pecho de Harry y los lados, bajo la suave piel de sus brazos, los pulgares frotando los pezones, provocándolos en la dureza y luego hundiéndose más abajo, cayendo por debajo de la cintura de sus pantalones sueltos abriéndose paso al grueso pelo.

Harry rompió el beso para confesar, con sus ojos perdidos en un sentimiento de abatimiento, incontrolable—Estoy siendo una mierda, por favor, apártame—murmuró con sus ojos cristalinos. A lo lejos sentía el sonido de su teléfono vibrando sobre el piso de la habitación. El pelo de Louis le hizo cosquillas en la piel cuando negó con la cabeza, tirando de él seguidamente, hacia abajo en búsqueda de otro beso.

Su piel se sentía más sensibilizada. No importa donde tocara, los dedos de Louis se arrastraban ligeramente a su polla. Necesitaba algo más que los ligeros dedos bailando sobre el bulto en sus pantalones finos. Su cabeza seguía girando, buscando las fuerzas para desistir de esto; se veía así mismo preso en esta mierda ahogante.

—Por favor, —susurró, Louis, con sus labios inflados gracias a esos besos que se demandaron. Los ojos glaucos de Harry le miraron, con desespero. Louis sentía el dolor del otro, pero no podía negarse esto, por el amor de Dios, solo necesitaba a Harry, ahora, más que nunca en su puta vida. —H-harry, por favor, yo... solo, una vez más, una última vez... yo, —

Harry tenía unos ojos duros, sus ojos cristalinos, no podía hacerlo. —Si hago esto... voy a odiarme —confesó— y voy a odiarte.

—Ya lo haces... no me importa más. —articuló en un hilo de voz. —Tócame —le rogó una vez más, moliéndose contra él.

el traje «ls»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora