Sweet Sweet Revenge |Larry Stylinson|

Capítulo 15

Capítulo 15: "Tatuado"

La conversación que tuvo con Liam le "abrió" finalmente los ojos al rizado.

Era consciente de que había sido su culpa. Sabía que era su culpa, todos sabían que era culpable. Louis lo sabía, Liam lo sabía, él mismo lo sabía. Pero no se sentía del todo culpable.

Toda su vida había visto cómo su padre engañaba constantemente a su madre, cada vez que le preguntaba al hombre éste le decía que estaba bien, que era normal y lo confirmaba cada vez que su madre le perdonaba. Una y otra vez, escenas de celos y peleas eran de lo más comunes, y una y otra vez, ella asentía sumisa a sus palabras y le perdonaba todo.

Cuando le preguntaba a ella, decía que los amaba y no podía dejarlos.

Harry aprendió lo que era amar así y no supo si era correcto o no, pero fue la única manera en la que él sabía amar y nunca le preocupó aquello. Ni siquiera las veces en que Louis lloraba por él, se recordaba a sí mismo que su madre también lloraba por su padre pero aun así volvía a sus brazos, dócil, recibiendo las migajas de amor que él le ofrecía.

No era una persona muy expresiva y se lamentaba no haberse dado cuenta de ello antes.

Por su culpa, Louis iba por la vida lejos de él y su corazón lo necesitaba a su lado.

Le haría caso a Liam; intentaría enamorar a Louis... de nuevo.

La primera vez fue muy fácil: Louis cayó ante él y le entregó su corazón sin esfuerzo alguno, Harry lo tomó por completo y le prometió cuidarlo. Obviamente aquella promesa no la cumplió y por ello sufrió las consecuencias de la ausencia del castaño. Tenía que hacer las cosas bien esta vez si lo quería de vuelta.

Quería hacer las cosas bien, por Louis, por él, por ellos.

El problema era que no tenía ni idea de cómo hacerlo.

Lo había llamado la noche anterior pero no contestó, eso no impidió que le dejara varios mensajes. Esperaba que el castaño los escuchara en algún momento, pero hasta entonces debía seguir con su vida así que se arregló para ir a clase.

— ¿En qué piensas tanto, Harold? —le preguntó Josh al verlo tan pensativo.

Durante las tres primeras horas de clase había estado distraído por completo y Josh, su extravagante amigo, lo notó.

—Louis —le dijo mirándolo fijamente.

Josh había sido uno de los pocos amigos que el rizado había podido conservar, él y Liam le tenían una paciencia increíble y Harry sabía que podía confiar en ellos a ojos cerrados.

—Nuevamente ese tema —suspiró Josh, pasando la lengua por la perforación de su labio— ¿Al menos ya aceptaste que fue tu culpa?

— ¿Por qué todos me lo recuerdan? —lo miró mal— Pero sí, ya sé Josh, fue mi culpa.

— ¡Ese es mi chico! —Le golpeó en la espalda con cariño— ¿Cuál es el problema ahora?

—Lo amo, Josh, y él lo hace también pero es muy orgulloso —dijo con la vista perdida en la pizarra en blanco— No quiere hablarme.

—Eso es lo normal, amigo —le miraba condescendiente— Lo extraño sería que aún te hablara —dijo con sinceridad.

Harry sólo le devolvió la mirada.

—Lo siento, pero es la verdad —se excusó Josh elevando las manos en señal de inocencia.

—Cada vez que lo veo por los pasillos, con alguien de su maldito juego me hierve la sangre y lo único que quiero es tomarlo y llevarlo de regreso a casa —se sinceró.